Los antiguos habitantes del lugar eran los pueblos diaguitas-calchaquí. Estos pueblos opusieron una feroz resistencia a los conquistadores españoles que tardaron 130 años en vencerlos. Uno de los últimos focos de resistencia fue la comunidad de los Quilmes, que una vez dominados fueron llevados a pie más de 1.500 km hasta las cercanías de Buenos Aires, actual ciudad de Quilmes. De las 1700 personas que partieron, solo llegaron 400.
Forman parte de la Comunidad Aborigen Diaguita - Calchaquí de Amaicha de Valle, que en el año 1995, obtuvo el reconocimiento por parte del estado argentino, de la propiedad comunal de sus tierras, basándose en la existencia de la Cédula Real por la que la Corona Española había otorgado a la Comunidad en 1716, un total de 52.000 ha que pasaron a ser propiedad de la comunidad aborigen de Amaicha del Valle. Estas tierras no se pueden vender ni embargar y es la propia comunidad por intermedio del Cacique y el Delegado Comunal quienes deciden a quién y para qué se otorgan las mismas.
Posiblemente las razones por las cuales los primeros pobladores se asentaron en la zona fueron por su ubicación estratégica, ya que desde allí podía apreciarse una vista panorámica de todo el valle y por la presencia de fuentes de agua, indispensable para los sembradíos y la cría de animales.
A principios del siglo pasado, eran pocas las familias que vivían en el pueblo, apellidos como Velardes, Lera, Avalos, Olivares y Nievas son algunos de los cuales los vecinos recuerdan como las familias más antiguas de Ampimpa. Se dedicaban principalmente a la agricultura y ganadería de subsistencia. Sus cultivos principales eran maíz, papa, trigo y porotos, también cultivaban arvejas, tomate y zapallo. La mayoría de los hogares aún conservan plantas de vid y grandes nogales que plantaron los abuelos. También recolectaban como lo hacían sus antepasados, los frutos de la algarroba y el chañar con los cuales realizaban harinas y arropes. En cuanto a la ganadería, criaban cabras y ovejas de las que obtenían leche para hacer quesos, lana y carne. Según cuenta una antigua pobladora, doña Rosa Martínez, ante la falta de trabajo en el pueblo, muchas familias migraban, en la época de la cosecha, a Tucumán y Salta para trabajar en la zafra. También era habitual la práctica del cambalache, mediante el cual podían intercambiar diferentes productos.
Según los datos relevados en las encuestas, actualmente viven en el pueblo cerca de 100 familias, el 85 % de las cuales se identifican como descendientes de los grupos originarios diaguitas-calchaquí.
Perfil social
Según lo analizado en las encuestas hay un nivel medio de participación en el pueblo y no se observan grandes divisiones o enfrentamientos entre los vecinos. Por su parte los jóvenes no cuentan con un espacio de contención o actividades de recreación en el pueblo, solo tienen el club de futbol, teniendo que trasladarse hacia Amaicha en el caso de realizar alguna actividad, además de tener que viajar para poder cursar el secundario.
En lo que respecta a educación: sobre el total de mayores de 18 años, un 36% completó la primaria, el 11% posee el secundario completo y el 9 % tiene estudios terciarios.
Tomando en cuenta el grupo de mayores de 16 años, el 27% no estudia ni trabaja y de los ocupados el 20% trabaja en actividades primarias, el 14% en actividades secundarias y el resto en actividades terciarias, de los cuales un 18% trabaja en empleos públicos y el 12% en servicios. Se registró un 25 % de asistencia de planes sociales.
Don Guillermo Velardes, vecino de Ampimpa
Capacidad para autosustentarse
Cada familia de la comunidad cuenta con una parcela para poder construir su casa y realizar alguna actividad productiva. De los datos relevados en las encuestas observamos que el 85% de las familias cuentan con un terreno al que le dan algún uso productivo. De los cuales, un 45% lo destina a la producción de frutas como (nueces, uvas, membrillo, manzana, durazno, higos y tuna) para consumo familiar y el 20% lo destina a la venta. La producción de verduras ocupa al 40% de los hogares, se produce principalmente tomate, maíz, zapallo y morrón para consumo familiar y solo el 5 % lo destina a la venta. Un 35% de los hogares también cuentan con gallinas para la producción de huevos para consumo familiar únicamente. Un 25% poseen producción de carne principalmente caprina y ovina para consumo familiar y un 5% destina la producción también a la venta.
Las actividades predominantes son las relacionadas con la producción y venta de artesanías, la agricultura de subsistencia y los servicios.
Actualmente la zona es reconocida por la producción de quesos, nueces confitadas, frutos secos y vinos pateros. También por sus artesanías, trabajos en telar y fiestas tradicionales como el carnaval , el encuentro de copleras y la fiesta de la Pachamama.
En cuanto a los ingresos, un 28% de la población se halla bajo la línea de la indigencia y un 56% bajo la línea de la pobreza.
Evolución del pueblo
Según cuenta Don Ángel Ayala, a principios del siglo pasado eran pocas las familias asentadas en el pueblo. La población comenzó a aumentar a fines de 1940. Para esa época ya comenzaba a funcionar la escuela y se había terminado la ruta provincial Nro. 307, que favoreció la comunicación y el transporte en la zona. La mayoría de las familias se dedicaban a la agricultura y ganadería de subsistencia.
Pero a mediados de la década de 1980 y principios de los noventa muchas personas comenzaron a emigrar en busca de oportunidades laborales. Los destinos elegidos eran principalmente Ushuaia y Río Grande, ciudades que en esos tiempos tenían gran demanda de trabajadores para emplear en las fábricas.
Don Ángel Ayala y Emiliana M. Suárez
Problemas que enfrentan
A partir de las entrevistas realizadas, la población manifiesta que los principales problemas que expulsan a la gente del lugar e impiden su desarrollo, son la ausencia de fuentes de trabajo ligadas a la producción y la pobre oferta educativa. El pueblo solo cuenta con escuela primaria, y los jóvenes deben trasladarse hasta Amaicha o Santa María para cursar el secundario.
Para realizar el secundario deben trasladarse a Amaicha, y para estudios terciarios a Santa María donde pueden realizar algún profesorado. Para otras carreras deben trasladarse a Tucumán.
En cuanto a los proyectos no concretados, para el Delegado Comunal Miguel Santos Pastrana, el pueblo se ilusionó con la idea de que a partir de la recuperación de las tierras comunitarias por parte de la comunidad aborigen, se iba a fomentar el crecimiento y desarrollo del pueblo. Pero a pesar de haber dado un gran paso, muchos sienten que están en una situación de estancamiento en relación a la puesta en marcha de proyectos productivos y fuentes de trabajo.
De lo analizado en las encuestas, los principales proyectos que según los vecinos impulsarían el desarrollo del pueblo serían los vinculados con proyectos económicos (principalmente el turismo), seguidos por proyectos relacionados con educación, y en tercer lugar los vinculados con la salud.
Es un sueño de los vecinos, el poder contar con un sistema de riego presurizado, que permitiera aprovechar y optimizar el recurso del agua.
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