Los orígenes del pueblo se remontan hacia mediados del siglo XVIII, cuando como parte de la estrategia de avance del poder virreinal español sobre territorio aborigen, y con el objetivo de contener las incursiones de los aborígenes Tobas provenientes del Chaco, se levanta El Fuerte de Santa Bárbara. Emplazado en una posición estratégica, debido a las barreras naturales y a que las posiciones elevadas del cerro Centinela permitían establecer efectivos puestos de vigilancia, el pueblo se constituyó en escenario de enfrentamientos entre fuerzas españolas y aborígenes de los cuales todavía pueden encontrarse vestigios.
Ruinas de El Fuerte de Santa Bárbara con el cerro Centinela de fondo
El Fuerte fue la cabecera del departamento de Santa Bárbara hasta las primeras décadas del Siglo XX cuando debido a las dificultades que presenta el acceso al mismo, principalmente durante la estación lluviosa, fue remplazado por la localidad de Santa Clara, por las dificultades que presentaba su acceso durante la estación lluviosa.
Desde los testimonios de los pobladores más antiguos de El Fuerte se rescataron recuerdos y vivencias oralmente transmitidos por sus antecesores que se remontan a los primeros años de la década del 1900.
Durante gran parte del Siglo XX, la trama del pueblo estaba representada por algunas casas dispersas en el valle y al pie de los cerros. En ellas habitaban aproximadamente entre 20 y 30 familias. Para los pobladores más antiguos, los recuerdos de aquella época despiertan nostalgia de una vida dura pero tranquila donde la subsistencia estaba garantizada y se vivía bajo los ritmos de la vida de campo. El paisaje predominante era el de un valle plano donde pastaban animales y no existían construcciones ni plantaciones que interrumpieran esta trama.
Antes que estuvieran las construcciones del pueblo actual y de la plantación, el valle constituía un área de campo de gran extensión
En aquel entonces se vivía principalmente del ganado y en menor medida de la agricultura. La producción era de subsistencia y no existía una organización de la producción en torno a explotaciones agrícola-ganaderas, la comercialización del ganado era dificultosa debido los problemas de accesibilidad que presentaba el pueblo. La venta de ganado implicaba organizar “tropas” de por lo menos 100 animales que debían ser arreados por estrechos caminos de montaña, estas campañas, que se organizaban de manera poco frecuente, son recordadas con admiración como uno de los símbolos de la historia del pueblo.
Si bien había propietarios de grandes fincas que poseían tierras de los alrededores, la lógica de poblamiento y ocupación del territorio todavía no se organizaba en torno a la propiedad privada de la tierra, por lo cual no había límites ni cercamientos. Se destaca en este sentido el rescate por parte de los más viejos de la solidaridad comunitaria como valor que más adelante iría perdiendo fuerza, en un contexto caracterizado por la ausencia de relaciones mercantiles y la dureza de las condiciones de vida, la producción de subsistencia y la solidaridad se constituían como ejes de la vida de la comunidad.
Hasta mediados de la década del 50, cuando se construyen los caminos que hoy unen al pueblo de El Fuerte con las localidades de Palma Sola y Santa Clara, la infraestructura del pueblo se limitaba a una escuela rural y la capilla de Santa Bárbara.
Fachada de la Capilla de Santa Bárbara. La Capilla fue construida a fines del siglo XIX. Para su construcción, se utilizaron piedras que fueron extraídas del fuerte español
Ganado ovino suelto, una posible postal de principio de siglo
Lonja y cencerro como recuerdos del pasado de El Fuerte. Mientras el primero tiene principalmente un uso decorativo, la utilidad del segundo se centraba en la ausencia de cercos que contuvieran al ganado
En el año 1971, la llegada a El Fuerte de la empresa maderera Forestadora del Norte significó una transformación radical en la vida del pueblo. La empresa, entre varias tareas, realizó loteos y mejoró los caminos, sobre estas condiciones se terminó constituyendo la base de la estructura urbana actual de El Fuerte con calles y manzanas dispuestas geométricamente.
