La localidad de Santa Blanca se encuentra ubicada dentro de la ecorregión del monte. Esta ecorregión posee un clima predominantemente seco, con precipitaciones entre 100 y 400 mm anuales. Su vegetación predominante es de tipo arbustiva xerófila (adaptada a clima seco), distribuida en comunidades halófilas (con adaptaciones a altas concentraciones salinas) como los zampales y los jumeales; vegetación psamófila (con adaptaciones a sustratos arenosos) como las jarillas y algunos pastos, y en el estrato arbóreo encontramos bosques degradados de freatófitos, que son los árboles que buscan agua en las napas subterráneas del suelo, como los algarrobos y los chañares.
El relieve de llanura favorece la actividad agrícola en la región. Sin embargo se trata de una zona árida a semiárida, con precipitaciones medias anuales no mayores a 235 mm, que ocurren principalmente en el verano. El fuerte desarrollo agrícola de la región se ha logrado entonces a partir de la distribución y regulación de los caudales de los principales ríos, que permite un riego adecuado de los cultivos, asegurando así su productividad. Las condiciones logradas en la región resultan ideales para el cultivo de la vid, lo que ha permitido al departamento convertirse en la primera zona vitivinícola del país. También se destacan el cultivo de olivo, de hortalizas y de vegetales varios en la zona.
En el pueblo de Santa Blanca se destacan los cultivos de hortalizas (ajo, cebolla, calabaza, entre otras). Es una zona principalmente de pequeños productores agrícolas y el destino final de sus productos es, mayoritariamente, el mercado local.
La intensa actividad agrícola ha conducido a una fuerte transformación de la región. Se observan pocos ejemplares de flora autóctona y como consecuencia, muy pocos ejemplares de fauna característica de la zona. En las zonas más urbanizadas del pueblo pueden verse además, ejemplares de flora exóticos (como palmeras y pinos, entre otros) que han sido introducidos probablemente por cuestiones estéticas.
El departamento de Maipú presenta un relieve de llanura con desnivel orientado de sudoeste a noreste. Esta planicie de clima templado árido con tendencia al cálido, tiene temperaturas máximas absolutas de 42,7 grados y mínimas absolutas de 9,2 grados, la temperatura media anual es de 15,6 grados. Las precipitaciones oscilan en los 200 y 400 mm anuales, dándose las mayores precipitaciones en la estación estival. Las precipitaciones son caracterizadas como de gran intensidad, de tipo convectivas, torrenciales, intermitentes y de corta duración. Durante el resto del año prácticamente no llueve.
Los suelos presentes en la zona son de dos tipos: asociados a oasis y suelos aluviales, con buenas condiciones de drenaje. Los suelos aluviales son de origen fluvial. Los ríos de la provincia se originan en los cordones montañosos, a partir de la fusión de las nieves y los glaciares, y luego transitan por el llano. Mientras que los oasis se originan como consecuencia de la sistematización y regulación de estos ríos y el aprovechamiento del agua subterránea. La sistematización y regulación se logra mediante diques y canales con propósitos múltiples (agua potable, riego, producción energética, protección contra crecidas, etc.).
La mayor parte del subsuelo de la llanura mendocina corresponde a cuencas sedimentarias modernas (era cuaternaria) que constituyen los reservorios de agua subterránea o acuíferos, estrato o formación geológica que permite el almacenamiento y la circulación del agua por sus poros y/o grietas. El agua que allí se encuentra ha sido aportada principalmente por la infiltración que ocurre a través de los lechos de los ríos.
Los vientos predominantes provienen del oeste y sudoeste. Sin embargo el Zonda, procedente del noroeste, es muy importante en la región dado que provoca fuertes ráfagas cálidas y secas en el llano e importantes temporales de nieve en la cordillera. Este viento se desarrolla entre mayo y octubre, pero se manifiesta con mayor intensidad en los meses de agosto y septiembre. Como consecuencia de ello, afecta a la vegetación adelantando la floración, haciéndola más vulnerable a los efectos de las heladas. Las heladas más comunes en la zona se producen con mayor facilidad cuando el cielo se halla despejado, ya que entonces la tierra pierde más calor por irradiación (heladas de irradiación). Cuando ocurre la solidificación del agua dentro de las células de las plantas, causada por un descenso de la temperatura por debajo de su punto de congelación, se dice que se ha producido una helada. Las plantas pueden sufrir, entonces, quemaduras en sus tejidos.
