Las tierras del sur mendocino estaban ocupadas por las familias “Goico” que pertenecían a los pueblos aborígenes conocidos como “Puelches de Cuyo”. Pasaron de generación en generación hasta que en 1825 fueron compradas por Ángel Báez. Años más tarde fueron vendidas a Diego de Alvear, quien donó 45.000 hectáreas para formar la Colonia de Alvear.
El 28 de Mayo de 1845 nació en Noruega Pedro Christophersen, quien llegó a Argentina en 1866 y años después decidió generar un nuevo asentamiento productivo al oeste del país, a unos 20 km de General Alvear, paraje que había sido fundado en 1914.
Allí se instaló Pedro Christophersen con su esposa Carmen Berta Ulrica Yésica de Alvear y Dodero, hija de Carlos María de Alvear. Construyó un chalet y comenzó a dirigir la administración de sus tierras. A fin de hacer llegar el agua del río Atuel, el ingeniero ObeBok trazó los planos que aprovecharon los desniveles naturales para que el agua corriera a través de canales, convirtiendo la zona en un oasis productivo. Las tierras fueron divididas en parcelas de 25 y 30 hectáreas.
Para promover el poblamiento de este oasis, Christophersen distribuyó folletos en Buenos Aires donde se comprometía al pago de los pasajes de aquellos interesados que migraran hacia ellas.
Fue así que entre los años 1913 y 1920 aproximadamente, llegaron inmigrantes italianos, españoles, suizos y ucranianos interesados en producir las parcelas que Pedro Christophersen les cedía a modo de alquiler a cambio de un porcentaje de lo que resultara de las cosechas. Las primeras producciones fueron de maíz, trigo, cebada, papa y tomate. Pasados los cinco años, los colonos obtenían la opción de compra.
Inicialmente, los inmigrantes habitaban en viviendas muy precarias; pero con el tiempo y a medida que lograban mejores ingresos pudieron construir sus casas de material.
Don Pedro Christophersen
En 1912 llegó el ferrocarril y su estación fue inaugurada en 1913. El tren ofrecía servicio de pasajeros y transporte de mercaderías.
La llegada del tren impulsó la actividad económica y Christophersen advirtiendo la posibilidad de ampliar su mercado, creó una empresa a la que llamó Carmen S.A., en honor a su única hija.
Los pasajeros que se acercaban a San Pedro del Atuel, leían desde lejos el nombre de “Carmen S.A.” pintado sobre el techo de la estación, y creían que la estación se llamaba “Carmensa”. A partir de esa época, el pueblo fue nombrado indistintamente como “San Pedro del Atuel” o también como “Carmensa”.
El crecimiento económico del pueblo fue notable y se hizo conocido como el productor del tomate más rico del mundo. Recibían gente de distintos lugares del país para trabajar en las temporadas de cosecha.
Largas filas de carretas cargadas de tomate esperaban en la puerta de la fábrica Katelo-Datilo para ser procesados. Esta fábrica llegó a tener 1.200 empleados. Años más tarde fue vendida a los Benbenuto, quienes instalaron La Campagnola.
Empleados de la administración de La Campagnola
En 1951 Martínez-Aba creó una fábrica de duraznos enlatados. Más tarde, incorporaron la elaboración de tomate envasado y extracto de tomate.
El trabajo abundaba, y el pueblo crecía económica y culturalmente. El club organizaba todo tipo de actividades tales como espectáculos, peñas y carnavales.
El tren constituía el motor de la producción, por lo que inevitablemente su cierre conllevó una fuerte caída en el progreso del pueblo. Ya no había manera de alcanzar tan rápida ni efectivamente los mercados de consumo
La Campagnola cerró sus puertas en 1980 y seguidamente lo hizo Martínez-Aba. Muchas personas se quedaron sin trabajo y decidieron migrar:
La recuperación productiva siguió un camino muy lento, donde el paso de tres décadas no resultaría suficiente para alcanzar aquellos buenos tiempos.
Los jóvenes no vislumbran futuro en su propio lugar y optan, si se les presenta la oportunidad, por partir. Sin embargo, no faltan personas que apuestan por su pueblo y firmes, trabajan para que vuelva a ser un lugar de trabajo y prosperidad.
San Pedro del Atuel tiene 937 habitantes (INDEC; Censo 2010) que representa el 2.01 % del municipio. La mayor parte vive en el ejido urbano; el resto se distribuye en el área rural, mayormente en las colonias rusa e italiana, que en las primeras décadas del siglo XX estaban mucho más pobladas por los inmigrantes y sus descendientes.