Con la llegada de la empresa se mejoraron algunos aspectos relativos a la infraestructura del pueblo vinculados a los servicios, a su vez el pueblo creció al incrementarse la población producto de la generación de fuentes de empleo. Tuvo lugar un proceso de inmigración en el que varias familias, en su mayoría provenientes de otras provincias, comenzaron a instalarse en el pueblo, esto generó por una parte el crecimiento del comercio y también un proceso de fusión cultural que se manifiesta en la llegada de elementos no pertenecientes a la cultura del pueblo hasta aquél entonces. Entre estos se destacan, por ejemplo, tanto celebraciones y ritos religiosos asociados a la Pacha Mama, como así también el uso de vestimenta y consumos de alimentos.
Barrio Santa Bárbara. Ubicado detrás de la loma, alojó a gran parte de los trabajadores que llegaron tras la instalación de la empresa
Los pinos plantados por la empresa Forestadora del Norte todavía permanecen en el pueblo, en sus alrededores y en los cerros cercanos
La llegada de la empresa supone una tensión en el campo de las valoraciones de los pobladores sobre la historia y el presente del pueblo. Sin dudas la generación de fuentes de trabajo y la lenta pero progresiva mejora en una serie de servicios básicos significaron una mejora, sin embargo, como efecto negativo, se destacó el impacto que tuvo en el medio ambiente con motivo de la explotación del bosque
A principios de la década del 90 la empresa maderera cerró sus puertas por quiebra. Una proporción importante del conjunto de familias llegadas a raíz de los empleos generados por la empresa abandonan el pueblo en ese momento o en los años siguientes, este constituyó un período difícil para el pueblo al desaparecer la empresa que motorizaba gran parte de la actividad económica local. Por otra parte, debido a que formalmente las tierras del pueblo pertenecían a la empresa, su quiebra implicó el riesgo de remate de las mismas, el mismo estuvo cerca de efectivizarse en el año 2002. Sin embargo, el gobierno provincial terminó comprando las tierras del pueblo haciéndose poseedor de la mismas e iniciando un proceso de regularización de dominios que todavía continua.
Máquina actualmente fuera de uso en el aserradero municipal. La empresa maderera Forestadora del Norte cerró sus puertas en el año 1991 con un fuerte impacto sobre la economía de El Fuerte
Hacia fines del año 2011 tuvo lugar un fuerte sismo con epicentro muy cercano al pueblo, si bien no hubo víctimas una parte importante de las construcciones sufrió severos daños, a pesar de que se movilizaron distintas redes de solidaridad comunitaria y que han recibido visitas por parte de organismos públicos, la gente del pueblo quedó muy atemorizada por este hecho que marcó la vida de su comunidad en los últimos años.
El sismo afectó seriamente la capilla, destruyendo la estructura del campanario
Grietas en la estructura de una vivienda producto también del sismo
El Fuerte tiene una población aproximada de 600 habitantes. La composición por sexo es equilibrada. La estratificación por edad se caracteriza por una disminución de la población en edad activa, asociado con la emigración de los jóvenes por razones de estudio o trabajo. La comunidad de El Fuerte está integrada en parte por familias que descienden de las familias que se asentaron hasta mediados del siglo XX, y en parte por descendientes de familias que llegaron de otras provincias con motivo de la instalación de la empresa maderera y que no emigraron luego de su quebranto.
El predominante origen criollo se manifiesta principalmente en aspectos culturales y religiosos. Entre estos se destacan el papel que tienen las principales construcciones históricas como El Fuerte de Santa Bárbara o la capilla del pueblo, si bien en los últimos tiempos hubo algunos cambios, la religión católica fue durante mucho tiempo la única expresión religiosa presente en el pueblo, siendo las Fiestas Patronales de Santa Bárbara la festividad popular más importante del Fuerte. A su vez, la cultura “criolla” está muy presente y tiene expresión en las agrupaciones gauchas tradicionales que desfilan todos los años en las distintas festividades, en la gastronomía y en el rescate de la idiosincrasia del “hombre de campo”.
