Los orígenes de Arroyo Barú como localidad se encuentran enmarcados dentro del proceso de expansión ferroviaria que se iniciara en la provincia en los albores del siglo XX. Una vez concluido el tramo inicial Caseros-Villa Elisa, en el año 1905 se proyectó dar continuidad a dicho tramo hacia el norte con destino al pueblo de San Salvador. Así es como en junio de 1911 se aprueba su fundación como “Pueblo y Colonia Arroyo Barú”. Un año más tarde quedaría formalmente inaugurado el tramo Villa Elisa-San Salvador, quedando Arroyo Barú en el centro de dicho trayecto ferroviario, por lo que el crecimiento del pueblo queda indisociablemente ligado al mismo hasta 1977 que se decreta el cierre de dicho ramal.
La pertenencia durante el siglo XIX de los territorios en donde hoy se asienta el pueblo, y otros aledaños al mismo, se atribuye a dos personajes controversiales – el estanciero Don Francisco Barú primero y el Coronel Ciriaco Barragán hacia 1870, ambos asociados a la figura del General José de Urquiza. Cuenta la leyenda que éste último determinó la expropiación de las tierras del primero para que pasaran a manos del segundo por desavenencias tanto en el plano político ideológico enmarcada en la disputa “unitarismo-federalismo” pero también originada en una disputa de tipo personal.
Al momento de la mensura de los terrenos y confección de los primeros planos asociado a la traza del ferrocarril, el mismo queda delimitado en XXVII quintas y veinticinco manzanas pertenecientes a varios propietarios.
Entre los primeros grandes propietarios con escritura además de la Compañía Argentine Eastern Land, se pueden mencionar varios apellidos, los cuales aún hoy pueden encontrarse en el pueblo, a saber: Familias O’ Dwyer, Viollaz, López, Pintos, Gerard, Urribarri. En tanto, los primeros propietarios individuales de los loteos de manzanas que en un primer momento pertenecieron en conjunto a Doña María Honoria Baker de O’Dwyer, pasaron a manos de Joannás, Gutiérrez, Gastal, Pereyra, Tomaszewsky, Warenycia, Charles Mengeón, Follonier, Blanc, Delati, Orcellet, Zapata, Udrizard, entre otros.
Para tener un acercamiento a los orígenes migratorios del pueblo se consultó a la Prof. Norma Cooke (Ver 3.2.3). En ocasión del Centenario del Pueblo ella realizó una tarea de consulta sistemática a pobladores locales, investigación que se volcó al libro Por los senderos de la Memoria, al que hemos recurrido en más de una ocasión para el desarrollo de este trabajo.
A diferencia por ejemplo de la Colonia San José, donde predominó un tipo de origen migratorio, los suizo-franceses del Cantón de Valais, o en La Clara, donde la población predominante era alemana, en Arroyo Barú el origen es diverso. Empiezan a integrarse allá por el 1905 como mano de obra de la construcción del tendido de vías del ferrocarril estuvo compuesta por una diversidad de nacionalidades como italianos-españoles, suizo-franceses, y también de otros orígenes como irlandeses, lituanos, ucranianos, polacos y alemanes.
No se instalan como colonia agrícola planificada desde su origen (desde un puerto administrador) como es el caso de San José y aledaños en una primera etapa y de Villa Elisa y aledaños en una segunda. Aquí el elemento aglutinante son las vías del tren. Cooke cita como ejemplo de ello la existencia en el pueblo de un número importante de población de origen ucraniano que llegó y eso no sucedió en otros lugares, lo que indicaría que la gente fue llegando fortuitamente también, tomaban el tren en Buenos Aires y se iban instalando conforme podían ocuparse laboralmente y / o donde les alcanzaran los fondos para comprar terrenos que les fueran vendidos.
Respecto de la población preexistente a la etapa fundacional podría decirse que era de origen criollo y que se encontraba dispersa. Queda abierta la posibilidad de que se hubieran instalado inmigrantes en la zona de Arroyo Barú en los años que antecedieron a la creación del pueblo. La idea de un aporte inmigratorio hacia Arroyo Barú como producto de la política colonizadora no surge de la “memoria histórica” de sus habitantes (según los testimonios orales recabados) ni tampoco de la bibliografía específica. No obstante, cierto indicio encontramos en el trabajo de Graciela Mateo (2017; p. 37) cuando describe el origen migratorio de la segunda gesta colonizadora que tiene por epicentro a la ciudad de Villa Elisa al momento de su fundación (1890): “De acuerdo con el lugar de procedencia es posible determinar el área donde se asientan piamonteses, saboyanos y valesanos. La misma abarca desde el río Uruguay por el este, hasta las colonias San Miguel y Santa Rosa, limitando con las colonias judías y la zona de Villaguay por el Oeste, y desde la zona del Palmar y Arroyo Barú por el norte hasta Caseros y la zona de Concepción del Uruguay por el sur”. En cualquier caso Arroyo Barú queda ubicada en “los bordes” o “en la frontera” de aquel poblamiento por lo que es dable pensar que ello sumado a la relevancia económica que tuvieran los campos de la zona durante todo el siglo XIX hubiera gravitado en la conformación de asentamientos migratorios tempranos.
Siguiendo la investigación de la profesora (Cooke y de Santiago; 2011) puede decirse que hacia 1928 el pueblo era un próspero centro poblacional de aproximadamente 400 habitantes que ejercía una importante área de influencia. Sobre la base de Guías comerciales de la empresa Ferrocarriles entrerrianos y otras publicaciones de la época como los Anuarios Kraft, las autoras dan cuenta de que existían cerca de tres mil hectáreas de cereales y se practicaba la actividad ganadera con buenos resultados, alcanzando a instalarse en el pueblo 3 acopiadores de cereales. También de que el vecino pueblo de La Clarita doblaba en población y tierra cultivada a Arroyo Barú.
La diferencia con La Clarita es que ésta tenía una amplia zona de influencia sobre colonias vecinas dedicada principalmente a la actividad agrícola en minifundios (pequeñas parcelas) mientras que en las proximidades de Arroyo Barú prevalecían los latifundios (grandes estancias).
Derivado de ello es que las colonias cercanas a La Clarita eran muy populosas en tanto que en Barú la población se concentró en el radio urbano, siendo escasa en zonas aledañas.
Las colonias en el caso de las cercanas a Barú (Colonia Morra, Colonia Bailina, Colonia Punta del Gualeguaychú), son poblaciones rurales por las que quizás no pasaba el tren pero tenían su nivel de importancia. Sin embargo no fueron colonias en el sentido de colonización agrícola sino que surgieron espontáneamente, como se dijo más arriba.
En relación al levantamiento del pueblo en su parte edilicia, lo primero que se construyó fue la Estación Ferroviaria, el Galpón, el Tanque de Agua, los corrales de ganado, la zona de los campos cercanos y luego comenzaron las construcciones de las cuales las más características son los almacenes de ramos generales, y que al día de hoy algunos aún se preservan. Entre las estancias de la época, algunas de las cuales subsisten en la actualidad se cuentan: “La Honoria” y “La Luisa”, de O´Dwyer y Baker, “La Melita” de Wanklyn, “Santa Teresa” de Izquierdo, “Villa Dora” de López y Meyer, “Las Coloradas” de Macé.
La estación era el punto referencial en la vida de todos los baruenses, que estaba compuesta de vivienda y oficina del Jefe de estación, sala de espera y depósito de encomiendas. El trayecto hacia San Salvador se realizaba dos veces a la semana retornando al día siguiente en dirección Caseros. El ramal correspondiente a la localidad de Barú tenía las siguientes estaciones: Caseros, Pronunciamiento, 1° de Mayo, Villa Elisa, La Clarita, Arroyo Barú, San Salvador. Ese ramal era diferente al del corredor Colón - Concordia el cual pasa por Estación Berduc. - más cercano al río Uruguay -
Los roles más recordados vinculados a oficios en torno a la vida del tren son:
rápidamente y no permitían que el tren pudiera desplazarse sin inconvenientes.
Los más chicos rotulaban las jaulas.
El transporte de cereales se realizaba en “chatas” una estructura sin barandas que contenía las bolsas de arpillera según fueran los diferentes tipos de granos.
En torno al tren y a la estación se concentraba el trabajo de todo el pueblo en tanto era la vía de salida de la producción local. Luego de su cierre definitivo, el 18 de abril de 1977, no hubo ningún otro acontecimiento de envergadura que desplazara al tren de la memoria de los habitantes de Arroyo Barú.
Las décadas del 1940 y 1950 fueron la de explosión del ferrocarril, coincidiendo con la de mayor expansión o impacto económico para el pueblo, por todo lo que movilizaba: entrada y salida de la producción, principalmente de trigo y arroz, y aumento de población por los braceros que venían de Corrientes.
La Profesora Norma Cooke, cuenta que los pobladores recientemente fallecidos recordaban esa época como la de mayor esplendor y con nostalgia, relataban que por cada plantación de arroz llegaban a trabajar hasta 100 personas con la hoz y lo recolectaban hasta la cosechadora que no era móvil sino que se estacionaba en un campo. También era muy fuerte la incidencia de trabajadores golondrina.
