POBLACION

El pueblo debe su poblamiento a la inmigración de europeos, que, escapando de la guerra a principios del siglo XX, llegaron a una Argentina que prometía tierras y trabajo.

Primero fue conocido como “Albardón”, por los terraplenes a orillas del río Tunuyán, en donde se emplaza, y que son producto de acumulación de sedimentos depositados por el río en sus crecidas. Más adelante, los obreros que construyeron la estación del ferrocarril General San Martín, en su descanso iban bajo la sombra de arboledas, por lo cual fueron instalando el decir “vamos a los árboles”, que finalmente, le dio nombre al pueblo.

En las extensiones de gran parte de Mendoza, lentamente se fueron desarrollando fincas con producción vitivinícola y de frutales, fundamentalmente para exportación, gracias a las facilidades de logística que permitía el ferrocarril General San Martín, que atravesaba el país de este a oeste.

Hacia fines del siglo XIX ya existían viñedos de familias españolas: los Escorihuela y los Pérez. A mediados del siglo XX comenzó a funcionar la primera bodega de la Sociedad Colectiva “Bodegas y Viñedos Hijos de Antonio Arboit”, constituida por los hermanos Juan Rodolfo, Ricardo, Lucía, Héctor e Ida Arboit.

Así, entre la producción vitivinícola, de olivo y de diversos frutales, la estación del tren y su protagonismo como eje de transporte de carga y pasajeros, la exportación y el crecimiento de la población en el pueblo, Los Árboles vivió sus mejores tiempos, con trabajo y comercios de todo tipo.

En el año 1909 se creó la escuela Nro. 283 Antonio Bernal. Hasta el año 1929, funcionó en un local cedido por Benjamín Morán. Luego fue trasladada a la propiedad de Alberto Prandina, para pasar posteriormente a una casa antigua y amplia, perteneciente al maestro Vicente Lombardo. En 1967, más exactamente el 20 de Mayo, fue inaugurado el edificio en el cual la escuela hoy sigue funcionando. Es la única sede educativa del pueblo, y ofrece sólo el nivel inicial y primario.

Personal de la escuela, año 1956. 
Fuente: Revista FOCO, de la Cooperativa Eléctrica y Anexos Popular de Rivadavia Ltda.

El ferrocarril, fundamental para el sostenimiento de la exportación y venta en otras regiones del país, fue cerrado en la década de 1990, durante la presidencia de Carlos Menem. Con el tren, se fue la prosperidad; las fincas se vieron seriamente afectadas, y el desánimo se expandió en el pueblo. Hubo agravantes, en un proceso que fue complejo en sus causas; por ejemplo, influyeron también las políticas de promoción industrial que se implementaron en las provincias lindantes a Mendoza, que llevaron a que las fábricas mendocinas optaran por una relocalización interprovincial.

Muchas familias migraron de Los Árboles y, como consecuencia, los comercios del pueblo cerraron por la caída en la demanda. Los pobladores recuerdan que “antes había  farmacia y correo en Los Árboles, pero ya no”. Como un círculo de acciones y efectos, la propia caída de los comercios hizo que más familias migraran, ante la falta de servicios y trabajo.

Bodega abandonada

Los Árboles se va recuperando lentamente. Gracias a la construcción de un barrio nuevo, muchas personas accedieron a un hogar y esto favoreció su permanencia en el pueblo. La cantidad de comercios va en aumento aunque todavía hay rubros faltantes y no todos logran mantenerse con el paso del tiempo. A pesar de los obstáculos, los arbolenses apuestan a su pueblo y optan por quedarse.

Según el Censo del año 2010 (INDEC), en Los Árboles hay 362 habitantes. Sin mayores modificaciones en relación al  Censo del 2001.

Perfil social

Las generaciones más jóvenes de Los Árboles tienden a alcanzar los niveles educativos obligatorios –inicial, primario y secundario-. Al no contar con escuela secundaria en el pueblo, asisten a las de los distritos vecinos; la más próxima está a 4 km. Los padres de familia, en su mayoría, sólo han cursado el primario, dado que era la educación obligatoria cuando ellos asistían a la escuela.

En cuanto a la actividad laboral, según encuesta al 17% de los hogares de marzo de 2013, cerca de un tercio de la población económicamente activa se dedica a servicios (albañilería, limpieza doméstica, etc.) y comercios, generalmente emplazados en el propio pueblo. Según la misma encuesta, una proporción un poco menor (23%) es jubilada; y se trata de personas que por la tranquilidad del pueblo optan por permanecer allí a pesar de la falta de servicios especializados que requiere este sector de la población.

