El Cardón es un pueblo de una economía muy básica, pues resalta la casi nula presencia de establecimientos instalados en el lugar que ofrezcan productos y servicios. Se trata más bien de una comunidad agrícola-ganadera que produce bienes para consumo familiar y ocasionalmente para un comprador espontáneo.
Sin embargo, podemos observar en el siguiente gráfico, un ejemplo de la cantidad de personas empleadas en ellos:
La primera barra a la izquierda indica que hay dos personas empleadas en un hogar en el que se produce nuez: se trata sólo de un ejemplo de los muchos posibles en todo el pueblo. Sólo una familia llenó la encuesta considerando que su hogar y su trabajo recolectando y vendiendo la nuez, puede ser considerado un establecimiento productivo. Por ello, la barra podría ser mucho más alta; sin embargo, si lo fuera, no sería representativa a la hora de hacer comparaciones con otra localidad, porque en El Cardón esta actividad relacionada con la agricultura es común en casi todos los hogares.
La segunda barra indica que hay dos personas empleadas en un comercio. Se trata de un kiosco, el único que hay en El Cardón. En este caso, la barra sí resulta representativa, pues no hay más personas que realicen esta actividad en el pueblo.
La tercera barra muestra que hay dos personas empleadas en la actividad esporádica de realizar transportes, pero no se trata de establecimientos instalados y constituidos como una empresa.
La última incluye a personas que realizan impresiones y fotocopias o que brindan el servicio de albañil.
Gráfico de elaboración propia con base en datos obtenidos de encuesta a comercios en octubre de 2017.
Realizada la aclaración anterior, observemos los siguientes gráficos: cantidad de ellos y antigüedad de los mismos (notar que ninguno tiene más de 5 años). Sólo uno de los 6 casos está inscripto como monotributista y el resto se mantiene de manera informal. Observar también, los problemas que enfrentan estos emprendimientos.
Gráfico de elaboración propia con base en datos obtenidos de encuesta a comercios en octubre de 2017.
Gráfico de elaboración propia con base en datos obtenidos de encuesta a comercios en octubre de 2017.
Gráfico de elaboración propia con base en datos obtenidos de encuesta a comercios en octubre de 2017.
De acuerdo a la entrevista al referente económico, el Cardón es “una mina de oro” pues las posibilidades para su desarrollo económico están al alcance de la mano. Esto sucede porque el pueblo cuenta con recursos de todo tipo, disponibles para agregarle valor, siempre y cuando se pueda hacer del turismo una actividad sustentable y sostenible en el tiempo.
El paisaje, las huellas ancestrales de los pueblos originarios, el agua, la flora y la fauna autóctona y el suelo apto para el nogal y cualquier otra plantación, hacen de El Cardón un oasis imperdible para cualquier contingente de turistas. Lo difícil es atraer al turismo porque la infraestructura es obsoleta.
El primer paso, sería construir caminos en condiciones aptas para vehículos, luego se debería crear cooperativas de trabajo para que los pobladores trabajen en conjunto, se deberían dictar muchos cursos de capacitación, y luego se debería conseguir el financiamiento para ir desarrollando cada parte que haga falta: un ejemplo consiste en buscar arqueólogos que se ocupen de estudiar científicamente la zona para salvaguardar las huellas del pasado y poder acondicionar los vestigios de las civilizaciones antiguas para su exposición al turista (entre los pobladores del lugar y el referente económico, que vivió ya por 12 años en el pueblo, conocen sitios arqueológicos interesantes).
Hay que tener en cuenta también, que no hay que considerar desarrollo el crecimiento de un solo actor social, pues sería un riesgo tremendo que una empresa se asiente en el lugar para enriquecerse en detrimento de los pobladores de El Cardón. El referente confiesa que no le gustaría que suceda lo que sucedió con el Parque Nacional Talampaya, en el que “una empresa privada se lleva todas las ganancias, mientras que nada queda para los campesinos que viven en sus cercanías”.
Tanto la actividad de la Nogalicultura como la de la cría del cabrito se verían muy favorecidas si se les pudiera agregar valor, pero para eso se hace necesario inversiones, capacitaciones y muchas ganas de progresar. Por lo tanto es una tarea ardua.
Establecimientos productivos en El Cardón no hay, como fue explicado anteriormente. Cada familia que produce en su terreno vende sus productos cada vez que algún comprador ocasional llega al pueblo o cada vez que ellos viajan a otras localidades.
De acuerdo a la entrevista al referente económico, el Cardón es “una mina de oro” pues las posibilidades para su desarrollo económico están al alcance de la mano. Esto sucede porque el pueblo cuenta con recursos de todo tipo, disponibles para agregarle valor, siempre y cuando se pueda hacer del turismo una actividad sustentable y sostenible en el tiempo.
El paisaje, las huellas ancestrales de los pueblos originarios, el agua, la flora y la fauna autóctona y el suelo apto para el nogal y cualquier otra plantación, hacen de El Cardón un oasis imperdible para cualquier contingente de turistas. Lo difícil es atraer al turismo porque la infraestructura es obsoleta.
El primer paso, sería construir caminos en condiciones aptas para vehículos, luego se debería crear cooperativas de trabajo para que los pobladores trabajen en conjunto, se deberían dictar muchos cursos de capacitación, y luego se debería conseguir el financiamiento para ir desarrollando cada parte que haga falta: un ejemplo consiste en buscar arqueólogos que se ocupen de estudiar científicamente la zona para salvaguardar las huellas del pasado y poder acondicionar los vestigios de las civilizaciones antiguas para su exposición al turista (entre los pobladores del lugar y el referente económico, que vivió ya por 12 años en el pueblo, conocen sitios arqueológicos interesantes).
Hay que tener en cuenta también, que no hay que considerar desarrollo el crecimiento de un solo actor social, pues sería un riesgo tremendo que una empresa se asiente en el lugar para enriquecerse en detrimento de los pobladores de El Cardón. El referente confiesa que no le gustaría que suceda lo que sucedió con el Parque Nacional Talampaya, en el que “una empresa privada se lleva todas las ganancias, mientras que nada queda para los campesinos que viven en sus cercanías”.
Tanto la actividad de la Nogalicultura como la de la cría del cabrito se verían muy favorecidas si se les pudiera agregar valor, pero para eso se hace necesario inversiones, capacitaciones y muchas ganas de progresar. Por lo tanto es una tarea ardua.
Encontramos un solo kiosco que provee de alimentos y mercaderías básicas.
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