En aquella época se producían alimentos en el marco de la economía familiar; la vida cotidiana de las colonias estaba teñida de una dinámica particular por la elaboración de alimentos en forma casera: “Lo hacían cada uno en su casa, todos tenían parrales y hacían el vino para consumo familiar, como producción propia en la mayoría de las casas. En las colonias todos vivían de lo que producían, se plantaba de todo y hasta el vino hacían.” (Alberto Gabino Miret, productor agropecuario).
De la producción del vino en las casas el Sr. Luis Buffett (72 años en 2017) recuerda que de niño en su casa se llegaban a hacer hasta 500 ó 600 litros de vino al año y que junto a sus hermanos y otros parientes ayudaban a juntar la uva. Así nos relató: “Una vez que estaba madura la uva, juntábamos con unos canastitos nosotros que éramos chicos. Y después mi papa lo hacía en una barrica grande, removía ahí a mano, y los cuidaban dos días, que no se vuelque porque fermentaba con un palo se revolvía. Al cabo de dos tres, días cuatro y lo cambiaban. Después de un mes lo volvían a sacar.” Recordó también que eran quince las plantas de vid con las que se contaba en la quinta y también toda clase de frutales como peras, manzanas y duraznos.
A diferencia de San José, donde se producía vino con fines de comercialización, donde se gestó la bodega de la Familia Morel Vulliez - la cual a pesar de haberse visto perjudicada por la ley de exclusividad otorgada a la provincia de Mendoza a principios de siglo XX, tuvo continuidad hasta nuestros días-, en la zona de Arroyo Barú dicha producción tradicional siempre se circunscribió al consumo local.
También reflexionando sobre épocas pasadas el Sr. Luis Buffett hizo hincapié en lo sacrificado del trabajo al comparar el tiempo que a él le tocó con la actualidad; cuando cargaba bolsas de trigo en el ferrocarril y también en el campo. Del trabajo en las arroceras recuerda que todo era más difícil y la exposición permanente a la intemperie dejaba secuelas en la salud, como a él a quien las continuas heladas le produjeron un problema motriz.
Para fines de la década de 1960 la población de la planta urbana alcanzaba a 672, ascendiendo a 1.000 si se incluye su área de influencia, según fuentes consultadas en el trabajo arriba citado. Para ese entonces el pueblo ya contaba con conexiones a red de agua potable, línea telefónica, tendido eléctrico, alcantarillado, enripiado de calles y plaza pública.
Los primeros años de la década del 1980 marcaron la etapa de estancamiento del pueblo en términos poblacionales. En el periodo que va de 1978 a 1983, la tasa de nacimientos fue cero. “Cuando nosotros vinimos a vivir a Barú hace treinta y cinco años, no había nacimientos hacía como cinco años. Era un pueblo de pura gente grande. El peor declive de la historia” (Testimonio de María Clara Gaillard, esposa del Presidente de Junta de Arroyo Barú.)
La situación demográfica en la actualidad parece haberse equilibrado en el sentido que es superior a cero la tasa de natalidad. En ocasión de un análisis respecto de la cantidad de población potencialmente susceptible de ser incorporada como mano de obra en su establecimiento, el empresario Ian O´Dwyer - (ver 4.1.1, criadero de cerdos) - relata que en un primer momento (año 2010) surgían dudas respecto de la instalación del criadero por el problema potencial de falta de mano de obra y por tratarse de un pueblo chico. “Vos tomas un Pueblo como Clarita y tomas un pueblo como Jubileo y Barú mismo antes, todos los jóvenes se iban, todos; un pueblo de 45 años para arriba, con 10 tipos que hacían agricultura, hacían una changa y no era sustentable”.
Ian da cuenta de la incidencia de la instalación de su empresa en el crecimiento que tuvo el pueblo en los últimos años y enfatiza en la intención que tiene la empresa de dinamizar el crecimiento en Arroyo Barú. Ciertas condiciones que impuestas a los empleados de aquella- que es condición habitar en el lugar- pasan a ser clave según su criterio: “era una regla que la gente que empezara a trabajar viva acá, por una cuestión de que pretendíamos que se gastara la plata acá y eso iba a hacer que se mueva la economía del pueblo.” “Ahora estamos duplicando el criadero y se va a tomar más gente. A mí me interesa sobremanera que la plata que se gane acá se gaste acá; sino, desaparece el pueblo” “Y la otra cosa que pasa también con el criadero es que la mitad deben ser mujeres. Antes la mujer se quedaba embarazada y se casaba o se iba a una ciudad.”
Los datos sobre los últimos tres censos de población revelados a través del grafico dan cuenta del proceso de repoblamiento relatado anteriormente. Ahora bien, para ver reflejada la incidencia demográfica generada a partir de la instalación del criadero de cerdos habrá que esperar poder contar con los números que arroje el próximo Censo 2020. Preliminarmente, recurrimos al Padrón Electoral de Arroyo Barú (Entre Ríos, Sección 15, Circuito 283, 4to Distrito), el cual al año 2015 reunía una población de 660 habitantes, ello sin contar a la población menor de 16 años. Ese número permite estimar que habrá un incremento intercensal considerable.
Personajes
Guillespy Carew O’Dwyer
De origen irlandés, era administrador de la estancia de Jubileo apenas entrado el siglo XX. Adquiere los terrenos a Barú en 1906. Era el bisabuelo de los actuales descendeintes de la familia O’Dwyer. Casado con Honoria Baker, con quien habría llegado a Jubileo en avión, fue el propietario de las estancias “LA Honoria” y “La Luisa”. Según Miguel Isla, era uno de los hombres más ricos del lugar, respetado y a la vez temido, con características y actitudes similares a las de los Señores feudales de la Edad Media. (Cooke y de Santiago: p. 58)
Nicolás Warenycia
Llegado de Ucrania, en la década del 1920, se integró a la cuadrilla de catangos del ferrocarril. Luego tuvo diversos oficios pero en el que más se destacó fue como fotógrafo. Las fotografías que se tienen de antaño son de su autoría, entre las que se destaca el registro de la inundación del pueblo en 1934.
Su hija Amalia, de 80 años de edad en la actualidad, guarda orgullosa los escritos que su padre plasmara entre 1982 y 1988, a través de los que relata las peripecias que vivió durante la Segunda Guerra Mundial antes de llegar a Argentina como así también los primeros tiempos en Argentina en la provincia de Misiones antes de afincarse en Arroyo Barú.
Jorge Salas
Fue un gran maestro, muy recordado por su espíritu de liderazgo, quien ejerció en el pueblo desde fines de la década de 1970 y se quedó en el mismo hasta que una enfermedad le llevó la vida allá por la década de 1990. De él dice Lucía Barragán, vecina del pueblo: “fue una persona muy valiosa para el pueblo, que lamentablemente falleció todavía siendo jóven”. Integró las sucesivas comisiones parroquiales, siendo un gran formador de jóvenes. Se cuenta con algunos de sus relatos y poesías entre los que se destaca la caída del símbolo emblemático como fue el molino del pueblo, contiguo al tanque del ferrocarril.
El Viejo Tamayo
Eduardo Sandoval “Tamayo”, fue un personaje pintoresco, un linyera, muy querido por todos. De admirable memoria, narraba hechos de antaño a quienes se dispusieran a escucharlo. Ya de grande siempre andaba con su hoz y su bolsa (había sido un trabajador esforzado empelado en las tareas más duras de acopio, acarreo y estiba de bolsas de cereal). Por su adicción al alcohol se los solía ver con su botellita de bebida apretada a su cinto gritando siempre: “Viva Perón”. En sus últimos años de vida se le hizo un lugar en el Hospital ya que no contaba con techo seguro. Murió a los ochenta y cinco años de edad en 2001.
Tal es el cariño que se le guarda a Tamayo que en el marco del presente relevamiento nos encontramos, de casualidad, con un retrato suyo en una oficina comercial de la ciudad de Villa Elisa, perteneciente a una persona oriunda de Arroyo Barú que lo conoció en su adolescencia y solía pasar tiempo con el “el viejo Gamarra”, otro de los apodos por el que era conocido.
El Negro Gallo
José Luis “El Negro Gallo”, nació en 1941. De profesión comerciante de cereales, devino en corredor de autos y llegó a transformarse en el ídolo baruense de la Fórmula Entrerriana que desatara grandes pasiones.
Un fatal accidente truncó prematuramente su vida en 1977. Es recordado como “un loco por los fierros” y un apasionado por el automovilismo más allá de si ganaba o perdía. También como un hombre carismático, sencillo y de gran corazón, siempre dispuesto a brindarse abiertamente. Formó una familia y tuvo dos hijas.
Historia y leyendas
En el contexto de la celebración por el Centenario del pueblo salieron a la luz publicaciones que resumen, cada una a su estilo, el pasado del pueblo que sigue vivo en el recuerdo de sus habitantes.
Por un lado, el trabajo realizado por Cooke y de Santiago, de recopilación de fuentes orales devenido en narrativa histórica que fuera citado a lo largo de este trabajo. Autodefinido como “postal costumbrista de una sociedad de otro tiempo” se trata de una recopilación minuciosa de fuentes orales y documentales sobre los acontecimientos del pueblo desde sus orígenes, la formación y consolidación de sus instituciones públicas y comunitarias. Incluye transcripción de relatos e historias de vida de personajes populares.