Las actividades primarias ocupan en las fincas del entorno un porcentaje similar para la realización de diversas tareas que requieren las plantaciones de vid y frutales. El porcentaje restante se dedica a actividades de elaboración de la materia prima  como bodegas y envasados de fruta.

Estas diversas opciones laborales, si bien resultan insuficientes, permiten que la mayoría de las familias de Los Árboles tenga una ocupación y un ingreso muy modesto, aunque según los índices nacionales, no son considerados como “pobres”.  

Cohesión social

Las actividades de las instituciones del pueblo conllevan una participación por parte de sus miembros que los compromete en distintos niveles. La cantidad de personas que colaboran en ellas no es grande; sin embargo, resultan de alta eficiencia por la notable adhesión a los fines de cada una. Por ejemplo, la cooperadora de la escuela presenta regularmente propuestas de eventos o actividades, que son bien organizadas y atraen la participación de las familias de la escuela. Por otra parte los arbolenses sienten cierta desmotivación cuando se comparan con otros distritos del departamento que tienen mayor población, ya que consideran que no son tomados en cuenta.

Capacidad para autosustentarse

Según encuesta al 17% de los hogares en marzo de 2013, la población de Los Árboles no se caracteriza por sus emprendimientos. Sólo algunos ofrecen algún tipo de servicio o son artesanos. Tal vez la falta de oportunidades de capacitación impide que transformen sus habilidades que hoy tienen como pasatiempo en un emprendimiento que les genere un ingreso. Si bien no hay considerables niveles de desempleo, hay familias pobres que precisarían mejorar el ingreso mensual y los pequeños emprendimientos podrían resultar una importante ayuda.

Prácticamente no hay familias que tengan huerta, árboles frutales o críen animales de granja. Esto se explica por los problemas con la provisión de agua; está absolutamente regulada la cantidad que se provee y para este tipo de uso se debe poseer un permiso especial.

 

 

Evolución del pueblo

Los Árboles ha logrado en los últimos años el acceso a nuevos servicios. Uno de los más importantes, a marzo de 2013, es la provisión de gas natural, que llega a prácticamente todos los hogares del pueblo. A pesar del cierre del ferrocarril, el transporte público brinda su servicio diario con colectivos de corta distancia que unen Los Árboles con distintas ciudades cercanas. La prestación de este servicio se vio favorecido sin duda por la pavimentación de la ruta, antes de ripio.

En cuanto a los comercios, hay rubros que ya no están presentes y son de necesidad para la población. El caso más elocuente es el de la falta de una farmacia. Los pobladores dependen de los recursos del Centro de Salud para acceder a los medicamentos.

Problemas que enfrentan

De acuerdo con la opinión de los arbolenses, el principal problema  es la falta de diversas actividades recreativas que contemplen los distintos grupos de edad. Los jóvenes no tienen mucho para hacer en el pueblo y gradualmente se ven las consecuencias del tiempo no aplicado a quehaceres educativos o productivos.

Otro grave problema es la falta de escuela secundaria, que es un ámbito no solo de educación sino de contención. La oferta de talleres de capacitación en diversas temáticas podría facilitar el desarrollo de pequeños emprendimientos y la generación de nuevas actividades como ferias artesanales y eventos, que más allá de su importancia económica, favorecerían aspectos sociales y recreativos para la población. 

Los habitantes de Los Árboles consideran que no son tomados en cuenta a la hora de desarrollar nuevos proyectos o ser incluidos en las políticas públicas. Sienten que nadie va al pueblo ni les presta atención, esto los desmotiva para llevar adelante ideas y propuestas en pos de su desarrollo.

Desde 2007 permanece como proyecto la construcción de un nuevo barrio; pero a 2013 no pasa de ser una idea.

 

A marzo de 2013, Los Árboles sueña con ser un pueblo sin tantas carencias en educación, recreación y servicios. La relación entre los vecinos es pacífica pero reconocen que falta trabajo conjunto, de unidad, de proyectar como comunidad; y ven en la realización de algún tipo de actividad recreativa la oportunidad para empezar a compartir momentos como vecinos.

En cuanto a infraestructura, está pendiente la extensión de la red de cloacas para algunos hogares y la construcción de nuevas viviendas para familias que aún las esperan.