Según los valores obtenidos de las 19 encuestas a hogares, se observa que tanto los niveles de desarrollo, de aislamiento (mide grado de aislamiento del pueblo respecto de ciudades vecinas y el mundo en general), de entrepreneurismo (mide la cualidad emprendedora de la población económicamente activa de un pueblo), de participación en instituciones (establece el grado de participación popular que registran las instituciones del pueblo) y de institucionalidad (representa el grado de actividad que registran las instituciones del pueblo) alcanzados por parte de la localidad son medios. En materia educativa, el índice del nivel educativo de los pobladores (mide el porcentaje de personas que han completado sus estudios primarios) registra un índice alto de formación.

En lo referente al área de salud, se muestran índices bajos de carencias sanitarias que se correlaciona con un altísimo valor en materia de oferta de servicios de salud. Sin embargo, en cuanto a las enfermedades de orden alimentario, los casos de obesidad; de orden contagiosa, como la parasitosis, y de adicción, como la drogadicción y el alcoholismo, se evidencian índices altos entre sus habitantes.

A partir de la investigación llevada a cabo en Santa Blanca es posible reflexionar sobre diversos aspectos. En principio se destaca la tarea de gestión constante por parte de la vocera de la localidad, Mónica T. Núñez, cuya función de interlocutor en el dialogo entre el distrito-municipalidad y comunidad, hace posible satisfacer en forma concreta las numerosas y diversas necesidades del pueblo, en cuestiones que van desde un delantal para un niño de la escuela, hasta avances en materia de infraestructura como el tendido de luminarias en varias de sus calles.

Como se ha advertido, el gobierno provincial, municipal y distrital, a través de diferentes instituciones, promueve diversos y numerosos programas con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pobladores de la localidad en pos de nuevos proyectos y oportunidades de carácter cultural y social, como también de desarrollo rural sustentable.

Por otro lado, se resalta el atractivo paisaje que rodea al poblado, el cual acompañado de una puesta en valor de los lugares históricos característicos de Santa Blanca, puede ser punto de partida en la promoción de actividades turísticas en la zona.

Se observa también la necesidad de la inclusión del trazado del pueblo dentro de la geografía referenciada de la provincia o del departamento. Cabe señalar que con anterioridad a la visita a la zona, dicha comunidad no contaba con un mapa que representara el trazado de sus calles y lotes. De esta manera, fue durante la etapa de investigación en la localidad que fue posible, por intermedio de la vocera y a través del área de catastro de la municipalidad, obtener un plano de Santa Blanca. En la actualidad (mes de referencia julio 2014), la localización de dicho pueblo rural no está representada en los mapas de difusión turística y de consulta frecuente, en ellos únicamente se identifica al distrito. A través de un medio tan masivo como es internet hoy en día, donde prácticamente toda la información es allí volcada, la imposibilidad de conocer su ubicación, es de alguna manera, desconocer su existencia.

Otro de los aspectos a señalar, vinculado a la infraestructura, es el desigual acceso a los servicios básicos como la red de gas natural y el de agua potable. Para los pobladores que se abastecen de agua por medio de pozo y/o padecen la deficiente y costosa calefacción por garrafas, en particular durante el periodo invernal, la carencia de tales servicios se impone como una demanda urgente y primordial para su vida diaria.

A ello se suma el reducido número de hogares con acceso a Internet lo cual también dificulta la difusión de la oferta de los diferentes programas y convocatorias impulsadas por las diferentes entidades institucionales.

También es dable destacar un desigual acceso y aprovechamiento del agua para riego por parte de los pequeños productores y trabajadores rurales de la localidad que en mayor medida debido a sus condiciones económicas utilizan el sistema de riego tradicional, implicando un dispendio del recurso que además implica mayores costos en las tarifas por irrigación. La implementación de sistemas de riego presurizado en sus chacras reduciría costos, entre otros beneficios, pero sin embargo esa posibilidad es remota para ellos. Capacitaciones y programas de apoyo económico vinculados a esta temática se están llevando a cabo por parte de las diversas entidades ya mencionadas, aunque su implementación no parece estar al alcance de todos ellos.

Por otro lado, dada la particularidad del pueblo disperso, sumado a la ausencia de espacios comunes de usos múltiples que los congreguen; a la reducida frecuencia de los medios públicos de transporte; al diferencial acceso a los servicios, donde a unos les falta el gas pero tienen agua potable, otros requieren de luminarias en sus calles, otros tienen gas pero aún siguen con agua de pozo, no facilita la participación y cohesión de sus pobladores a la hora de planificar y concretar sus proyectos.

De las encuestas realizadas surge también la sensación de apatía por parte de los de mayores de 65 años, que sin motivaciones ni actividades van dejando pasar sus días. A pesar de la organización de diversos talleres y actividades destinados a incluir a dicho sector de la población, los mismos no han tenido concurrencia alguna. Algo similar puede observarse respecto de aquellos jóvenes, que sin continuar con su formación educativa secundaria permanecen pasivos e indiferentes sin oferta de actividades o talleres que los entusiasme, convoque y movilice. Un factor que interfiere es la ausencia de un espacio común próximo, la necesidad de trasladarse no juega a favor sobre todo si se considera la sensación de inseguridad que padecen sus habitantes.

En este sentido, la carencia en materia de seguridad ha modificado la calidad de vida de sus pobladores como consecuencia directa en el aumento de la frecuencia de los robos de elementos agrícolas y del hogar. Tal fenómeno se ve reflejado en las instalaciones de sistema de alarmas que pueden detectarse en las viviendas. 

Fuente: Elaboración propia sobre la base de 19 encuestas realizadas a hogares y a informantes claves.