Luego, el trabajo de Alicia María Abatilli - hija de Elloy Abatilli, hombre abocado al progreso del pueblo y a cada nuevo proyecto que debía salir a la luz (agua, teléfono, electricidad)- va hilvanando la biografía de su padre con relatos de vida cotidiana de antaño a la vez que abrevando en los recuerdos de su propia infancia, siendo ella exponente de la tercera generación baruense de la rama familiar.
Néstor Ceferino Viollaz, en su libro Cuentos no tan cuentos y poesías, abreva en sus propios recuerdos de infancia en Barú y enhebra historias a modo de cuentos cortos. Se mezclan historias familiares con las de personajes del pueblo. En algunos casos, se arrima a la ficción como en El último tren, en el que reconstruye el día en el que el pueblo vio pasar por última vez la maquina “que se llevó los sueños”.
En todos los casos los libros reflejan la pasión y el compromiso de sus autores por Arroyo Barú y buscan brindar una marca de identidad y un espejo donde reflejar el camino recorrido como pueblo y como comunidad.
En tanto, Pequeñas huellas del centenario es un texto de elaboración colectiva de los alumnos de la escuela primaria gestado en 2012 a través del formato de producción en talleres. Refleja relatos y poesías inspirados desde la mirada cándida e inocente de los niños y niñas sobre la escuela, el pueblo y sus lugares queridos y cercanos.
Al momento de consultar por historias pasadas, los pobladores de Arroyo Barú coincidieron en su mayoría que las personas “memoriosas” del pueblo ya “se habían ido”. Y recordaron con mucho cariño a algunos vecinos fallecidos recientemente, que tenían mucha capacidad de recordar “cosas de antes”: Entre ellos se encontraban Don Lázaro Ortega y el Sr. Diomiro De Costanzio, personas que por haber sido comerciantes, tuvieron mucho contacto con todo tipo de gente de dentro y fuera del pueblo. Sus relatos integraron, junto con otros, un video especialmente realizado en ocasión del Centenario del pueblo.
La Lic. Ana María Ferreyra recuerda a otro poblador también fallecido, llamado Santos Barragán: “un hombre de mucho conocimiento, con una caligrafía, ortografía envidiables. “Tenía un cuaderno donde él registraba todos los acontecimientos importantes del pueblo de inicios del 1900. Ahí él narra poéticamente la geografía de Barú antiguo que vos podías llegar a sentir con la imaginación y la sensibilidad de cada uno a poder sentir el ruido del ferrocarril y el humo que emanaba en la locomotora en aquellos años.” Lamentablemente no se tiene acceso a sus escritos ya que quedaron en manos de su familia directa que ya no está en el pueblo.
Por otra parte podemos mencionar a Juan Alberto “Beto” Zilinskas, recopilador de leyendas, poesías e historias de vida, quien armó un cuadernillo titulado “Historias de mi pueblo” del cual se conserva un ejemplar celosamente guardado en la Biblioteca Popular junto con “otros tesoros” como el texto del Padre Omar Ojeda, del año 1992 titulado: Ayer y hoy. Un aporte a la historia regional del Pueblo de Arroyo Barú, en donde se describe en profundidad la vida de Don Francisco Barú como así también la historia parroquial.
Otro libro de relatos del que se tiene conocimiento de su existencia es el del baruense Miguel Isla, titulado Estamos a mano, de Editorial Dunken, aunque no se pudo acceder al mismo en el marco de esta investigación.
En otro orden, también debemos mencionar la existencia de recuerdos trágicos. Aun cuando haya sucedido hace ya 30 años, pudo constatarse de primera mano cómo está muy vivo en el pueblo el recuerdo triste de la perdida trágica de varios miembros de la familia Warenycia. Un 2 de febrero, era verano y el Río Uruguay en lo que es el Parque Nacional estaba muy bajo; había bancos de arena, lo que invitaba a adentrarse al río. De repente dos niños de 4 y 9 años no podían salir. Su padre y un tío salieron a buscarlos. Cuando llegaron al banco de arena N°11 - tal el relato del Dr. Guillermo Urribarri - quedaron atrapados en un remolino en el canal del río, ahogadas y atrapados por pirañas las cuatro personas. Fue a partir de ese hecho trágico que se prohibieron los baños en el río Uruguay.
Podría decirse que la sociedad baruense se compone de gente sencilla y afable, con valores donde el trabajo y el respeto se destacan. El goce por una calidad de vida tranquila y sin sobresaltos está en el ánimo de su gente.
En su mayoría conformada por descendientes de familias que formaron parte de su poblamiento inicial y también por las que poblaron las colonias vecinas[1] (zona rural aledaña). Las colonias crecientemente van quedando vacías porque sus pobladores eligen la vida más cómoda del pueblo. Un vecino y productor agropecuario de Arroyo Barú así lo relató: “Hoy día la gente de las colonias se vino toda al pueblo porque quedaron tan atrasadas y abandonadas, por el tema de que no había electrificación, no había caminos, toda la gente empezó a migrar a buscar.”
A la comunidad tradicional se le fueron sumando otros grupos de población, en general familias, procedentes de otras localidades de la provincia y también de más lejos - incluso algunos son de países vecinos-, atraídos por la oferta de mano de obra que se generó con la instalación del criadero en el año 2010.
La relación entre los vecinos es buena y no hay conflictos internos que parezcan perturbar la vida comunitaria. Parece primar el bien común por sobre cualquier diferencia. Así lo describe el Presidente de Junta de Gobierno, Dr. Guillermo Urribarri: “Como todo pueblo chico, todos tienen sus resquemores, envidia, ver lo que hace el otro. Pero en definitiva cuando las papas queman todos somos solidarios, hemos demostrado que si nos pasa algo, estamos todos”. “Nos reúne la parte solidaria ante un caso extremo o de enfermedad; eso es un denominador común, donde todos estamos, porque nos llega, porque nos conocemos, porque todos somos parte de la familia, como que te aglutina.”
Sin embargo, cuando se trata de pensar en el desarrollo integral, más allá del pequeño territorio o espacio o comisión en la que cada uno se encuentra, no siempre se logra el consenso. El Dr. Urribarri lo expresa de esta forma: “Lo que yo aspiro es que comunitariamente todos nos juntemos con esa fuerza para lograr algo en común para la comunidad; sin dejar de lado las instituciones en las que cada uno esté.” “Eso es en lo que yo hago más fuerza, para que nos reunamos por un fin comunitario. Porque a ver, somos poquitos, son muchas instituciones, como ocho o nueve, y cada uno tira para su institución, como que empiezan muy para adentro. Más de una vez les dije: che, qué posibilidad hay de que pensemos un 10% algo en común?”
Las personas consultadas que trabajan en el pueblo pero no habitan allí, observan que sus habitantes tienen una idiosincrasia particular. Si bien, dicen, son gente muy generosa, la describen como gente un poco cerrada o “metida para adentro”. Independientemente de la solidaridad, apuntan, pareciera que la gente no desarrolla intercambios personales que vayan más allá de los familiares o del círculo íntimo.
“Algo que organiza la iglesia para un beneficio; hay venta de comida, sí van y compran, pero no se quedan a compartir. Colaboran pero no de participar, de estar. Por ejemplo, en la Fiesta del Peregrino. La gente del pueblo compra todo lo que se hace, todos colaboran con algo, pero no se quedan ahí con la gente que vino a compartir.” (Testimonio de una informante consultada.)
El avance de la comunicación virtual por sobre las relaciones interpersonales, si bien no está a la vista es percibido con preocupación por los mayores, y en especial por los más ancianos:
“Hubo un impacto cultural en la escuela; costumbres que tenían nuestros niños de acá del pueblo, en el vocabulario, en las conductas mismas. Dentro de la institución y fuera de la misma hubo un cambio. No le vamos a culpabilizar a los niños que vienen de otro lado. Los medios de comunicación masivos, el facebook son un flagelo cultural tremendo. Acá todos tienen acceso a eso” “Ahora hay familias ensambladas, no estoy contra de ellos, lo que te estoy diciendo es el cambio brusco que hubo en la última década” (Testimonio de la referente en salud, Ana María Ferreyra)
Algo que pudo ser relevado a partir de las encuestas en hogares es cierto resquemor, que no llega a ser división, entre las familias tradicionales y las nuevas familias que se han instalado en los últimos años. Al ser consultada al respecto la directora de nivel secundario, Prof. Norma Cooke ella nos aclaró que no es que tenga que ver únicamente con una mirada de los adultos mayores, quizás más tradicionales, como pensamos en un inicio. Al respecto dijo: “Eso se habla en las familias jóvenes también y nosotros lo vemos en distintas actitudes en los chicos. No tiene que ver con la edad, porque hay papas muy jóvenes que tienen chicos en el secundario y siempre estamos trabajando eso de las actitudes despectivas hacia el que viene de otro lado. Eso es casi más importante que matemática o lengua; eso lo ves pero a veces no sabes cuál es el motivo tampoco, si es una cuestión de desconfianza, de amenaza, o de prejuicio.”
