Los campos situados al sur de 25 de Mayo pertenecían originalmente a la viuda Concepción Unzué de Casares, quien, tras heredar grandes extensiones de tierra, subdivide los campos en chacras menores que vende a propietarios de la zona.
Las tierras sobre las que se asienta San Enrique fueron donadas por dos de esos grandes propietarios rurales, cuyos nombres son hoy íconos del pueblo: el sector identificado como “Pueblo Nuevo” fue donado por Palma en 1933, mientras que el “Pueblo Viejo” fue donado por Francisco Fraschetti en 1911. El 10 de junio de ese año es considerada la fecha fundacional de San Enrique, si bien fue declarado como pueblo más de treinta años después.
El testimonio de los pobladores asocia directamente la fundación del pueblo con la extensión del ferrocarril hasta las grandes estancias de la región, en 1911. Hubo muchos propietarios que donaron parte de sus campos a la concesión ferroviaria a fin de permitir el traslado de la producción agrícola-ganadera (hacienda y cereales) hacia las zonas portuarias del país.
En torno a la estación “San Enrique” se formó el primer asentamiento, cuyos habitantes eran peones rurales dedicados a trabajar la tierra de los campos vecinos. Con posterioridad, se instalaron también algunos pequeños productores rurales.
No es sencillo definir el origen étnico de la población. Si bien los primeros habitantes eran inmigrantes europeos llegados al país en busca de oportunidades de trabajo, otros vinieron de tierra adentro, arrastrando el origen criollo y las marcas de la vida de campo sobre la piel.
Las primeras décadas de historia del pueblo fueron de constante crecimiento: el tren circulaba periódicamente permitiendo el traslado de personas hacia distintos puntos de la provincia y un micro de pasajeros recorría con frecuencia fija el trayecto San Enrique - 25 de Mayo; grandes comercios de ramos generales (el centro comercial Fraschetti, el centro comercial Bertoni, y el mercado de Corsino Meana) empleaban a decenas de lugareños y movilizaban, a la par del campo, la economía del lugar.
Los relatos orales señalan como etapa de esplendor del pueblo las décadas del ‘40, ‘50 y '60, durante las cuales el crecimiento demográfico avanzaba a la par del auge de la producción. La población superaba entonces los 1000 habitantes, los comercios alcanzaban su máximo esplendor, y la vida cotidiana era matizada por festividades y eventos como carreras de caballos, sortija, corsos, y desfiles. Incuso llegó a editarse un periódico local, “San Enrique”, que subsistió durante varios años.
La población
San Enrique cuenta con una población de 279 habitantes distribuidos en 98 hogares (INDEC, 2010). Este dato evidencia un descenso poblacional del 16% frente a los 331 habitantes que tenía el pueblo hace una década atrás (INDEC, 2001).
Según la información proporcionada por el INDEC, la población menor de 18 años constituye un 29,75% del total, la población de 18 a 65 años el 53,76 % y la población mayor de 65 años el 16,49 % del total. La distribución por sexo es proporcionada, si bien el porcentaje de varones (51,97%) predomina sobre el de mujeres (48,03%).
Perfil social
En relación con el máximo nivel educativo alcanzado por la población, observamos que un 62,4% ha cursado sólo estudios primarios (completos o incompletos), en tanto que sólo un 17,6% ha alcanzado la educación secundaria, y el 4,3% cursado estudios superiores (terciarios, universitarios o de posgrado) y regresado el pueblo para ejercerlos (INDEC, 2010). El porcentaje de población que nunca ingresó al sistema educativo formal ronda el 3%.
El porcentaje de analfabetismo alcanza el 6% de la población. Es un porcentaje elevado si se considera que a nivel nacional esta tasa se ubica en el 1,9% (INDEC, 2010), es decir que es tres veces menor que la de San Enrique.
Con respecto al acceso a medios de comunicación, el 95% de los pobladores tiene acceso a ver televisión en el hogar, ya sea mediante el servicio de cable provisto por las empresas TV Centro (Canal 3) o Cablevisión, o bien a través de DIRECTV. El 68% tiene acceso a la radio (AM y FM), mientras que un porcentaje significativamente menor (37%) accede a la información a través de radios y revistas, que llegan al pueblo dos veces por semana desde la ciudad de 25 de Mayo. El 58% de los hogares del pueblo posee teléfono celular, y el 32% accede a internet en el hogar a través del proveedor de red Soon (Canal 3). Entre ellos, el 67% se conecta diariamente, mientras que el porcentaje restante lo hace al menos una vez a la semana. La mayoría la utiliza para navegar en redes sociales, revisar mails, leer noticias y descargar música y videos.
