POBLACION

Algunos documentos indican que la fundación de Estación Torrent tiene su origen a principios del siglo XX.

Al poblado se lo conoció inicialmente como  Malezal. Algunas personas de la comunidad indican que la zona se caracterizaba por un tipo de suelo, frecuentemente inundado y con abundante paja, apto para el pastoreo del ganado bovino o su reconversión en arrozal. Por estas características, la zona comenzó a denominarse con aquel nombre. 

Hacia 1901, por resolución del Ministerio de Obras Públicas de la Nación, el 21 de enero de ese año, se llamó Malezal a la Estación de ferrocarril, cuyo trazado concluía en Posadas. Será recién el 25 de noviembre de 1905, cuando por resolución similar fue cambiado el nombre por el de Estación Torrent.

El pueblo recibe este nombre en honor a Juan Eusebio Torrent, político de trayectoria en Corrientes. Entre los hechos destacados en los que participó el político se encuentran  la Revolución del 11 de septiembre de 1852, cuando Buenos Aires se separa de la Confederación, también fue diputados constituyentes en la sanción de nuestra Constitución Nacional en Santa Fe en el año 1853; participó en la guerra contra el Paraguay; fue electo senador Nacional; se destacó como Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación durante la presidencia de Carlos Pellegrini.

La ley Nro. 892 del 28 de septiembre de 1940 creó el Municipio de Torrent con el gobierno de una Comisión de Fomento. Le asignó entonces como jurisdicción una superficie de 200 hectáreas, sin determinar las líneas geográficas.

Desde entonces se fueron asentando en el pueblo familias migrantes, sobre todo de las provincias del litoral del país y de la ciudad de Corrientes. Al ir poblándose la zona, fue necesaria la fundación de una escuela rural siendo en sus inicios de adobe y techo de paja. También al ir conformándose el pueblo se inauguró una sala de primeros auxilios donde trabajaba una enfermera de forma permanente.

Algunas estrofas del libro Tierra de sombras, de Antón Berreneche, describen cómo era el pueblo en sus inicios: “…al norte de Alvear se encuentra la estación de ferrocarril Torrent, una de las tantas del ferrocarril Nordeste Argentino. Inaugurada en 1905, dio origen al poblado que rodeó la estación propiamente dicha y su sala de máquina. Varias estancias se encuentran en el entorno de Torrent, desde los primeros años de su fundación. Estas estancias se dedicaban principalmente a ganadería, pero también a productos de granja como mandioca, zapallo, quintas de citrus y en muchos casos arroz. Junto a las arroceras de los Storti, Sanabria;  Abate; Piccolini;  Mezzomo;  Baldisera; Curtis Berger; Corandino Reck y Goncalves, imprimían un movimiento económico importante en la zona. La gigante arquitectura de la estación de Torrent fue desde su inauguración, muda testigo de interminables embarques de citrus, ganado de pie y arroz. La vida de cientos de personas giraba alrededor de la estación de ferrocarril. Comenzó a tener aspecto de pueblo con una casita por allá y otra más acá. Luego el almacén de Don Cota Pando, que pronto anexó un pequeño hotel que recibía huéspedes hasta el momento de embarque. Un vermut y una picadita para esperar el metálico convoy que se deslizaba sobre rieles con precisión matemática. Dos casas hacia el sur, la carnicería de Gómez. La solida construcción ferroviaria atesoraba productos que la mano del hombre producía…”.   

Según cuentan los pobladores, algunas costumbres se mantienen hasta el día de hoy, sobre todo las ligadas a la cocina, la música y los eventos tradicionales típicos de la zona. Abundan las recetas con mandioca, mazamorra, el chamamé  y las jineteadas o domas.

Los datos del Censo 2001 indican que la población es de 102 habitantes. Según las autoridades locales, la comunidad de Torrent no supera en el 2012, los 300 habitantes. 

Las principales actividades económicas que desarrollan la mayoría de los habitantes del pueblo están ligadas al trabajo público, la ganadaría, la forestación y el cultivo de la mandarina.

Por su parte, se observa que las mujeres adultas del pueblo están dedicadas a la tarea del hogar, mientras que los hombres, en su mayoría trabajan en las quintas o estancias de la zona. Muchos de ellos no regresan al pueblo en la semana, ya que su trabajo y las distancias lo impiden.

Debido a la distancia hacia la ruta y la falta de transporte público que permitiría el fácil traslado de los pobladores hacia ciudades cercanas, se observa que la mayoría de las viviendas albergan huertas y gallineros, necesarios para el autoconsumo.

La encuesta realizada en el 2010 por la Asociación Responde, dio como resultado que el 30% de la población es empleada del municipio o beneficiaria de algún plan social. Otro 40% trabaja en el campo (y pasa días enteros fuera del pueblo) y un 15% es jubilado y recibe la pensión correspondiente y el restante 15% es trabajador informal o independiente.

Según datos aportados por los docentes de la escuela, la población cuenta con un alto porcentaje de analfabetismo. El perfil educativo de la población es más bien bajo, sobre todo el de los adultos. Un gran porcentaje de los adultos no sabe leer ni escribir. Por su parte, la mayoría de los niños que terminan el nivel inicial, no siguen su formación. De 8 egresados entre 2010 y 2011, sólo 2 jóvenes siguieron la secundaria en Alvear. A su vez, la falta de actividades extracurriculares y de espacios recreativos conlleva que los niños no tengan otras actividades además de las escolares, para la dispersión y el desarrollo de sus aptitudes de cohesión comunitaria.

   

Según el relevamiento realizado en el pueblo, se observan ciertos obstáculos para el desarrollo vinculado a la falta de servicios y equipamiento de instituciones claves como la escuela y el puesto sanitario. Además se suma la difícil comunicación con las ciudades vecinas, ya que no existe un transporte público que recorra los 9km de ripio desde la localidad hasta la ruta. Muchos habitantes para movilizarse dependen de la disponibilidad de la camioneta del Municipio o de algún vecino que pueda trasladarlos.

La historia del pueblo da cuenta de una época de apogeo ligada al uso del ferrocarril. Describen a este servicio como un facilitador que permitía al pueblo no sólo la comunicación de pasajeros con otras ciudades sino también la venta y compra de productos de ganadería, como también productos de granja, mandioca, zapallo, citrus y en muchos casos arroz. Al cerrarse el ferrocarril, el pueblo quedó incomunicado, siendo hoy uno de los grandes obstáculos para el desarrollo que padece Torrent.

Muchos de los sueños rastreados en el pueblo tienen que ver con estos obstáculos. Entre ellos se mencionan la dotación de equipamiento para la atención de la salud; abrir una escuela de oficios; poder contar con educación de Nivel Medio y terciario para evitar el éxodo de la población adolescente; espacios públicos para la recreación y esparcimientos, deportes e  incorporación de nuevas tecnologías e internet.