La Prof. Norma también comentó de un incidente que tuvieron en la escuela al poco tiempo que una nueva familia se mudara al pueblo, hace tres o cuatro años atrás, entre una chica de acá de la escuela y otra también de la escuela pero que vino de afuera. Cuenta que a partir de esa situación entre adolescentes (tirones de pelo e insultos) se manifestaron o salieron a la luz algunos prejuicios contenidos en las familias y en el pueblo en general.
La comunidad católica de Arroyo Barú celebra cada 27 de noviembre su fiesta anual del Peregrino en honor a la Virgen de la Medalla Milagrosa. Esta solemne festividad se viene cumpliendo desde hace más de treinta años, instaurada por el padre Omar Ojeda en honor a esta Virgen; y desde hace veinticinco años llegan peregrinos a pie desde numerosas localidades.
Un aspecto que resaltó desde los primeros años de esta fiesta fue el deseo de que la Virgen de la Medalla Milagrosa se convierta en el puente que conecte a los creyentes con Jesucristo. Esa manifestación de Fe y profundo arraigo espiritual se hace patente en cada ciudad (Villa Elisa, San José, Colón, San Salvador, Concordia), en cada pueblo (La Clarita, Estación Berduc, Jubileo, Ubajay), y numerosas colonias cuyos pobladores se preparan con mucha alegría para esta festividad.
Todo parece haber comenzado cuando por el año 1991, Víctor, “alcohólico anónimo” tomó la decisión de cumplir la promesa que había hecho a la Virgen cinco años antes, cuando se encontraba muy afectado. Sus palabras a la Virgen fueron: Le habría dicho “Si algún día dejo de chupar (tomar) te prometo venir caminando desde mi pueblo” (es decir, desde Villa Elisa hasta Arroyo Barú - 37,5 Km. – donde se encuentra el santuario de la Medalla Milagrosa dentro del Templo de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús).
La devoción a la Virgen ha crecido constantemente y con el transcurrir del tiempo se han sumado más devotos. En aquel año de 1991 peregrinaron sólo Víctor y tres personas más; y en 1992 se sumaron otras treinta y seis, todas ellas con alguna promesa, petición o gratitud que emocionaba. En 1993 ya fueron setenta y seis las personas que llegaron peregrinando a pie, en 1994 llegaron ciento treinta y seis; y así continuó incrementándose hasta formar un grupo de setecientos peregrinos de Villa Elisa en el año 2005. A este grupo también se le suman uno trescientos peregrinos a pie desde localidades como Ubajay, Berduc, La Clarita y desde la zona Norte: San Salvador, Colonia Baillina, Jubileo y colonias cercanas.
La peregrinación anual recibe hoy en día a 1000 peregrinos. Muchos peregrinos a pie y muchísimos que lo hacen en medios de transportes (colectivos y tráfic) y otros también a caballo. Se trata de una fiesta cargada de emotividad; cientos de rostros derramando lágrimas de alegría, emoción, tristeza, gratitud y muchos otros sentimientos hacia la bella imagen de la Virgen Milagrosa.
A partir de 2017, a pedido de los caminantes, se desdobla la fiesta. La propuesta es separar la peregrinación de la fiesta de modo tal de estar más dispuestos y menos cansados para el momento de la celebración. La peregrinación está fijada para el día 23 de octubre, y el 24, el día en que se hace el recibimiento y la Misa. La fiesta, en tanto se hará a fines de noviembre coincidiendo con el día de la Virgen de la Medalla Milagrosa.
[1] Colonia Izquierdo, Estación Berduc y Colonia San Ernesto están en los límites de la Gobernación de Barú. En cambio Colonia Baillina, por ejemplo, junto con otras ya quedan por fuera.
Todos los años se realiza una jornada en el Pueblo por el Día del Niño. Los alumnos de nivel secundario dirigidos por el Profesor de Prácticas Educativas organizan las actividades recreativas, que se realizarán, preparan los regalos, y demás juegos. Cuentan con el apoyo económico de la Junta de Gobierno.
Es la gran fiesta de la juventud con la participación de los distintos cursos o promociones del nivel segundario. Se desarrolla todos los 21 de septiembre. Tiene tres momentos importantes. Abre a las 18:30 con el desfile de carrozas en la Plaza San Martín, luego se pasa a la quema del muñeco en la Plaza del Ferrocarril con la atenta vigilancia del Cuerpo de Bomberos Voluntarios, para dar luego paso a un interregno de una hora. Pasado ese tiempo se inicia en las instalaciones del Club Deportivo la elección de la Reina, Galán, Marimacho y Maripozón.
Un jurado de 5 integrantes, compuesto por profesores y personas referentes de la juventud tiene a cargo dicha elección. La noche se cierra con una gran fiesta en la que progresivamente las personas mayores se van retirando a sus casas para dejar la exclusividad a los protagonistas de la fiesta: los jóvenes del pueblo y otros de los pueblos vecinos que se van sumando.
Desde el presente año se retomó Barú canta en Enero, un festival local originado a partir del grupo de estilo folklórico Los Baruseños.
La formación original de aquel grupo surgió en la década de 1960 y estaba conformada por Magaldi Devoto, Feliz Zapata, Marcos Zilinskas y “Beto” Zilinskas (voces, guitarras y bombos). Actuaron durante 5 años y se habían inspirado en los grupos Los Chalchaleros y Los Fronterizos, que por aquel entonces despertaban gran atracción popular.
En 1997 se da un resurgimiento del grupo, luego de un interregno de 30 años, con una nueva formación: Alberto Guy, Mario Acevedo, Guillermo Herigert y nuevamente “Beto Zilinskas”. En esa nueva etapa del grupo la participación en distintos festivales provinciales consolidó el prestigio del grupo, etapa en la que también se gestó el festival lugareño (Barú canta en Enero). Dentro de sus composiciones mejor logradas se encuentran los chamamés “Viejo Tamayo” (letra y música) y “Aguas del Uruguay” (música).
De aquella etapa del grupo, la Sra. Lucía Barragán recuerda que el Prof. Jorge Salas oficiaba de maestro de ceremonias y que los festivales se hacían en el exterior del Club Deportivo.
Hace algunos años se retomó nuevamente la organización del festival, de la mano de la escuela secundaria. Es una fiesta local, abierta, al aire libre, y convoca a gente de pueblos cercanos y de las Colonias. En la actualidad tiene a cargo de su organización la Comisaría local. La Junta de Gobierno ha logrado conseguir el auspicio para el número de cierre del festival por parte de la Secretaría de Cultura de la provincia.
El mes de junio es el mes del Sagrado Corazón de Jesús, considerado el Patrono de Arroyo Barú
Una mención aparte merece la Fiesta del Centenario, que tuvo lugar el 28 de agosto de 2011, en ocasión de cumplirse los 100 años de la creación del Pueblo. Dicho acontecimiento generó una movilización inédita e implicó una preparación previa de más de un año. Se formó una comisión de festejos ad hoc conformada por representantes de las diferentes instituciones del pueblo.
Se llevó un Libro para la organización de la fiesta en la que se seleccionó la reina convocándose a jóvenes descendientes hasta de tercera generación que se encontraban viviendo en otras localidades del país. Con orgullo las organizadoras destacan que participó gente que vino hasta de Ushuaia.
Según el último Censo Nacional de Población Hogares y Viviendas (2010) los habitantes de Arroyo Barú son 632. La franja de 0-18 años representa un 22%, la de 18 a 65 un 57% y los mayores de 65 años un 21%. Si se comparan los extremos de la pirámide poblacional se observa que son casi idénticos, lo que estaría hablando de una población con crecimiento 0. En cuanto a la composición por sexo, se registra una sutil diferencia a favor del grupo de varones que representan el 51% contra el 49% de mujeres.
Ahora bien, podríamos arriesgar –anticipándonos al próximo Censo 2020 – que el Pueblo de Arroyo Barú ha cambiado en términos demográficos con posterioridad al 2010. Aquel año precisamente surgió en la zona un emprendimiento vinculado a la cría de ganado porcino - que luego se consolidó y al punto de requerir importante cantidad de mano de obra en forma cada vez más creciente. Tal situación generó un polo de atracción para nuevas migraciones. En un primer momento estas migraciones tuvieron el carácter de ‘golondrina’ pero conforme fueron generándose las soluciones habitacionales para recibir nuevos pobladores, éstos se establecieron en forma permanente. Según indicaron los distintos referentes consultados, puede hablarse de al menos unas veinte familias nuevas.
Como fuente de consulta complementaria se tomó vista del Padrón electoral Distrito IV (Gobernación Arroyo Barú), actualizado al 2015. Allí se registran sólo para la población mayor de 16 años un total de 660 personas. Ello nos permitiría estimar que la población de Arroyo Barú hoy puede alcanzar - sin temor a errar - un mínimo de 750 habitantes.
Respecto de la cantidad de hogares, el Censo 2010 indica un total de 221 dentro de los límites de la Gobernación de Arroyo Barú (pueblo y área rural). En el presente relevamiento, en cambio se registraron un total de 272 viviendas/hogares sólo en el pueblo.