En cuanto al resto de los servicios, el 100% de la población cuenta con acceso a agua potable, luz eléctrica y teléfono de línea potencial (utilizado sólo por el 47% de la población). El servicio de gas de red es inexistente.
Según datos del último censo poblacional (INDEC, 2010), el 75% de los habitantes del pueblo habita en un lote y casa propios, mientras el porcentaje restante (25%) se divide entre quienes alquilan (7%), quienes viven en viviendas prestadas (13%), o se hallan en otro tipo de situación (5%).
Cohesión social
En los últimos años se han desarrollado en San Enrique proyectos articulados entre diferentes actores de la comunidad. Para la conmemoración de los 100 años de la fundación del pueblo, celebrada el 6 de noviembre de 2011, la delegación organizó la fiesta de aniversario en conjunto con distintos los actores e instituciones locales, como la cooperativa de la escuela, alumnos y docentes, los bomberos voluntarios y la sociedad de fomento. El dinero recaudado se destinó a la compra de una ambulancia 0 km para el centro sanitario del pueblo.
Desde 2011 continúa celebrándose anualmente el aniversario de San Enrique, como también, realizándose bailes y fiestas en el club social, para lo que toda la comunidad colabora con lo que tenga a su alcance realizar. Posteriormente, las distintas instituciones debaten a que sectores asignar los fondos recaudados.
La delegación ha llevado adelante también proyectos medioambientales ligados al reciclado y separación de residuos, en conjunto con la escuela primaria y el jardín de infantes.
Por tratarse de una comunidad pequeña existen fuertes lazos sociales entre sus integrantes, como la proliferación de vínculos familiares. Esto supuso el desarrollo de una economía informal de intercambio, en donde cada uno pone sus conocimientos y oficios al servicio del otro, sin una intermediación monetaria. Manuel Alejandro Vengo Salas, médico de San Enrique oriundo del Perú, lo define de este modo: “Hay lazos muy fuertes como para comercializar con el de al lado, como para venderle servicios al amigo. Todo se hace un poco por amor al arte y por amor al pueblo pero, fundamentalmente, por amor al prójimo”.
Capacidad para autosustentarse
San Enrique tiene un porcentaje de población ocupada cercano al 66% (INDEC, 2010). Entre ellos, más del 90% se dedica a actividades ligadas al sector agropecuario, principal actividad económica del lugar, mientras que el 10% restante se distribuye equitativamente entre trabajadores administrativos del sector público y privado (5%), y trabajadores del rubro servicios (5%). El pueblo no cuenta, en sus zonas de influencia, con industrias destinadas a procesar las materias primas, por lo que no hay miembros de la comunidad que se dediquen a actividades secundarias.
Apenas un 8% de los puestos de trabajo se desempeñan en el mercado informal, estando el resto en condiciones legales de contratación. El porcentaje de desocupados no alcanza al 2% y, en tanto sólo hay un hombre desocupado, 3 son las mujeres que se reconocen en esa situación (INDEC, 2010).
La población inactiva ronda el 32% y está conformada equitativamente por adultos mayores que se han retirado de la vida laboral y mujeres en edad activa que se dedican al cuidado del hogar y la crianza de los hijos. El porcentaje total de mujeres en situación de inactividad duplica al de hombres inactivos (15,4% contra 7,7%).
Sólo dos hogares reciben asistencia estatal.
Según los datos obtenidos, el ingreso medio per cápita se sitúa, al momento del relevamiento (Junio 2014) por encima de la línea de pobreza, mientras el índice de necesidades básicas insatisfechas alcanza sólo al 1,9% de los hogares.
El gráfico de “espíritu emprendedor” de San Enrique refleja que el 5% de los pobladores elabora productos comestibles para consumo personal o comercialización, el 3% realiza artesanías, y el mismo porcentaje ofrece servicios ligados a la estética y el cuidado personal. La totalidad de emprendedores reconoce como escaso o nulo el impacto de sus emprendimientos sobre la economía del hogar, y entre los miembros del pueblo suele haber desconocimiento respecto a los emprendimientos que llevan a cabo los vecinos, que terminan por convertirse en un pasatiempo más que en una actividad económica complementaria.
