Aicuña se inserta armoniosamente dentro de un imponente paisaje serrano que lo envuelve. Hacia un lado se observa la parte posterior de la cadena montañosa Sierra de Talampaya, hacia atrás las Sierras de Aicuña, al otro lado se presenta el perfil del Cerro Famatina con la cadena montañosa que lleva el mismo nombre acompañándolo. Los rojos, grises, verdes y azules de los minerales de estos gigantes tornan al paisaje multicolor.
Debajo de estas sombras, mucho más cerquita y al alcance de la mano se recortan las sombres de grandes nogales y de cardones centenarios que apoyan sus raíces en la tierra rojiza.
En el medio de este despliegue de la naturaleza, acompañando un camino sembrado de pircas que ofrecen testimonio de su historia se erigen armoniosamente las casas de los habitantes, muchas de ellas construidas en piedra, barro y adobe.
Montañas, nogales y cardones son parte del paisaje
Sitios de interés
Sus habitantes acuerdan en que los principales atractivos de Aicuña son sus paisajes y su tranquilidad. Una simple caminata por este típico pueblo riojano naturalmente bello permite confirmarlo. Las puertas y ventanas de la mayoría de las casas permanecen abiertas. La naturaleza se inmiscuye por todas partes, con su aroma a hierbas, a campo; con el sonido de pájaros, gallos, burros, cabritos; con algunas gallinas dando vueltas libremente. Se respira aire puro y tranquilidad.
El senderismo se presenta como una gran actividad para conocer este pueblo y su entorno, existiendo rutas trazadas que llevan a varios miradores o a enormes bloques de piedra rojiza y algunas que no están demarcadas pero son conocidas por sus pobladores permiten internarse en quebradas y cuevas dentro de los cerros. Muy cerquita del pueblo y acompañándolo en todo su recorrido el caudal de un río de vertiente enriquece el paisaje.
Los atractivos religiosos también son muy importantes ya que constituyen casi la única actividad social y atraen a los pobladores de las localidades cercanas. Las procesiones y los rezos son una verdadera actividad cultural en la que se recrean antiguas tradiciones y se acompañan por comidas compartidas.
También para navidad se canta y se representa el pesebre en las casas y en la iglesia. La iglesia Nuestra Señora del Rosario, bendecido en el año 1834, es un antiguo y hermoso edificio y desde la lomada en la que se encuentra se puede apreciar una vista de todo el pueblo. Allí culmina un calvario que cuenta con nueve estaciones, cada una de las cuales pertenece a una familia.
Procesión de Santo Domingo
El Calvario
Los 406 años de historia que tiene el pueblo sin dudas le brindan un gran atractivo. El testimonio del trabajo en piedra de sus antiguos pobladores puede encontrarse en las calles, en las pircas que delimitan el camino, en los sistemas de riego tallados, en las casas más antiguas o en el portal del cementerio. En las sierras se encuentran todavía restos de los ranchos primitivos y de los corrales realizados también en piedra para los animales.
Para los habitantes del pueblo el torneo de futbol que se realiza entre los distintos barrios y del que participan jugadores de las localidades vecinas reviste gran importancia.
Y aunque no estén tan difundidos, y no todos tengan pleno conocimiento de su existencia, los más antiguos habitantes de la zona, los pueblos capayanes, también han dejado su huella en petroglifos grabados en las rocas.
Fachada de una de las casas más antiguas
En cuanto al alojamiento, el Hostal La Casa cuenta con habitaciones privadas con baño, es atendido muy cordialmente por sus dueños y ofrece gran comodidad. Se puede solicitar información al mail: hostal-lacasa@hotmail.com o en el facebook: hostal.lacasa.
También hay un camping público en donde es libre acampar. Cuenta con baños, parrillas y sectores arbolados en los que se pueden instalar las carpas.
Hostal La Casa
La única oferta gastronómica es el restaurant del Hostal La Casa. Allí se puede degustar riquísima comida casera. El menú ofrece platos típicos de la región como estofados, humitas, empanadas, locro, cordero a las llamas, panes, dulces caseros y las infaltables nueces locales.
Estos son los eventos que se festejan en el pueblo:
Aniversario del Pueblo: el día 23 de enero es la fecha de cumpleaños del pueblo. Todos los años se conmemora con festejos que duran una semana e incluyen izamiento de la bandera, apertura, destreza gaucha, campeonatos de truco, futbol femenino y masculino y elección de la reina.
