La mayor parte de la producción agraria depende del riego. Para asegurar una distribución eficiente, el agua de montaña es embalsada y distribuida en canales. El agua avanza a través de esos canales a medida que se van abriendo compuertas, siguiendo turnos preasignados. El caudal es bajo y no siempre alcanza a todas las parcelas productivas. Como solución, algunos productores han optado por el riego por goteo con perforaciones. Las grandes parcelas son mayormente destinadas a cultivos de vid conducidas en parrales y olivo.
Los minifundios, en general entre una y tres hectáreas de superficie, son aprovechados prioritariamente para la cría de porcinos, en segundo lugar para bovinos y en tercero, caprinos; además de alguna producción de maní. A baja escala, hay algunas producciones de frutales de carozo, hortalizas (especialmente pasturas), y a nivel familiar, conejos y gallinas. Estas producciones se encuentran por lo general en las casas ubicadas en las afueras del ejido urbano, ya que cuentan con lotes más extensos.
En cuanto a la actividad industrial, predomina la vitivinícola, desarrollada en una serie de bodegas que desde hace décadas constituyen la producción con mayor oferta de fuentes de trabajo, de la mano de la actividad en las plantaciones de vid, destinada justamente a la industria del vino.
Diseñado por BUPPIT