Perfil social
Las generaciones mayores del pueblo, aquellas que superan los 40 años de edad aproximadamente, en su mayoría no han asistido a la escuela o sólo han alcanzado los primeros años de la educación primaria. Según encuestas realizadas por la Asociación Responde (sobre el 5% de la población), el 28,8% de la población tiene el primario incompleto y 37,3 % sólo ha cumplimentado ese nivel, lo que significa que el 66% no ha iniciado estudios secundarios.
Los demás han asistido a la escuela secundaria con motivo de la apertura de ese nivel educativo en el pueblo en 1998, año en que se creó la Escuela Hilda Mabel Coria.
En cuanto a la ocupación de la población, sólo el 46% se dedica a trabajos en el sector primario, secundario o terciario, el restante 54% son jubilados, amas de casa, o realizan changas o trabajos temporarios.
Muchos de los jubilados de San Pedro del Atuel, no son nacidos allí, o tal vez pasaron la mayor parte de sus vidas fuera del pueblo, pero al momento de elegir donde pasar sus últimos años, prefieren Carmensa por la tranquilidad que les ofrece y que compensa algunas falencias que puede tener por su tamaño.
Elaboración propia sobre la base de encuestas al 5% de la población
Según encuesta al 5% de los hogares, más de la mitad de la población cuenta con ingresos que los ubica por sobre la línea de pobreza; es decir, que no se consideran pobres según los valores que propone la canasta básica publicada por el INDEC (2013). Sin embargo, un 38% de los hogares está por debajo de esa línea, es decir que sus ingresos no son suficientes. Otro 8% se ubica bajo la línea de indigencia, lo cual significaría que la mitad de la población o tal vez un poco más, está sufriendo apremios económicos.
Cohesión social
De acuerdo a la opinión de los propios carmensinos, como sociedad tienden a sufrir de poca constancia en la participación de actividades comunitarias. El entusiasmo inicial para emprender los proyectos los motiva a hacerse presentes y pujar por su desarrollo; pero una vez que avanza, lentamente pierden la dedicación y van discontinuando su participación en las actividades.
Capacidad para autosustentarse
Si bien se denota por los índices de pobreza y estadísticas de empleo, que los ingresos no son suficientes en los hogares, es remarcable el bajo espíritu emprendedor de la población. De los encuestados a principios de 2013, menos del 90% no realiza ningún tipo de emprendimiento económico propio.
Una de las maneras de enfrentar la necesidad de aumentar ingresos es el acceso a planes sociales, mayormente a la asignación universal por hijo (aporta $272 por hijo a febrero de 2013).
Hay, sin embargo, un grupo de artesanos que en el año 2012 se unió para alcanzar mayor desarrollo e incrementar sus ventas a través de exhibición de sus productos en distintos eventos e incluso aprovechando la circulación de turistas a través de la ruta nacional Nro. 143, decidieron instalar stands con sus artesanías. Si bien necesitan dar mayor difusión a sus actividades, iniciaron un camino de mutuo soporte y motivación entre ellos, que los alienta a seguir esforzándose por la revalorización del trabajo artesanal y el incremento de la demanda.
Artesanos en el paseo sobre la ruta
Evolución del pueblo
Según testimonio de los pobladores, San Pedro del Atuel ha logrado ofrecer muchos servicios que antes no existían, tales como la luz eléctrica, el agua corriente, internet y el servicio de televisión por cable. También los caminos fueron pavimentados y gracias a ello, la población se desplaza sin dificultad hacia la ciudad vecina de General Alvear. También el acceso a la educación mejoró con la creación de la escuela secundaria.
Los más memoriosos, extrañan la actividad cultural que desplegaba el club. También la existencia de un hotel cuya desaparición hoy lamentan. A pesar de todo, el balance a la hora de evaluar el crecimiento del pueblo es positivo aunque aún no llega a alcanzar la época de intensa actividad productiva existente cuando funcionaba el tren y las fábricas producían a pleno.
Problemas que enfrentan
La falta de fuentes genuina de puestos de trabajo es percibida por la comunidad como el principal problema que aqueja a San Pedro del Atuel. Su consecuencia más notable es la emigración de jóvenes en busca de oportunidades. La falta de una red de gas natural es señalada también como un problema6.
Si bien los comentarios se dirigen a responsabilidades atribuibles al rol de Estado, también existe un grado de autocrítica relacionado con la falta de compromiso y de cohesión entre los vecinos.
El mejoramiento de los servicios de salud con mayor cantidad de especialistas que atiendan con más frecuencia y una guardia de 24 horas es el deseo más marcado de la población. El incremento de la infraestructura con el tendido de una red de gas natural domiciliaria y la institución de un nivel educativo superior al secundario son los que siguen en importancia.
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