De la encuesta realizada surge que la conformación de los hogares es de pocas personas, en su mayoría de entre 2 y 4 personas. El promedio es de 2,8 personas por hogar.
Respecto de las condiciones de habitabilidad, casi no se registra hacinamiento en los hogares (sólo 2%) correspondiéndose con el 3,6% registrado en el Censo 2010.
Un 96% de las viviendas son de material y un 70% se encuentran en muy buenas condiciones. Tan sólo el 4% de las viviendas son precarias, pero no hay ranchos.
A todos los encuestados se les consultó si les interesaría realizar reformas en su vivienda. Un 62% expresó su deseo de mejorarla, aunque sólo el 23% de este grupo estaría dispuesto a tomar un crédito en caso que estuviera disponible. Las mejoras que se evalúan como más necesarias son la construcción de un ambiente adicional, pintura y revestimientos.
Por otra parte, a través del programa Mil Evitas dependiente del Ministerio de Gobierno se da respuesta a través de asistencia habitacional para reparaciones menores a aquellas personas de bajos recursos que lo requieren desde la construcción de una habitación, un baño, la colocación de pisos y de techos (chapas) o una puerta. El subsidio de $20.000.- por persona (valor a septiembre 2017) sólo puede ser utilizado para compra de material. Dado que la demanda no es tan aguda la Junta va cubriendo con cada susbsidio las necesidades de varios.
La gran mayoría de los hogares (78%) dispone de espacio suficiente en el terreno, además de la vivienda, para uso productivo. Sin embargo, de entre ellos, solo la mitad la usa para desarrollo de huertas. Un 18% puntualizó que cuenta con galpón para uso de herramientas propias y o maquinaria. Cabe aclarar en este aspecto que, tanto quienes cuentan con huertas como los que dijeron no hacer nada en el terreno adicional que poseen, podrían también contar con galpones para uso de herramientas de trabajo, ya que contar con galpones al lado de la casa es algo habitual en Barú.
Las huertas familiares –se consideró también a los frutales- se usan principalmente para consumo familiar (45% de los hogares). Muy pocos venden esa producción ya que en general es muy acotada.
Respecto de los medios de comunicación en el hogar, cabe señalar que la pregunta estaba orientada a conocer el uso de los mismos con independencia de si cuentan con el equipamiento. Esta diferencia se visualiza por ejemplo para el caso del uso de la Radio AM/FM la cual es escuchada en un gran número de hogares, aunque en los que no se la escuche pueda existir el equipamiento. La TV de aire en cambio, no fue mencionada por aquellos que no contaban ni con TV satelital ni con el Cable, existiendo un 4% que no cuenta con TV de ningún tipo.
Menos de la mitad de las viviendas cuentan con teléfono fijo. Debido a la falta de mantenimiento del servicio, muchos que alguna vez lo tuvieron, lo dieron de baja. En las viviendas más nuevos directamente nunca se instaló.
El servicio de telefonía celular, brindado casi con exclusividad por la empresa Personal, tampoco parece ser muy bueno; un 30% directamente indicó que funcionaba “de regular a malo”. El principal uso que se le da es para llamadas, siendo casi igualmente muy importante la comunicación vía whatsapp.
En peor situación se encuentran los problemas de conectividad del servicio de internet: 58% de los hogares que cuentan con el servicio lo valoran “entre regular y malo”.
Respecto de los niveles de educación alcanzados sólo el 38% de la población mayor de 18 años ha completado estudios de nivel básico y un 12% alcanzó el nivel superior.
La mitad de la población sólo ha cursado estudios de nivel primario y de ellos un 11% siquiera completó el nivel. Ese grupo correspondería a las generaciones que no pudieron acceder a la oferta de nivel secundario que se implementó en el pueblo recién en el año 1989. A su vez, se pudo constatar que entre ellos se acrecienta el grupo de hombres y de adultos mayores. Ello en parte se explica por la dinámica propia de la vida rural de hace 40 o 50 años aproximadamente, cuando se salía a trabajar al campo desde muy temprana edad. Algunos de los que no completaron siquiera el nivel primario puntualizaron que antaño la oferta no cubría todos los años del nivel sino tan solo por ejemplo hasta 3° o 4° grado.
Conforme se fue cumplimentando el relevamiento en hogares, se advirtió que a medida que descendía el nivel educativo de los respondientes del hogar más dificultades tuvieron para responder las preguntas orientadas a medir expectativas de desarrollo. Ahora bien, si se proyectaran los resultados de la encuesta al conjunto de la población, cabría señalar que Arroyo Barú hoy se encuentra en materia educativa mejor que al momento del Censo 2010 cuando los porcentajes de aquellos que habían completado la educación básica eran aún menores (24% en aquel momento respecto de 38% en la actualidad).
Visto desde la perspectiva de la ocupación de mayores de 18 años en los hogares encuestados (Total muestra: 105 personas), un 54% se encuentra trabajando en la actualidad, volcándose un 22% en actividades de tipo primarias.
El 32% restante se ubica en el sector comercial, en actividades secundarias y en empleos públicos (con un 12%, 10% y 10% respectivamente). En tanto, un 43% fue encasillado en la categoría “no estudia ni trabaja”.
De las personas que se dedican a las actividades primarias pudo constatarse que son empleados del criadero de cerdos (Ver 4.1.1), jornaleros o peones de campo (para trilla, siembra cosecha, amanse y doma de caballos, tareas de alambrado, vacunación). También se registraron algunos agricultores o ganaderos por cuenta propia.
Los incluidos en actividades secundarias tienen trabajos vinculados a la construcción (albañilería y otros) ya sea como ayudantes o contratistas de obra.
Haciendo una desagregación de ocupación por género, vemos que entre los empleados del criadero hay algunas mujeres. Sin embargo donde más se concentran es en los grupos de empleados públicos -en escuela y hospital – y en el sector servicios o comercios, donde se registraron principalmente mujeres que cuidan a ancianos y niños.
Una reflexión aparte merece el grupo “No estudia ni trabaja”, en primer lugar por cuanto coexisten en él una heterogeneidad de situaciones y teniendo un peso significativo el grupo de jubilados y pensionados.
Los desocupados son muy pocos (sólo un 4%), lo cual permitiría reafirmar lo sostenido por muchos consultados respecto de que si bien no son muy amplias las ofertas, siempre algo de trabajo en el pueblo lo que se da a conocer coloquialmente a través del dicho popular tan repetido “Acá más o menos todos trabajan. El que no trabaja es porque no quiere trabajar".
Algunos jubilados/pensionados, se encuentran activo aunque quedasen encuadrados bajo la categoría “No trabaja/No estudia” ya que sus ingresos principales provienen de la jubilación o pensión. Son personas que se dedican al cuidado de sus tierras o bien a su arrendamiento y también a la siembra y/ cría de animales, aunque no a gran escala.
La Junta de Gobierno informó que no se distribuyen planes sociales/laborales. En cambio, a través de las encuestas sí se registraron personas que perciben pensiones no contributivas vinculadas a condiciones de discapacidad y madres de familia que perciben la Asignación Universal por Hijo (A.U.H.).
Respecto al nivel de ingresos en Arroyo Barú podría decirse que en términos generales es bueno; ya que, aun teniendo en cuenta el hecho que la gente suele subdeclararlos, se registró un 79% de los hogares con ingresos por encima de la línea de pobreza, quedando un 21% por debajo de la misma. No se registró ningún hogar por debajo de la línea de indigencia.
Esta situación relativa favorable explicaría por qué sólo una minoría en el pueblo se emplea en el criadero de cerdos, actividad en la que más fácilmente se puede conseguir un empleo. Al respecto, un entrevistado dijo:
“Acá nunca hubo miseria en el pueblo. La gente siempre estuvo bien. Unas pocas familias sí son muy humildes y necesitan ayuda”.
Algunas personas se encuentran adheridas al Programa Alimentario Familiar contando con la tarjeta SI.DE.CRE.E.R. con la que pueden obtener mercadería en comercios, pero no fue posible relevar información específica al respecto.
Hablar de los jóvenes de Barú no es tarea sencilla. No sólo porque no se trata de un grupo homogéneo o identificable fácilmente sino porque no existe un único referente establecido a quien consultar; y también porque sus espacios de inserción y/o de socialización se encuadran en el ámbito privado.
De la información brindada por Gian Miret, alumno de 5° año (promoción ‘18), y la observación realizada los días en que se desarrolló el trabajo de campo, se pudo saber que los adolescentes realizan una serie de actividades por fuera de las obligaciones escolares. En primer lugar son quienes organizan en el pueblo las fiestas anuales del Día de la Primavera y del Día del Niño. En algunos emprendimientos son coordinados por los profesores de educación física y de prácticas educativas, como por ejemplo en el de reciclado de plásticos o el taller de radio; en otros, ellos tienen total autonomía.