El pueblo de Santa Blanca se encuentra ubicado en la ecorregión de monte, exclusiva de la Argentina. La misma abarca una extensa superficie de Mendoza y tiene amplias transiciones con la Alta Montaña (Andes y Precordillera) y la Estepa Patagónica. El clima es seco con precipitaciones escasas pero intensas. Se producen además intensas heladas y granizo. La aridez del territorio y la adversidad del clima y del suelo determinan las especies de flora y fauna autóctonas que resultan aptas para resistir a estas condiciones.
La comunidad vegetal característica es la estepa arbustiva xerófila (con adaptaciones a ambientes secos), con predominio de jarillas y retamos. En algunos sectores quedan relictos del bosque de algarrobo. La avifauna del monte se caracteriza por la presencia de especies también propias de otras unidades biogeográficas áridas vecinas. Por ejemplo, la martineta copetona (Eudromia elegans), la diuca común (Diuca diuca) y la loica común (Sturnella loyca). En Mendoza están presentes la mayoría de las aves exclusivas del monte: caserote pardo (Pseudoseisura gutturalis),pititorra (Troglodytes aedon), canastero castaño (Asthenes steinbachi), canastero rojizo (Asthenes dorbignyi), canastero patagónico (Asthenes patagónica), gallito arena (Teledromas fuscus), monjita castaña (Neoxolmis rubetra), y monterita canela (Poospiza ornata), perdiz de monte (Nothoprocta cinerascens), martineta (Eudromia elegans), perdiz chica (Nothura maculosa),águila mora (Geranoaetus melanoleucus), entre otras.
El territorio que corresponde a Santa Blanca se encuentra casi en su totalidad cultivado y prácticamente ha desaparecido la cubierta vegetal autóctona. Sin embargo es posible detectar algunos de los ejemplares autóctonos como la jarilla, algarrobo dulce (Prosopis flexuosa), alpataco (Prosopis alpataco), retamo, álamo blanco (Prosopis alpataco), álamo carolino (Populus deltoides),aguaribay (Schinus areira), pájaro bobo (Tessaria absinthioides) y cola de caballo (Equisetum arvense). Además de especies halófilas y psamófilas como zampa (Atriplex lampa), jume (Allenrolfea vaginata), retortuño (Prosopis strombulifera), cuerno de cabra (Adesmia trijuga) y pasto salado (Distichlis spicata). También se observan algunos ejemplares exóticos en la zona, como el sauce llorón (Salix babylonica), eucaliptos, pinos, cipreses y palmeras, en general formando parte del arbolado público o entre las parcelas cultivadas.
La transformación de la región en una zona agrícola, con la consecuente desaparición de especies vegetales autóctonas, trae aparejada la modificación de las especies de aves características de la región. A esto se le suma la introducción de especies vegetales exóticas. En el pueblo de Santa Blanca puede reconocerse la presencia de distintas especies de aves, ya sea por observación directa, por sus cantos característicos o por sus nidos. Entre ellas: el chimango (Milvago chimango), la diuca común (Diuca diuca), la paloma torcaza (Zenaida auriculata), el benteveo común (Pitangus sulphuratus), la cotorra (Myiopsitta monachus), la paloma doméstica (Columba livia), el zorzal colorado (Turdus rufiventris), el zorzal chiguanco (Turdus chiguanco), siete cuchillos o pepitero de collar (Saltator aurantiirostris), carpinteros, tero común (Vanellus chilensis), lechuzón de campo (Asio flammeus) y aguiluchos.
Otras especies animales característicos de esta zona son los típicos de planicie o llanura como sapos, ranas, perdices, iguanas, lagartijas, víboras como la yarará o la boa de las vizcacheras. Entre los mamíferos se encuentran ratas, cuises, zorrinos, vizcachas, quirquinchos, comadrejas, zorros gris y colorado, gato montés. De la fauna típica de la región pocas especies pueden observarse aún en el pueblo de Santa Blanca por la gran transformación de la zona para uso agrícola.