El 89% de los pobladores no realiza ninguna actividad emprendedora, ni ofrece servicios más allá de su fuente principal de ingresos. Los testimonios recogidos asocian este dato al hecho del bajo índice de desocupación local, así como al bajo espíritu emprendedor de la comunidad, que no suele convocarse ante la oferta de cursos y capacitaciones en oficios dictados en el pueblo, por la municipalidad.
Evolución del pueblo
Según el testimonio de los pobladores, la evolución de la infraestructura y los servicios ha sido dispar. La luz eléctrica llegó al pueblo en la década del ’80 de mano de la cooperativa eléctrica de 25 de Mayo, encargada de establecer el tendido eléctrico en las localidades de Mosconi, Valdés y San Enrique. El sistema cloacal y el agua potable datan de aproximadamente treinta años atrás, igual que la extensión de la línea telefónica.
El avance de las tecnologías también ha impactado en la localidad: hoy todos los hogares tienen la posibilidad de contar con servicio de internet (gratuito en el jardín y en la escuela) y televisión por cable provista por la empresa TV Centro de Saladillo o bien por DIRECTV.
Los teléfonos celulares han proliferado en el pueblo, a pesar de que no existe en el lugar una antena que brinde cobertura. Hay que subirse a las marquesinas de las ventanas para poder captar la señal que llega desde la localidad de Valdés.
El gas de red sigue siendo una meta por alcanzar, si bien la llegada de tanques de YPF para abastecer a la escuela y otras instituciones es un paso adelante que tuvo lugar en los últimos años.
Entre los servicios que se han deteriorado, los pobladores de mayor edad señalan que desde los años 50 en adelante se ha dado paulatino deterioro varios servicios, muchos de los cuales terminaron por desaparecer en los años 90. El transporte público, integrado por el micro y el ferrocarril, dejaron de circular por San Enrique en la década del 60; la oficina de correos se fue del pueblo en 1995, al igual que la oficina de teléfonos públicos que cerró en 1994; los mercados de ramos generales fueron cerrando sus puertas a la par de los bares y el emblemático hotel de la localidad.
La infraestructura de los caminos que conectan a San Enrique con otros puntos del municipio es tan deficiente como hace un siglo atrás: los caminos de tierra se vuelven intransitables cuando caen las primeras gotas y la lluvia los anega por completo, mientras que en los días subsiguientes la circulación se dificulta por la presencia de áreas pantanosas. No hay día en que no hayamos encontrado en el recorrido desde 25 de Mayo hasta San Enrique autos empantanados y camiones con sus cargas volcados a la vera del camino. En función del estado de los mismos, la distancia a recorrer por tierra varía entre los 15 y los 40 km, según se tome por Del Valle o por Islas y Mamaguita hacia 25 de Mayo.
Problemas que enfrentan
Infraestructura
De acuerdo al relevamiento realizado para este trabajo, el problema más importante que enfrenta San Enrique es la deficiente infraestructura de caminos, vías y medios de comunicación, que el 100% de los encuestados reconoce como el principal obstáculo para el desarrollo del pueblo.
Los caminos que conectan San Enrique con la ruta pavimentada que pasa por Del Valle, así como con la ruta 205 que lo une a 25 de Mayo, son exclusivamente de tierra. Su estado general es deficiente, con presencia de pozos y pantanos que dificultan la circulación.
No hay forma de entrar ni salir del pueblo sin pasar por estos senderos, lo que supone la anegación de los accesos en caso de lluvias: la menor caída de agua imposibilita el tránsito y aísla de forma temporal a la comunidad pueblerina, que ve afectada su vida cotidiana a nivel educativo, labora, social y sanitario.
Por otra parte, no existen medios de transporte públicos que lleguen a la localidad, lo que imposibilita el traslado de la población que no cuenta con medios de movilidad propios. No hay colectivos, trenes, ni combis cuyas rutas incluyan a San Enrique en sus recorridos, e incluso los remises evitan ingresar a causa del incierto estado de los caminos.
Servicios
Los pobladores de San Enrique señalan la inexistencia de algunos servicios básicos como la provisión de red de gas natural, cuya gestión se frustró producto del desacuerdo entre vecinos.