La Fiesta de la Primavera , que ya lleva como mínimo 20 ediciones, es un momento importante en la “movida” adolescente porque conlleva muchos días previos de organización - a cargo del 6° año - que genera un revuelo en el pueblo. Las actividades de preparación toman quince días y se da una tras otra sin solución de continuidad: armado del muñeco; juegos de competencia o desafíos que se realizan en el Club y en exteriores, en donde cada curso va sumando puntos con antelación al día final que es el día de la primavera, día en que se presentan las carrozas y los sketch que también se preparan en toda esta etapa previa. Los juegos llevan algunos nombres curiosos como “La noche ridícula” -desfiles de mujeres y varones- , “Búsqueda de los sonidos”, “Presentación de banderas”; “Noche de sexo opuesto”; “Búsqueda del tesoro con pistas”.
Estas actividades, que los jóvenes realizan de acuerdo a su edad y siguiendo sus propias tendencias creativas, retroalimentando las ideas que los más grandes les van pasando a las promociones más chicas, se hacen siempre en un marco de respeto a los adultos mayores. La última edición de la fiesta es prueba de ello ya que decidieron suspender una de las fechas programadas, la del pasado viernes 15 de septiembre prevista como “Noche de coreo” (Noche de coreografías), dado que una Sra. anciana del pueblo justo falleció ese día y el pueblo se encontraba de duelo.
En estas y otras fiestas los chicos también se vinculan jóvenes de pueblos vecinos y de Villa Elisa.
Otra actividad que convoca a varios es el Taller de Radio Escolar, ya que además de incorporar nociones radiofónicas –tal el objetivo del taller- en el tránsito por esa experiencia, los adolescentes tienen la posibilidad de debatir y profundizar temáticas que les son de particular interés, como ser el de la violencia de género o la cuestión Islas Malvinas.
En relación a la práctica deportiva, si bien recientemente se ha armado el equipo de hockey y el de futbol se viene consolidando, los jóvenes demandan más ofertas de recreación y diversidad de deportes. En materia de aprendizajes artísticos, como no hay opciones en el pueblo, aquellos que tienen un interés específico y pueden afrontar el costo económico, deben trasladarse fuera del pueblo, por ejemplo para clases de guitarra en Villa Elisa.
Al egresar de la escuela secundaria quienes tienen la opción de ir a estudiar fuera del pueblo, lo hacen en su mayoría. De los jóvenes que tuvieron posibilidad de cursar estudios terciarios/universitarios fuera del pueblo (ya sea dentro de la provincia como en Villa Elisa, Concepción del Uruguay, Colón, o Concordia, o bien fuera de ella -Santa Fe o Rosario), sólo unos pocos vuelven a radicarse luego de un tiempo. Arroyo Barú no parece estar a la altura de las expectativas más propias del tipo de vida urbana que van forjando los jóvenes una vez que emigran de su localidad. Además no existen empleos de tipo calificado como para que el pueblo vuelva a resultar atractivo para este subgrupo de jóvenes. Hoy por hoy, los que mejor inserción tienen son aquellos que estudiaron carreras docentes y tecnicatura en enfermería. Muchos puestos laborales de la escuela y del hospital son cubiertos por profesionales oriundos del pueblo y de la zona. Al respecto una madre de familia comentó: “Tengo una hija que estudió enfermería se vino para acá. Hay otra señora con dos chicas enfermería consiguieron trabajo acá. Chicas que han estudiado docencia la mayoría se están ubicando acá. Chicos que han estudiado profesorado que también están dando clase. O sea que hay poca capacidad de trabajo, pero si pueden ubicarse acá se ubican.”
Al consultar sobre este tema a la directora de la escuela secundaria, ésta afirmó que sólo un 30% de cada cohorte que egresa del último año del nivel secundario permanece en Arroyo Barú, insertándose directamente en tareas vinculadas al campo o la construcción, de baja calificación: “El que estudia se va, acá se queda el changarín, el que termina en el campo o albañil, ayudante de albañil haciendo alguna cosa.” Este grupo de los que se quedan se va abriendo camino como puede para afrontar un mercado laboral bastante acotado y para el que de todos modos no cuentan con las herramientas suficientes; con excepción de las que se van adquiriendo en la práctica y son transmitidas de generación en generación; por ser por hijos de chacareros, agricultores o bien de albañiles por ejemplo. El pueblo carece de una oferta educativa en oficios que sería altamente valiosa y aprovechada. Además no todos tienen la posibilidad de viajar para hacer una capacitación. De hecho el único curso mencionado, de formación en PYMES, se encuentra vigente sólo por el corriente año y ha sido mencionado a lo largo del relevamiento por varias personas encuestadas y referentes consultados; ocasiones en las que se constató que la formación en oficios es altamente demandada en el pueblo.
El futbol profesional constituye para los jóvenes otra salida laboral posible. Algunos se han volcado a ello de la mano del Club Social y Deportivo Las Achiras, del Departamento Uruguay, creado por la Empresa BONNIN HNOS. El Club ha venido ascendiendo, se inició en una liga local de Colon, después siguió con un torneo del interior y ahora ya están compitiendo en la Argentino B. Se destaca por ser el club con mejor infraestructura de la provincia donde está emplazado el Estadio "Guillermo Bonnin". Varias personas encuestadas comentaron que se paga buen sueldo y por encima de otros clubes. Por fuera del circuito profesional los más chicos son convocados también por el club para entrenar y son trasladados en traffic en forma gratuita los fines de semana.
Para sondear los niveles de emprendedorismo en Arroyo Barú se recurrió a realizar tres preguntas en la encuesta de hogares, y se realizó con algunas personas una encuesta específica.
La pregunta planteada en la Encuesta Hogares, creada con el propósito de saber si miembros del hogar ofrecían productos o servicios o bien habían intentado hacerlo en algún momento, logró captar una amplia variedad de situaciones. En parte por el carácter abierto de la pregunta pero también por las modalidades de “ocupación” y formatos de búsqueda de empleo más tradicionales, nos vimos en la obligación de flexibilizar el perfil que se tenía de “emprendedor/a”, al que se lo piensa a priori más ligado al tipo de elaboración artesanal o de servicios personales. De allí que en algunos casos la respuesta a la pregunta ¿Podría indicar cuantos integrantes de esta casa realizan alguna de estas actividades? (ofrece un producto o servicio / tiene un proyecto de negocio que no logra implementar / no tiene ningún proyecto) quedase asociada a la actividad principal del miembro del hogar captada a través de la pregunta anterior sobre ocupación y sector de ocupación (por ej. personas que además de su actividad principal realizan o buscan realizar un producto o brindar un servicio; otro caso, aquellos que en la pregunta de empleo quedaron registrados como “no trabaja/ es ama de casa”).
Los datos obtenidos arrojan que un 54% de los hogares tienen espíritu emprendedor, ya sea porque está en marcha el proyecto de al menos uno de sus miembros o bien porque al menos alguno de ellos está intentando y no logra concretarlo (44% y 10% respectivamente).
Si se tiene en cuenta el total de personas que emprenden - mayores de 18 años - resulta que un 37% emprenden o buscan emprender (“tienen emprendimiento en marcha” y “no logra concretar su proyecto”).
Quienes ya tienen en marcha su proyecto se identificaron como:
- oferentes de servicios vinculados a la actividad agropecuaria o “contratistas rurales” (servicios de siembra, trilla, pulverizaciones, fumigaciones, poda forestal). Personas que desarrollando actividades primarias tanto en tierras propias como arrendadas como actividad principal, complementan sus ingresos con servicios a terceros. (Principalmente hombres)
- Oferentes de servicios de oficios vinculados a la construcción y /o reparación (principalmente hombres).
- Quienes elaboran productos (comidas/panificados principalmente) y los tienen a la venta en sus casas o por despacho (principalmente mujeres)
- Cuidadores de niños o ancianos (principalmente mujeres); también se registraron uno o dos casos de profesoras particulares.
Respecto de las respuestas “Tiene un proyecto que no logra implementar” en la mayoría de los casos se trata de personas que tienen en vistas arrancar con algún emprendimiento pero aún no están en condiciones de hacerlo, manifestando que necesitan tiempo como para “armarse”, en principio como para disponer de un capital con el cual “arrancar”. Uno de ellos comentó: “La idea es poner a largo plazo un taller mecánico en el pueblo. Hay demanda, le hace falta al pueblo, pero hoy en día necesitas mucha plata.” Otra persona dijo: “Yo quisiera poner un lavadero industrial; un lavarropa. Eso me vendría al pelo para poder trabajar. Porque no puedo hacer fuerza”
Finalmente, se cree que pudo haberse dado un sobre registro de respuestas consignadas bajo la opción “No tiene ningún proyecto” atento que no todos los miembros del hogar se encontraban al momento de realizar la encuesta. Quien responde la encuesta tiende a no dar cuenta del proyecto en el que puedan encontrarse otros miembros de su familia, ya sea porque el proyecto es incipiente o porque simplemente no relaciona la pregunta a una situación particular que a veces no es valorada como importante o significativa.
Entre los hogares emprendedores, un 76% de ellos señaló dificultades en el desarrollo de los proyectos. En cambio en un 23% no cuentan con problemas o al menos no los identifican. La respuesta típica entre quienes decían no tener problemas con el emprendimiento era “Lo uso más para entretenimiento que para comercio”.