Jarilla y cuerno de cabra (Adesmia trijuga) Chimango (Milvago chimango)
Cotorra (Myiopsitta monachus) Nido de hornero
Diuca (Diuca diuca)
Teros (Vanellus chilensis)
Benteveo (Pitangus sulphuratus)
Chimango (Milvago chimango)
Los principales ríos mendocinos nacen en la cordillera de los Andes y sus caudales discurren de oeste a este para desembocar en la llanura, bajo cuya superficie se desarrollan cuencas sedimentarias modernas que constituyen los reservorios de agua subterránea recargados principalmente por los mismos ríos. Los mayores caudales se producen en primavera y verano, como consecuencia del deshielo y la fusión de las nieves de las altas cumbres.
Mediante una extensa red de canales artificiales y acequias se distribuye el agua de los principales ríos y se mejora su aprovechamiento para uso forestal, energético, agropecuario y poblacional.
Por otro lado, el Zonda, al encontrarse con el cordón montañoso de los Andes, descarga su humedad en forma de significativas nevadas, las cuales son fuente principal de alimentación de los ríos al descender de la cordillera durante el deshielo de primavera.
El principal río de la zona, y el más cercano al pueblo de Santa Blanca es el río Mendoza.
Santa Blanca se ubica en una zona árida o semiárida, con precipitaciones medias anuales no mayores a 235 mm, las cuales ocurren principalmente en el verano y son de gran intensidad y corta duración. Durante el resto del año prácticamente no se producen lluvias. Esas precipitaciones, al caer en las cuencas de recepción aluvionales, pueden dar lugar a crecientes de notable magnitud que originan aluviones que fluyen por los zanjones y cauces, habitualmente secos y que a su vez desembocan en cauces mayores sobre la bajada pedemontana hasta alcanzar la planicie aluvial. Como consecuencia, pueden producirse anegamientos e inundaciones. Entonces, resulta necesaria la regulación y distribución del caudal del río Mendoza a través de diques y canales, para garantizar el riego en las zonas agrícolas y permitir un adecuado desarrollo de los cultivos.
El río Mendoza en su curso medio atraviesa el extremo meridional del departamento de Maipú y luego se dirige al noreste para iniciar su curso inferior. Luego el caudal llega al dique Cipolletti (Luján de Cuyo), cabecera del sistema de distribución de agua de riego y a su vez, defensa ante posibles crecidas, del cual nace el canal Gran Matriz que entrega los caudales al Gran Comparto, una de las principales obras hídricas de distribución del río Mendoza, con una capacidad máxima de 97 m3/s y que alimenta a dos canales principales: el Cacique Guaymallén y el General San Martín.
Plano red de distribución del río Mendoza
Canal San Martín – Localidad de Santa Blanca. Fuente: http://campus.fca.uncu.edu.ar.
Las áreas de cultivo correspondientes al tramo medio del río Mendoza, entre las que se encuentra el poblado de Santa Blanca, están abastecidas por el canal General San Martín que termina en el departamento de Lavalle, con una extensión aproximada de 74 km, abastece cerca de 30.000 ha productivas.
El Departamento General de Irrigación, entidad dependiente de la provincia, realiza anualmente la limpieza de estos cauces de riego que transportan agua para las tierras en producción de Mendoza.
Las profundidades desde las que se extrae el agua subterránea suelen variar a lo largo de una cuenca, es decir, desde donde desembocan los ríos que les dieron origen y que las recargan hasta sus sectores más alejados.
En la cuenca norte, dentro de la cual se ubica el pueblo de Santa Blanca, el primer nivel de explotación tiene profundidades inferiores a los 80 m. En general, este nivel no se explota actualmente debido a su elevado nivel de salinidad, causa por la cual la mayoría de las perforaciones de esta profundidad se han abandonado y reemplazado por otras que explotan los niveles más profundos. Niveles de salinidad elevados se tornan además perjudiciales para la productividad de los cultivos agrícolas. El segundo nivel de explotación tiene profundidades que varían entre 100 y 180 m, con valores más bajos de salinidad.
La recarga de los acuíferos o aguas subterráneas en la región se produce como consecuencia de las infiltraciones que ocurren a través de la superficie del suelo, ya sea este el lecho de los ríos, de los canales o las áreas regadas; y por las pérdidas en conductos subterráneos como las cañerías de agua potable y sanitaria. También las lluvias podrían llegar a contribuir, aunque muy poco ya que las precipitaciones en la llanura son escasas.