Se menciona también la deficiencia del funcionamiento de alumbrado público, la falta de una antena de telefonía celular (toman la señal de la antena de Del Valle), y la eventual ausencia de mantenimiento de calles y caminos.
Algunos encuestados, en especial los adultos mayores, también mencionan la dificultad que representa no contar en el pueblo con oficinas de ANSES, así como con cajero automático o dependencias bancarias que les permita cobrar salarios y jubilaciones sin necesidad de trasladarse a 25 de Mayo.
Producción y trabajo
La escasa dimensión político administrativa de San Enrique, como también, la inexistencia de fábricas que den lugar al desarrollo de actividades ligadas al sector industrial, reduce considerablemente el desarrollo de nuevas fuentes de trabajo que excedan a la actividad agrícola-ganadera.
De acuerdo al relevamiento realizado, este hecho no supone un problema de relevancia para el grueso de los encuestados, si bien la percepción varía según el grupo en que nos detengamos.
Gran parte de la población femenina identifica como un problema la falta de oportunidades laborales en actividades cuya mano de obra no sea mayoritariamente masculina. El grueso de la población femenina se desempeña como ama de casa, mientras que una porción menor se desenvuelve en el rubro servicios (indumentaria, gastronomía estética, etc.), como empleadas domésticas, o en el sector público como maestras o administrativas.
Los grupos etarios más jóvenes también identifican las características de las fuentes de trabajo como un obstáculo para el desarrollo del pueblo. Si bien no es un problema la falta de trabajo, las posibilidades laborales que ofrece San Enrique son muy limitadas, por lo que los jóvenes que se marchan a estudiar a otras ciudades no tienen la posibilidad de volver al pueblo a aplicar su profesión. Esta es identificada por los encuestados como una de las principales causas que impiden el retorno de los jóvenes al pueblo, una vez terminados sus estudios.
Asimismo, el trabajo en el campo no ha generado a lo largo de los años nuevos puestos de trabajo a nivel local, sino que se ha reducido a la par del avance de la tecnología. El mercado de trabajo local no tiene capacidad para absorber la nueva mano de obra que ingresa a la franja de población económicamente activa. Este es otro de los motivos por los cuales cerca del 80% de quienes terminan la escuela secundaria en San Enrique o localidades vecinas, emigran en busca de una ocupación.
Educación
La educación en San Enrique tiene algunas deudas importantes con la comunidad. Por un lado, el testimonio de los vecinos coincide en señalar el deterioro de la calidad educativa en las últimas décadas, como consecuencia de la ausencia de maestros locales. La mayoría de los docentes proviene de ciudades vecinas como 25 de Mayo o Saladillo, distanciadas de San Enrique por largos trayectos de tierra intransitables en períodos de lluvia. Esto genera un alto porcentaje de ausentismo docente, que se expresa en la pérdida de días de clases: algunos maestros tienen dificultades para llegar a San Enrique más de la mitad de los días establecidos por el calendario escolar.
Las clases son entonces planificadas a través del uso de cuadernillo de tareas que los padres deben trabajar con los chicos en las casas, y no existe recuperación de los días de clase perdidos. Este hecho supone el deterioro del nivel educativo de la escuela de San Enrique, en comparación con el resto de los colegios del distrito, y es causante de la baja matrícula de inscriptos con que cuenta el secundario/polimodal del pueblo. Al terminar el nivel primario, la mayoría de los chicos continúan estudiando durante los días de semana en la escuela Inchausti de Valdés, o en el colegio Carlos María Casares, situado en la localidad de Del Valle, que brindan una sólida formación técnica y agropecuaria.
San Enrique no cuenta con institutos de nivel terciario o universitario que permita a los jóvenes estudiar una carrera una vez finalizado el secundario, ni con centros de capacitación para quienes quieran aprender o perfeccionarse en oficios. El pueblo no puede entonces satisfacer las expectativas educativas de los jóvenes que terminan por irse, muchas veces acompañados por sus familias, a continuar estudios terciarios o de grado a Saladillo, La Plata o Buenos Aires.
Según el testimonio de los pobladores, alrededor de un 80% de los jóvenes emigra del pueblo al finalizar sus estudios secundarios. La gran mayoría no regresa. Con respecto a la relación de los chicos con la escuela, no se presentan problemas de relevancia. Según docentes y autoridades, los principales problemas que afrontan los alumnos se vinculan con las dificultades que tienen para llegar a la escuela los chicos que viven en estancias o parajes rurales aislados, a los que suele costarles un poco más la sociabilidad entre pares.