Los presidentes de las 5 Agrupaciones Gauchas, sentados junto a las autoridades del pueblo
La actividad económica predominante en la actualidad de El Fuerte, es la ganadería. Sin embargo, existe solamente una explotación cercana al pueblo con escaso efecto sobre la generación de empleo. Existen explotaciones de subsistencia organizadas en torno a puestos cercanos al pueblo, donde se cría ganado vacuno y, en algunos casos, también se siembra maíz y otros cultivos para consumo familiar. Entre otras actividades de pequeña escala y menos extendidas, se destacan la artesanía en cuero, que abarca principalmente productos tradicionales de uso del campo, así como también la producción apícola que decreció en el último año.
Los artesanos locales se especializan en artículos de cuero comúnmente utilizados por los gauchos, como lazos, bridas, monturas o coletos
Los niveles de ingresos tienden a ser bajos, registrándose una proporción importante de la población bajo la línea de pobreza. Esta situación está vinculada a la fragilidad de un mercado de trabajo prácticamente inexistente. Casi con exclusividad los empleos registrados pertenecen al ámbito del sector público dependientes de la Comisión Municipal, de la escuela primaria y de la escuela secundaria.
El resto de la población activa trabaja de manera temporal en los puestos cercanos o recurre a changas en albañilería o a la producción artesanal para sumar ingresos a los hogares. En este contexto, la percepción de jubilaciones, pensiones y planes sociales por una parte y la producción para el autoconsumo familiar por otra, constituyen aportes fundamentales para la economía doméstica. Entre los alimentos que producen se destacan el maíz y el zapallo, si bien en mayor proporción el consumo de estos productos se da en los propios hogares, en algunas oportunidades se comercializan en el pueblo poniendo en el mercado local mercadería de buena calidad a bajo precio.
Producción porcina en lote adicional de vivienda para consumo familiar
Los jóvenes del pueblo tienden a emigrar a otras localidades, principalmente a San Pedro o a San Salvador de Jujuy, en busca de oportunidades. Si bien la escuela secundaria presenta una posibilidad de formación específica en cuestiones vinculadas a la producción agropecuaria, las dificultades que se les presentan para desarrollar sus proyectos de vida por la ausencia de fuentes de trabajo y de mayor variedad en el perfil educativo motivan la salida del pueblo. A esto se le suman la falta de actividades sociales y deportivas.
Capacidad para autosustentarse
El ganado de pastoreo predominante es el ganado bovino, seguido por el ovino y en menor proporción el ganado caprino. También es común observar en los lotes linderos de las viviendas animales como gallinas o cerdos que son utilizados principalmente para consumo familiar. El 57% de los hogares produce carne para consumo doméstico y el 24% comercializa en el pueblo parte de la producción, principalmente carne de vaca, cabra u oveja. No hay casos en los que la producción tenga una finalidad exclusivamente comercial.
En menor proporción se producen otros alimentos como frutas, verduras o huevos en el 38%, 43% y 24% de los hogares respectivamente.
La mayor dificultad que existe en términos económicos es la falta de emprendimientos de escala media y alta que permitan generar empleos de calidad, se destacan como mayores impedimentos la falta de mercados que permitan una articulación de actividades productivas y los problemas de infraestructura, dentro de los cuáles se destacan los problemas de comunicación tanto físicas (rutas, caminos, ausencia de transporte público) como telefónicas y digitales (telefonía de línea, celular e internet).
La única posibilidad de comunicarse telefónicamente con y desde el pueblo es por intermedio de la cabina telefónica de la Comisión Municipal
Debido a su atractivo paisaje, la gran biodiversidad tanto en términos de flora y fauna, como así también a la riqueza cultural que presenta el pueblo, la actividad turística se presenta para la mayoría de la población como una actividad con gran potencial. Por otra parte, esto podría constituir una posibilidad para que artesanos locales puedan dar salida a su producción, en este sentido están en proceso de constitución dos cooperativas, una de artesanos y otra centrada en la actividad turística. Hubo avances en estos procesos, sin embargo se presentan trabas de tipo económico y legal que hasta ahora no pudieron ser superados, se destaca principalmente la dificultad para ingresar en alguna categoría fiscal.
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