El riego de zonas cultivadas en la localidad de Santa Blanca es el principal destino del agua extraída desde los acuíferos, principalmente a través de perforaciones. En algunos casos se utiliza como complemento del agua de riego superficial que llega a las propiedades a través de los canales, y cuya distribución e impuesto está regulado por el Departamento General de Irrigación (riego por turnos).
La mayoría de los pobladores de Santa Blanca cuenta con perforaciones en sus terrenos, de entre 50 a 80 metros de profundidad, desde las cuales obtienen el agua que utilizan para riego y para uso personal. La mayor parte de los productores de Santa Blanca, no utiliza el agua proveniente de los canales para sus cultivos para evitar el impuesto correspondiente. El agua proveniente de las perforaciones es conducida por acequias que ellos mismos construyen hasta las áreas cultivadas.
Sistema de compuertas para el riego de cultivos
Bomba de extracción y acequia (perforación de 50-80 m)
En Santa Blanca se utilizan principalmente dos sistemas de riego: riego a manto y riego por surco. El primero se utiliza sobre todo en los cultivos de vid y consiste en inundar sectores llanos entre los cultivos. El segundo consiste en realizar surcos entre los cultivos y pueden inundarse estos surcos (método sin pendiente) o bien permitir el ingreso del agua por desnivel (método con pendiente). El riego por surcos es el más utilizado en Santa Blanca, sobre todo en los cultivos de hortalizas. El caudal necesario de agua es mayor en los casos sin pendiente.
La forma de riego es, entonces, una de las variables que determinan la cantidad de agua necesaria en las zonas cultivadas. En Santa Blanca prácticamente no se utiliza el riego por goteo u otro método de riego que permita un uso racional del recurso. El riego por goteo se utiliza en zonas aledañas al pueblo de Santa Blanca, para cultivos de mayor extensión, probablemente por los costos que este representa para los pequeños productores.
Riego a manto – Cultivo de vid
Riego por surco, método con pendiente – Cultivo de cebolla
No existen registros de actividad minera en la localidad de Santa Blanca.
Comportamiento humano
Uso del recurso hídrico
Dadas las condiciones climáticas y las características de su suelo, la agricultura sólo es posible a través de la sistematización del riego. Mendoza constituye la provincia con mayor superficie irrigada del país, representando un 25% del total nacional, y Maipú forma parte de la denominada zona del oasis del norte que se caracteriza por sus irrigados tradicionales. Los oasis irrigados en la provincia de Mendoza son ecosistemas profundamente modificados por la acción del hombre, cuya fragilidad y vulnerabilidad se relacionan en gran medida con la disponibilidad del recurso hídrico.
En Santa Blanca, la práctica del riego tradicional por medio de la irrigación superficial implica el derroche de enormes cantidades del recurso acuífero.
La innovación en nuevas tecnologías de riego como el riego por goteo o presurizado, que utiliza el agua subterránea, permite racionalizar el uso del recurso suministrando controladamente el agua de acuerdo a las necesidades fisiológicas de cada especie, incorporar fertilizantes líquidos en el sistema de riego (teniendo en cuenta los riegos de contaminación en el momento de la elección de los fertilizantes) y, al mismo tiempo, disminuir la mano de obra necesaria para mantenimiento del sistema. En el riego por goteo el agua se conduce a presión por tuberías y luego por mangueras de riego que recorren las hileras del cultivo. El emisor, externo o incorporado a la manguera de riego, es un “gotero” de caudal con una separación variable según el suelo y el cultivo a regar. Aplica el agua en forma de gotas que se van infiltrando a medida que caen.
Lograr un manejo optimizado de los recursos hídricos de la región con el objetivo puesto en el desarrollo sustentable garantizaría la actividad de todos los productores y la preservación de los recursos naturales necesarios, tanto para la actividad productiva como para la vida en general, el acceso al agua potable de todos los pobladores y la preservación de la salud. En necesario para alcanzar este objetivo, tener en cuenta las distintas actividades humanas que se realizan en la zona, la sobreexplotación, los riesgos de contaminación y sus posibles efectos zonales o puntuales.