Las maestras del jardín de infantes coinciden en señalar que la mayoría de los niños llega con pocos estímulos educativos desde la casa: “No hay lectura de cuentos, no hay pinturita, no hay música. Eso dificulta un poco la adaptación de los más chiquitos, pero también te da la posibilidad de presenciar sus reacciones cuando se enfrentan a esas cosas por primera vez”.
Salud
El principal problema que afronta San Enrique en cuanto a la atención de la salud es la inexistencia de una farmacia o un botiquín rural que complemente la oferta de medicamentos provista por el “Plan Remediar”. Pese a que el botiquín de “Remediar” abarca una amplia gama de medicamentos y es renovado mensualmente, hay patologías específicas presentes en la comunidad que el programa no alcanza a cubrir. Para conseguir estos remedios es necesario trasladarse periódicamente a 25 de mayo o localidades más alejadas.
Asimismo, el centro de salud carece de aparatología de complejidad (nuevos equipos de radiología, oxímetro, electrocardiógrafo, etc.), que permita tratar urgencias cuando el mal estado de los caminos imposibilita el traslado a 25 de Mayo. En el mismo sentido, las autoridades de la sala solicitan que se habilite la internación que, según afirman, están en condiciones de brindar.
Otra dificultad en materia de salud es la falta de un médico pediatra que visite el pueblo para atender a los más chiquitos. Lo mismo ocurre con las especialidades de nutrición y ginecología, ausentes en el lugar.
El hecho de que el grueso de la atención de la salud recaiga enteramente en manos de un único facultativo, le recuerda a la población de San Enrique la fragilidad de su sistema de sanitario y la dependencia a la disposición del profesional.
Cohesión social
Los testimonios recogidos indican que los enfrentamientos y divisiones en la comunidad no son un elemento problemático a la hora de evaluar los conflictos que dificultan el desarrollo del pueblo. Sin embargo, podemos extraer algunas referencias a cuestiones de índole social o relacional que terminan siendo problemáticas.
Se ha planteado, en más de una ocasión, la falta de propósitos que activen las potencialidades individuales y/o colectivas, así como la desmotivación general de la población para concretar y sostener en el tiempo proyectos de diversa índole, con lo que en algunos casos colabora la ausencia de recursos.
Proyectos no concretados
La delegación municipal en conjunto con la municipalidad de 25 de Mayo ha impulsado talleres de artes (teatro, guitarra, danza folclórica) y oficios que, con mayor o menor suerte, no lograron prosperar en los términos esperados. La falta de público asistente por falta de interés, la deserción de los docentes por la dificultad en los traslados, o bien el conflicto interior de los grupos, terminaron por frustrar la llegada a buen término de la mayoría de esas experiencias.
Uno de los proyectos en los que está trabajando actualmente la escuela en conjunto con la delegación, es el programa de reciclado y separación de residuos, que se encuentra, por el momento y según refieren sus impulsores, en stand by.
Durante el trabajo de campo que dio inicio a esta investigación se realizaron encuestas al 20% de los hogares de San Enrique, y entrevistas semiestructuradas a actores claves de la comunidad. A todos ellos se les preguntó por aquellos sueños y proyectos que de modo concreto pudieran impactar positivamente sobre la realidad local. Observamos que para los pobladores, los proyectos de infraestructura y educación destacan por sobre el resto, seguidos por proyectos sanitarios, culturales y recreativos.
A continuación, desarrollaremos algunos de ellos:
Infraestructura
- La pavimentación de los 15 km de ruta que separan San Enrique de Del Valle supondría un cambio de vida sustantivo para la población, ya que permitiría el ingreso y egreso al pueblo tanto para los docentes que realizan a diario ese camino, como para traslados de emergencia e intercambios de tipo comercial. Éste, sin duda, es el principal sueño de la población de San Enrique, así como el motor de la organización del pueblo en acciones mancomunadas de protesta y de tipo legal, en pos de un reclamo que atraviesa al conjunto de la comunidad.
- Construcción de viviendas para compensar el actual déficit habitacional. En el pueblo no existen casas en alquiler ni propiedades en venta que permitan disponer de un hogar transitorio a miembros de localidades vecinas que quieran instalarse en San Enrique, ni escriturar a quienes en este momento alquilan una propiedad. Por el contrario, existen importantes construcciones abandonadas que podrían convertirse en viviendas o espacios de recreación.