El problema más común gira en torno al tema de capacitación y fue mencionado en el 32% de los hogares. Citamos algunas respuestas significativas en este sentido: Un joven comentaba “Hacen falta cursos de electricidad, plomería. Hace 5 años venía un Profesor de Colón a la escuela a darlos. Lo organizaba la escuela con la Junta pero no se hizo más. Que existan cursos para recibirse de gasista instalador, plomero, electricista matriculado.”; una joven que quiere poner un negocio de comidas rápidas puntualizó: “Necesito saber más de cocina, no se muchas cosas"
Los problemas englobados como “otros” apuntaban a las dificultades provenientes del hecho de ser Arroyo Barú un mercado acotado. Por ejemplo, se recibían comentarios como: “El problema es que se vende poco”; o “No te podes quedar en Barú o en las Colonias. Son todas cosas chicas, puro laburo chico”; “Mucho no hay pero de vez en cuando va saliendo trabajo”:
Las dificultades de acceso al crédito se encuentran en un tercer orden de problemas (16%), a lo que le sigue mejora en diseño y calidad con sólo el 3%. El consejo legal y contable y la formación en marketing no fueron estimados como problemas.
Como dijimos más arriba, se buscó indagar más en profundidad cuáles eran los perfiles de emprendedores que se destacaran en el pueblo. Previendo que no siempre estas personas estarían dentro de los hogares seleccionados en la muestra, se convocó a una reunión ad hoc a partir de criterios amplios a fin de aplicar una encuesta específica:
A pesar de que se contó con el apoyo de la Junta de Gobierno para hacer la convocatoria, sólo dos personas acudieron el día de la reunión. En parte influyeron cuestiones climáticas porque justo llovió fuertemente en Barú ese día, y en parte la escasa convocatoria pudo haberse debido a que la gente en Barú, si bien desarrolla distintas actividades, no se visualiza como “emprendedora”.
De allí que, a efectos de sumar una cantidad mínima de emprendedores se encuestó, por fuera de esa reunión, a otras personas en forma individual, aprovechándose la instancia de aplicación de encuestas a establecimientos para la toma en paralelo de la encuesta, siempre que uno pudiera asociar a aquella persona a cierto perfil de emprendedor/a. En total se realizaron 7 encuestas.
Estos siete emprendedores cuentan con un nivel educativo por encima de la media en Arroyo Barú, registrándose 3 de ellos (43%) con estudios terciarios / universitarios completos. Un 57 % son varones y la mayoría tiene entre 30 y 45 años (71%).
La mayoría se vuelca a la elaboración de productos (75%) y menos a la oferta de servicios. Cada emprendimiento se encuentra en una etapa diferente: 43% en etapa inicial, 14% en etapa intermedia y otro 43% en etapa avanzada.
En cuanto a los problemas que enfrentan, se replica aquí la tendencia captada en las encuestas a hogares, en donde son preponderantes los emprendedores que requieren de capacitación como así también los que dicen no enfrentar ningún tipo de problemas. Y en estos últimos vuelve a aparecer la idea del emprendimiento por entretenimiento o hobby.
Por otra parte este grupo, si bien muy heterogéneo entre sí, señaló las ventajas comparativas de emprender en Arroyo Barú: puntualizaron que al ser un pueblo chico, no tienen competencia en lo que hacen.
En adelante, presentamos, a modo de ejemplo, a algunas personas, con características bien diversas, las cuales queremos destacar ya que les adjudicamos marcadas aptitudes de emprendedorismo. Ello, con independencia de cómo hayan quedado registrados, vía la encuesta de hogares o bien la de emprendedores. Incluso a algunos pudo habérsele aplicado exclusivamente la encuesta de establecimiento, quedando eventualmente fuera de la aplicación de la encuesta de emprendedor:
Oriundo de Gral. Campos, localidad distante 70 km. formó su familia en Arroyo Barú trabajó arduamente para levantar la casa de comidas y salón La Casona. Hace unos 4 años encontró una oportunidad inmobiliaria y con los ahorros compró la casa que se encuentra en la esquina de Lázaro Ortega y Francisco Ramírez. “Muy a pulmón” Silvio, con la ayuda de algunos amigos se puso al hombro la reconstrucción de la casona que se encontraba en un estado de deterioro avanzado. No sólo acondicionó la cocina y el salón principal sino que construyó un quincho con parrilla que tiene una gran proyección para su uso en el verano. Según su visión se encuentra a un 50% de avance el emprendimiento. Si bien la etapa más dura terminó, ahora debe organizarse para acondicionar el negocio de modo que pueda tener un funcionamiento sostenido pasando a emplear una persona fija para que lo asista en cocina y atención al cliente. También le gustaría contar con mejor equipamiento para lo cual estaría necesitando un crédito. (Ver más en el ítem 6.1.2, Gastronomía)
Jubilados docentes de ciudades vecinas, se instalaron en Arroyo Barú hace dos años con la intensión de hacer una experiencia de vida más tranquila alejados de los centros urbanos. Compraron una de las casonas más antiguas del pueblo, la levantaron y en un ambiente que da a la calle montaron un salón de exhibición de productos artesanales, propios y también de otros artesanos. Basilio hace ornamentos funcionales a partir de la intervención sobre botellas de vidrio en desuso. Son también feriantes y se los puede ver exhibiendo sus artesanías en la Fiesta Provincial de la Identidad, la de Patrimonio en Pueblo Liebig o en la Fiesta Provincial del Yatay en Ubajay. Si bien no lo hacen por un sentido comercial buscan que sus productos sean conocidos y tengan difusión: “Si hay venta perfecto, pero es más tipo hobby, buscamos más que nada disfrutar”. (Ver más en el ítem 6.1.3, Imperdibles)
Profesora de Actividades Prácticas, actualmente realiza la Tecnicatura Semipresencial en Diseño Digital y Animación en Colón. El desarrollo de su actividad docente se despliega en talleres particulares de arte para niños y en la Biblioteca Popular. Trabaja con diversos materiales como madera, papel, tergopol, vidrio, reciclado, pasta de forrar. Ofrece servicios de decoración para eventos. Al abrigo de la búsqueda de su propia vocación artística fue surgiendo su emprendimiento, el cual concibe como la posibilidad de darse el lujo de hacer lo que le gusta. Zulma no establece metas, simplemente va involucrando cada vez más el costado artístico en su vida, “ahora que puede”. (Ver más en el ítem 6.1.3, Imperdibles)
Su dedicación por la repostería y el moldeado en porcelana fina, surgió por hobbie, afirma Cristela. Se inició haciendo tortas para cumpleaños y comuniones de miembros de su propia familia. Se está perfeccionando a través de un curso con un cocinero de Villa Elisa, al que asiste para adquirir especificidades técnicas. Respecto del emprendimiento en sí, cree estar en una etapa inicial. Adem´s no es su actividad principal. Entre los escollos sobresale el hecho que el esfuerzo, el tiempo y la dedicación insumidos en el desarrollo de la actividad no logra verlos traducidos en los ingresos que surgen por las ventas de las unidades elaboradas. (Ver más en el ítem 6.1.3, Imperdibles)
Si bien la Sodería Pastorini parecería estar convirtiéndose en un emprendimiento en retroversión, Carlos Pastorini Hijo es sinónimo de “pasión por el propio quehacer”. Con orgullo transmite los conocimientos del rubro aprendidos de la mano de su padre quien le diera a conocer el oficio desde muy temprana edad. Se lamenta por “los signos de los tiempos” y “la mano del progreso” que pareciera ir arrasando lenta pero indefectiblemente con la tradición. Pero con la misma fuerza de convicción para seguir adelante y con la esperanza de que su negocio no muera. La soda de su factura artesanal aún sigue siendo consumida por algunas familias baruenses.
Tanto en las encuestas relevadas en hogares como a emprendedores se realizó una pregunta a fin de conocer la valoración que los baruenses hacen sobre los problemas que afectan el desarrollo del pueblo. La pregunta se formuló así: Según su punto de vista, ¿cuáles son los principales problemas que enfrenta el pueblo? A esa pregunta le siguieron opciones de respuesta sobre problemas posibles.
Como primera respuesta espontánea se obtuvo un consenso respecto de la inexistencia de problemas graves. Podría decirse que la mayoría de la gente percibe que su pueblo se encuentra conforme en términos generales con el nivel de desarrollo alcanzado, incluso si se comparan con pueblos vecinos. Ello se entiende y la misma gente lo explica, teniendo en cuenta el punto de partida o la situación en la que se encontraban hasta hace 4 o 5 años atrás (ruta sin asfaltar, calles de ripio, sin obras cloacales). Las respuestas esbozadas en este sentido eran del tipo:
"Creo que estamos bien así".
“Tenemos todo; cloacas hay; agua, todo está bien. Está mucho más lindo el pueblito a lo que era. Tenemos todas las comodidades"
“Urribarri ya nos puso las cloacas, ya nos puso muchas cosas buenas”.
Matizando esta reflexión, una persona que retornó al pueblo luego de 45 años dijo: “Acá los habitantes no están ni muy bien ni muy mal.”