Salinidad
Los problemas de las aguas subterráneas mendocinas se vinculan con las cantidades y la calidad de las mismas. En las cuencas norte, centro y sur el desarrollo de cultivos intensivos bajo riego ha provocado la salinización del acuífero somero (o freático) donde existe cierto grado de confinamiento; las sales disueltas que suelen traer las aguas de los ríos y las aguas subterráneas destinadas al riego, más aquellas acumuladas en el perfil del suelo que exploran las raíces de las plantas regadas, suelen percolar en profundidad incorporándose a los acuíferos freáticos, salinizándolos y haciéndoles perder sus aptitudes. Desde el punto de vista agrícola si el agua de riego supera 2,25 dS.m-1 es considerada de alta salinidad y se torna perjudicial para alcanzar una adecuada productividad en la mayoría de los cultivos agrícolas. Las salinidades elevadas en algunos sectores de la cuenca se deben principalmente a contaminación salina inducida desde el primer nivel por efectos derivados de la sobreexplotación de acuíferos, mala construcción de perforaciones y roturas de perforaciones por corrosión en cañerías de entubación.
Contaminación cloacal
Sobre la ruta provincial Nro. 50, en el límite del pueblo de Santa Blanca, existe una red de agua potable. La idea del municipio es extender la red dado que en la zona se utilizan perforaciones de poca profundidad para extraer el agua para consumo y aseo personal. No existe actualmente una red cloacal en la mayor parte del distrito de Fray Luis Beltrán.
En particular en Santa Blanca los pobladores utilizan pozos ciegos, y, en algunos casos, cámara séptica, para sus desechos cloacales. Esto representa una fuente importante de contaminación de los acuíferos, sobre todo del acuífero más cercano a la superficie. Las características del suelo facilitan la filtración de la contaminación, y microorganismos que naturalmente se desarrollan en las aguas cloacales, hacia las aguas subterráneas. En algunos casos se puede observar que existe muy poca distancia entre los pozos ciegos y el punto de toma de agua del acuífero (bomba), facilitando la contaminación del agua para uso personal y para riego de los cultivos.
Pozo ciego tapado con troncos, cercano a una acequia de riego y a pocos metros de la bomba de extracción de agua
El Ente Provincial de Agua y Saneamiento de Mendoza (EPAS) no recomienda utilizar agua proveniente de perforaciones menores a 150 metros en la zona de Fray Luis Beltrán. Recomienda además, en el marco de la emergencia hídrica provincial declarada en la provincia, un uso responsable del agua y se solicita a los usuarios no utilizar el método de riego a manto. Sin embargo, y pese a que los pequeños productores están al tanto de la emergencia hídrica en la provincia, en el pueblo de Santa Blanca predominan las perforaciones de entre 50 y 80 metros y el riego por inundación (a manto o por surcos). Los productores plantean la problemática de los costos para hacer frente a métodos de riego que permitan un uso racional del recurso y a la vez garantice las buenas condiciones para sus cultivos.
Fertilizantes y plaguicidas
En las áreas cultivadas de Santa Blanca se utiliza como fertilizante principal el excremento de animales y, en algunos casos, fertilizantes sintéticos. Esto representa otra fuente importante de contaminación, tanto de las aguas subterráneas (por filtración) como de las aguas superficiales (canales y acequias).
En la agricultura moderna el uso de los pesticidas es común. Su utilización racional colabora en el proceso productivo, mejorando en muchos casos la calidad y cantidad de las cosechas. Sin embargo, el uso masivo e indiscriminado de los mismos ha contribuido a provocar desequilibrios en los agroecosistemas, produciendo disminución o desaparición de enemigos naturales, aparición de cepas resistentes, inducción de nuevas plagas, etc. Además, surge el problema de la presencia de residuos tóxicos en los productos vegetales destinados al consumo humano o animal y en los acuíferos que los pobladores usan para uso personal y para regar sus cultivos.
En Santa Blanca se utilizan distintos tipos de plaguicidas, en su mayoría de origen sintético. Algunos ejemplos utilizados en la zona son: Roundup, Gramoxone, Totril, Temik, entre otros. Los tres primeros ejemplos citados son herbicidas mientras que el último es un insecticida granulado.
La contaminación provocada por estos productos, tanto de las aguas y los alimentos como en la atmosfera, es mucho más severa ya que se trata de productos altamente tóxicos. Se los asocia actualmente a diversas enfermedades que pueden observarse en regiones con desarrollo agrícola de nuestro país. Además, su efecto tóxico resulta muy nocivo para otras especies animales y vegetales, alterando los ecosistemas. Resulta necesario entonces brindar información a la población acerca de los riesgos del uso de estos productos como también acerca de la normativa que regula su aplicación, para evitar la utilización de plaguicidas actualmente prohibidos en nuestro país para la actividad agrícola, como el caso del Temik. Se observa en algunas zonas la reutilización de los recipientes vacíos de los plaguicidas para juntar agua de lluvia, como maceteros, etc.; lo que representa un importante riesgo para la salud.