- Instalación de una antena de telefonía móvil que ofrezca buena calidad de señal y cobertura, reemplazando así el débil servicio que otorga hoy la antena ubicada en la localidad de Del Valle.
- Instalación del sistema de gas natural de red.
- Apertura de un hotel u hospedaje que permita posicionar a San Enrique como un enclave del turismo rural en el corazón de la provincia de Buenos Aires.
- Refacción de las instalaciones del centro de jubilados, para que pueda volver a ser un espacio de encuentro y recreación para la población mayor de 65 años.
- Colocación de pisos adecuados para práctica de deportes (hándbol, básquet, vóley) en el club social, y protección contra roturas para los sistemas de iluminación.
- Instalación de un cajero automático que permita efectuar transacciones bancarias (principalmente cobro de jubilaciones y haberes) sin necesidad de trasladarse hacia Valdés o 25 de Mayo.
- Arreglo y embellecimiento de calles y espacios públicos.
Educativos
- Lograr una educación primaria y secundaria más eficiente y de calidad, a través del cumplimiento de los días de clase pautados por el calendario escolar. La escasez de maestros locales y el mal estado de los caminos, impide cumplir con este propósito.
- La creación de un instituto superior de formación docente representaría beneficios por partida triple: por una lado permitiría el desarrollo profesional de los miembros de la comunidad sin necesidad de trasladarse del pueblo, por otro acabaría con la falta de oportunidades laborales para las mujeres y, en última instancia, supondría la posibilidad de contar con docentes locales, lo que redundaría en una mejora de la calidad educativa.
- Creación de una carrera de grado ligada al sector agropecuario mediante convenios con universidades de la provincia de Buenos Aires. Ésto favorecería el arraigo de la población, que no tendría que irse del pueblo en busca de una más amplia oferta educativa.
- Taller de formación en periodismo en la escuela primaria y secundaria, para la elaboración de una revista o periódico escolar. El mismo contaría con el trabajo de los alumnos más grandes y con la colaboración de los más chiquitos. El objetivo final sería vender el periódico y destinar el dinero recaudado a distintos fines educativos y/o recreativos.
- Reimpulsar el proyecto ecológico que llevan adelante la escuela primaria y el jardín de infantes con apoyo de la delegación municipal.
Salud
- Apertura de una farmacia o un botiquín rural.
- Visita periódica de médico pediatra a San Enrique.
- Provisión de equipos de mayor complejidad en el centro médico local.
Culturales y recreativos
- Refacción y reinauguración de la cancha de bochas situada junto al club social, hoy abandonada. Años atrás este espacio constituía un punto de encuentro lúdico, acompañado por una taberna en la que se servían tragos y picadas.
- Instalación de aparatos de gimnasia en el club social o en espacio desaprovechados como el viejo mercado de ramos generales. Otra opción es la colocación de juegos diseñados para practicar actividad física en las plazas del pueblo.
- Construcción de una pileta de natación en las inmediaciones del club social para que los niños de San Enrique, y la comunidad en general, tenga acceso a una actividad deportiva y recreativa integral.
- Instalación de una emisora de radio comunitaria, en la que diferentes actores de la comunidad tengan espacio para trabajar temas específicos (música, arte, deportes, cultura, política, etc.), así como plantear cuestiones inherentes a la comunidad.
- Edición de un periódico local que permita acceder diaria o semanalmente a un medio escrito de comunicación, sin necesidad de ir a 25 de Mayo para conseguirlo. Además, significaría la posibilidad de producir información desde y para el pueblo, así como de difundirla entre los miembros de la comunidad.
- Creación de una biblioteca comunitaria como complemento de la educación de niños y jóvenes, que cuente con una comisión organizadora encargada de su administración.
- Creación de una biblioteca escolar con su consiguiente administrador
- Apertura de talleres de danza, música y/o teatro, cuyo formato organizativo permita la concreción de los mismos en los términos originalmente pautados.
- Fomentar la invitación a compañías teatrales para que presenten en San Enrique sus obras y espectáculos.
- Rehabilitación de la cancha de fútbol grande y organización de campeonatos para niños, jóvenes y adultos.
Comercios
- Apertura de una panadería y un puesto de diarios y revistas.
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