Fiesta de la Virgen del Rosario: el 7 de octubre es el día de la virgen y se celebra en un fin de semana cercano a esa fecha. Para esta ocasión los habitantes de Aicuña caminan hasta la RN 40 en donde esperan a pobladores de parajes vecinos que llegan con sus vírgenes para peregrinar rumbo al pueblo, a lo largo del recorrido se siguen sumando vecinos. En el arco de entrada al pueblo otro grupo los espera con la virgen del Rosario, escultura que llegó a ésta comunidad en el año 1795, y con ella se dirigen en procesión a la iglesia. Al llegar rezan la novena y comparten locro y empanadas. Al día siguiente se celebra la misa.
Muchos días del calendario religioso son ocasión de celebración, en esas fechas se reza la novena, se realizan procesiones con los santos portando la ropa indicada para la ocasión y se comparte comida. Esto sucede por ejemplo el 3 de mayo que es el día de la Santa Cruz, el 14 de mayo que es el día de la Exaltación de la Santa Cruz, para Semana Santa y en las fechas de conmemoración de San José, San Cayetano y Santo Domingo, entre otros.
Personajes
Hoy en día se siguen recordando a las personas que fueron importantes en los comienzos del pueblo:
Arsenio Salinas fue el primer maestro enviado por el ministerio de educación. Hoy llevan su nombre la escuela y la plaza del pueblo.
Doña Dalinda Carrizo fue quien inauguró el registro civil.
Doña Rubia la primera enfermera. Recuerdan de ella que juntaba hielo en el cerro para conservar las vacunas.
Jorge Saca fue el primer agente policial del pueblo.
Según la leyenda popular Aicuña se encuentra en una zona de La Rioja poblada por duendes. El Mikilo es un duende de pelo largo y con sombrero grande que disfruta de golpear y asustar a la gente. Un hombre llamado Ramón Santos dice haber sido una de sus víctimas. El Mikilo lo atacó en un callejón y lo dejó todo arañado y cuentan que los gritos se escuchaban desde el pueblo. Al día siguiente encontraron en la copa de un árbol su sombrero lleno de pelos larguísimos, cuando el hombre tenía pelo corto.
Algunas veces en el cerro aparecen los animales con el pelo trenzado y se conoce que quienes se encargan de peinarlos son los duendes.
También solía verse, algunas tardes en la hora de la siesta, a un duende que salía del interior de un árbol de tala en el monte y que cruzaba la calle con una cacerola en la cabeza.
Otra historia, que no habla de duendes, es la de un hombre llamado Santo Cruz. Este buen hombre un día llegó al pueblo y la gente creyendo que se trataba de un santo lo veneraba. Finalmente, debido a un exabrupto que tuvo durante un festejo en el pueblo, quedó expuesto que se trataba de un simple mortal.
En la memoria colectiva ha quedado grabado el nombre del padre Aimón, un cura muy querido que bendijo el calvario en el año 1852. Cuando este cura tuvo que abandonar el pueblo la gente le preguntó cómo podían saber de él, a lo que respondió que el día de su muerte sonarían las campanas de la iglesia. Y así fue cómo se enteraron de su fallecimiento.
Patrimonio cultural
Los edificios más antiguos del pueblo son algunas pocas antiguas casas que han quedado en pie y la iglesia Nuestra Señora del Rosario, que data del año 1834. Una de estas antiguas casas, que había pertenecido a la familia del bien recordado maestro Arsenio Salinas ha sido convertida en la Casa del Pueblo, un espacio de la comunidad en el que se ha armado un museo.
Las pircas y todos los trabajos en piedra que hay en el pueblo son también parte de su patrimonio cultural.
En el cerro se encuentran los diseños de petroglifos que han dejado los indígenas capayanes.
Dentro del museo hay diversos vestigios del patrimonio cultural de Aicuña
Por otro lado, el pueblo cuenta con un himno propio que ha escrito uno de sus habitantes:
Ay Aicuña querido del alma
Ay Aicuña de mi corazón
Te llevamos prendido en el pecho
Como ejemplo de paz y de unión
Tierna cuna de sus pobladores
Tierra fértil regalo de Dios
El esfuerzo de hombres luchadores
Con su sudor éste suelo rego
Sos el pueblo de nuestros mayores
Que a los demás su origen les dio
Fuiste creciendo con el paso del tiempo
Con esmero lucha y tesón
Ay Aicuña de mis amores
Nuestro deseo es verte crecer
El orgullo es de quererte
Y de gritarlo a más no poder
Ay Aicuña querido del alma
Ay Aicuña de mi corazón
Te llevamos prendido en el pecho
Como ejemplo de paz y de unión
Nuestro canto se eleva hasta el cielo
Las palabras sean palomas al vuelo
Nosotros tus hijos decimos
Ay Aicuña por siempre te quiero
Letra y música: Elio Bernardo Ormeño. Ordenanza Nro. 1064/05. Decreto Nro. 045/05&
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