En algunas urbanizaciones del pueblo de Santa Blanca, por ejemplo en el barrio Carril Viejo, pueden observarse perforaciones de mayor profundidad, cuyo mantenimiento es realizado por la municipalidad de Maipú. En este barrio, ubicado en el límite del pueblo de Santa Blanca, sobre el Carril Viejo, puede observarse una perforación de 170 metros, aproximadamente, y una red que distribuye el agua a varias manzanas desde el mismo pozo. Sin embargo los vecinos no cuentan con red de cloacas y todos poseen pozos ciegos en sus viviendas. Las acequias que recorren la urbanización se observan con crecimiento algal y basura. El crecimiento algal puede ser indicador de que los desagües de las viviendas, con agua con productos de limpieza y/o para higiene personal, se descargan directamente sobre las acequias.
Floración algal en las acequias, barrio sobre Carril Viejo
Basura en las acequias
Contaminación por industrias
No se observa una gran cantidad de industrias en el pueblo, salvo una bodega que realiza exportaciones llamada ‘’Viña Maipú’’ y algunas empresas familiares como la fábrica de dulces y conservas ‘’La casita de la Abueli’’, entre otras. Por eso pareciera no ser de gran importancia la contaminación de origen industrial. La Casita de la Abueli por ejemplo, ubicada sobre la calle Landi, se dedica a la elaboración de dulces artesanales y conservas utilizando frutos de la región y llevando a cabo una producción sin agregado de conservantes. Como resultado de la elaboración de este tipo de productos, los riesgos de contaminación son mucho menores.
Tratamiento de la basura
Santa Blanca no cuenta con un sistema de tratamiento de la basura. La basura de la localidad es recolectada por camiones que se dirigen a una planta ubicada en Barrancas para su posterior tratamiento
Desastres naturales
La principal fuente de desastres naturales se debe a la caída de granizo, la cual se produce generalmente entre los meses de octubre y abril debido a la gran cantidad de calor que liberan los suelos al aire estimulando la formación de tormentas.
Los granizos acaecidos en 2012 y 2013 afectaron severamente las cosechas, hubo destrozos en los techos de numerosas viviendas, y la caída de árboles produjo daños en el tendido de la red de distribución eléctrica domiciliaria y de telefonía. También generó graves consecuencias en la fauna, y una gran cantidad de aves murieron reflejando un panorama desolador. En ambas ocasiones el gobierno brindó subsidios para cubrir las damnificaciones sufridas.
Las heladas y fuertes tormentas también representan grandes pérdidas para los productores. Para proteger sus cultivos, pocos de ellos pueden acceder a telas o mallas protectoras, por los costos que esto significa. Estas telas "antigranizo" son fabricadas con materiales sintéticos y se colocan sobre los cultivos para protegerlos.
Cultivo de vid con tela antigranizo Cultivo de cebolla con tela antigranizo
Una alternativa muy difundida en la región para evitar que las heladas dañen los cultivos es la quema de cubiertas de caucho. Esta alternativa no resulta útil para combatir la helada y se encuentra en desuso por la contaminación y los riesgos para la salud que representa. Sin embargo se utiliza en algunas zonas donde se dificulta el acceso a otros sistemas de protección de los cultivos por los costos. La quema de caucho sólo protege a los cultivos cercanos al fuego, contamina el aire, provoca trastornos respiratorios a los pobladores y disminuye la visibilidad en las rutas provocando accidentes.
Desde la Municipalidad de Maipú, especialmente desde el área de Dirección y Promoción Económica se implementan diferentes programas destinados a favorecer a los productores de la región. Estos programas son generalmente financiados por la provincia. Un ejemplo es Maipú Flor, destinado a productores de flores.También existe un programa destinado a jóvenes productores. Están enfocados principalmente a favorecer la calidad y la cantidad de la producción mediante, por ejemplo, el acceso a nuevas tecnologías para el agro.
Invernadero de flores, calle Landi
Sistema de riego por goteo en invernadero de flores
Diseñado por BUPPIT