“Es un pueblo chico pero más o menos está; hicieron dos barrios por allá. Yo soy feliz acá. Me quieren llevar a Curuzú, por la edad y por todo, pero yo capaz no se me muero, de extrañar, porque la ciudad ya cambia la forma de vivir ellos, son jóvenes y que se yo."
El análisis de las respuestas dadas a posteriori, surge de la observación del gráfico de barras que indica que las mayores preocupaciones son la falta de servicios en el pueblo y también de fuentes de trabajo (25% y 24% de las respuestas respectivamente). Un lugar no menor lo tiene la preocupación en torno a temas de infraestructura (21%). Le siguen las menciones en materia de salud deficiente (12%), falta de educación y espacios de recreación (5% cada uno), divisiones entre vecinos (4%) y ausencia de políticas de desarrollo (1%).
Yendo a los aspectos puntuales podemos decir que respecto de la falta de servicios, no contar con una farmacia en el pueblo es visto como un problema por casi todos. Las personas mayores sobre todo apuntan con preocupación: “hay que mandar a buscar remedios”. Si hubiera una farmacia en el pueblo, todos los adultos mayores, afiliados a PAMI, no tendrían que viajar a Villa Elisa.
También hay unanimidad respecto a la necesidad de contar con un cajero automático en el pueblo. Tanto las distancias al cajero más cercano que es Villa Elisa (37 km.) como el gasto de traslado que ello ocasiona, hacen imperioso contar con la disponibilidad de dinero en efectivo en el pueblo.
A dichos inconvenientes se le suma la falta de disponibilidad de posnet en comercios del pueblo, vinculado a la falta de conectividad a internet efectiva. Al respecto, el empresario Ian O’Dwyer comentó: “Nosotros tenemos bancos que nos quedan a 80 km. Entonces para la gente, para una cuenta de sueldo, para una tarjeta de crédito de débito, es muy complicado, se hace muy difícil. Y algunos no tienen vehículo entonces ir al banco les sale $500.-.”
Una ferretería es un faltante valorado también. Al respecto una persona comentó: “Asuntos de ferretería no se consigue. Sólo un muchacho que trae electrodos, que se ocupan para soldar. El trae algunas cosas de planchuelas así pero”
El servicio de transporte existente también es valorado como deficiente: “Transporte no hay. Salís a la ruta y hay maestras haciendo dedo todo el tiro"
A pesar del faltante de servicios y/o comercios con los que sería deseable contar, también se reconoce que cuando hubo negocios que intentaron instalarse en el pueblo, no resultaron. Y esto parece estar relacionado a que por un lado no son rentables por la baja densidad poblacional y por otro a que la gente no ayuda a que prosperen atento a la diferencia de costos con la ciudad. Algunos comentarios hechos al respecto:
“Se ha probado de hacer ferreterías acá pero no resultan por la idiosincrasia de nuestro pueblo que nos vamos a otro lugar a buscar.” “Nosotros decimos que no tenemos veterinario, pero cuando había un veterinario, pobre, no pudo sobrevivir acá”.
“Todo es más caro acá. El supermercado, todo” “Únicamente en la urgencia capaz caes ahí.” “En Villla Elisa pagas con la tarjeta, eso no hay acá”. “La gente busca precio en la ciudad, por eso no prosperan negocios como ferretería. Acá buscan una lija solamente; para hacer una casa van a la ciudad”
Al momento de elegir como respuesta la ausencia de fuentes de trabajo la referencia obligada es la empresa de producción porcina, principal fuente de trabajo del pueblo en la actualidad. Si bien reconoce que trabajo hay, la gente sostiene que esta no debiera ser la única opción como salida laboral y convendría que se diversificara. Ello se expresa del siguiente modo: "El trabajo es escaso pero como digo, el que no trabaja es porque no quiere". “Un aserradero sería fundamental porque estamos rodeados de monte. Lo llevan a Ubajay donde hay 10/15 aserraderos. Acá no lo ponían porque no había salida el camino era de ripio y la lluvia no te permitía salir.” “Lo más complicado que hay acá es la falta de fuentes de trabajo; o sea el hecho de que todo el mundo llegaba a los 19 / 20 años y el que no estudiaba se tenía que ir porque no había para trabajar, pero ahora medianamente con la chanchería esa ha cambiado.” “Para mí debería haber otras fuentes de trabajo también, porque el que trabaja en la chanchería, algunos que yo conozco, es como que no te queda otra.” “Lo que creo que le haría bien, un aserradero sería, tenemos monte y demás.” “Faltaría un molino arrocero como en La Clarita o un aserradero como en Ubajay.” “Salvo la chanchería -que da mucha mano de obra- y los criaderos de pollo otra cosa no hay; más empresas hacen falta, me parece que un aserradero”.
Aparte, con respecto a la principal tomadora de mano de obra, se relevó que está habiendo faltante de trabajo incluso allí. Al respecto una empleada del criadero de cerdos afirmó: “Hay mucha gente sin trabajo, mucha gente anotada; la empresa no está tomando gente”
En materia de falta de infraestructura las respuestas se circunscribieron al tema del faltante de cordón cuneta y asfalto en el 50% del pueblo, a saber: “Lo que necesitamos más en el barrio es el cordón cuneta. No tengo nada que reclamar.” "Necesitamos cuneta o asfalto; yo no salgo por miedo a caerme. Los caminos, las calles es lo que más a uno le preocupan"
En el área rural hacen falta inversiones para el mejoramiento de caminos y la electrificación; en muchos casos alcanzaría con hacer llegar la línea eléctrica hasta el lugar donde está el pozo; en muchos casos son distancias cortas – entre 150 m y 500 m. En otros casos se solucionaría con la instalación de un transformador. En este sentido también se pudo saber de algunas quejas con relación al hecho que haya llegado el camino y la electrificación a un emprendimiento que se instaló hace algunos años (producción de nuez pecan) cuando al productor rural le cuesta mucho hacer los trámites para que el tendido pase por su campo cuando y en ocasiones se trata de tramos de menos de 500 metros. Los testimonios relevados son sugerentes: “Nosotros estamos trabajando acá cerca, tenemos caminos rurales tenemos que levantarlo entre los vecinos, cada tanto va una maquina por ahí va y le pega una pasadita. Y tenemos que hacer entre los vecinos un camino y acá en pocos días le hicieron el camino.” (Ver más en 3.5.3).
También apareció aquí el tema de la falta de vivienda. Algunos adultos manifestaron su preocupación con relación a los jóvenes que contando con terreno propio no lograron concretar la construcción de su vivienda. Según indicaron, algunos estaban anotados en el Plan PROCREAR, pero según parece se suspendió: “son un crédito para vivienda; y hay cantidad de gurises que tienen terreno, y con el cambio de gobierno no aparecieron los créditos.”
El ítem salud salud deficiente, fue elegido para mencionar aquellos profesionales o prestaciones que estarían siendo esenciales y al día de hoy no están cubiertos, por ejemplo la falta de un pediatra en el pueblo como también la posibilidad de contar con un laboratorio para extracciones. La Lic. Ana María Ferreyra respecto de necesidad de incorporar otros profesionales comentó: “El pediatra es un profesional que se necesita ya hace más de seis años con el incremento poblacional.”
En materia de educación deficiente se puntualizaron algunos aspectos vinculados a la modalidad de doble jornada de la escuela primaria (Escuela NINA), de la mano de quienes no están de acuerdo con esta modalidad. (Ver 3.2.3)
Si bien la opción “divisiones y enfrentamientos entre vecinos” no fue visualizado como problema, no pasó por alto su análisis entre las personas encuestadas: “Acá nadie molesta a nadie. Es hasta por demasiado tranquilo.” "Todo bien, son muy buenos los vecinos; para ser que hay mucha gente de afuera, no pasa nada, y hace mucho que están, así que no hay problemas con ellos" "La seguridad acá súper bien, porque no es como Buenos Aires ni nada por el estilo; usted puede estar tranquila de noche que nadie te va a robar nada ni nada por el estilo. Es una comunidad muy unida." “Dentro de todo no hay mucho que quejarse, bastante lindo el pueblito, yo me quede encantada, me quedé y no me fui más. Le dije a mi marido a mí me gusta porque vos sabes que los chicos salen, van a la plaza, no tienen mala junta, no hay peligro, no es como en las ciudades grandes, no es que les va a pasar algo, todos se conocen".
Como un modo de aproximarse a las expectativas de crecimiento por parte de los habitantes del pueblo se distribuyó una encuesta de tipo auto administrada con un listado exhaustivo de servicios y/o tipos de comercios a través de 110 ítems, a fin de identificar su existencia o no en el pueblo y la importancia que tendría para los baruenses contar con ellos. A continuación se presenta la pregunta y las primeras 20 respuestas que sobresalieron en el ranking (las que recibieron mayor cantidad de respuestas).
ORDEN |
SERVICIOS REQUERIDOS POR LA COMUNIDAD |
Ranking |
Tienen / Existen en la actualidad |
1 |
Farmacia |
18,5 |
NO |
2 |
Carpintería |
13,5 |
NO |
3 |
Electricidad del automotor |
13,5 |
SI |
4 |
Ferretería |
13,5 |
NO |
5 |
Veterinaria |
12,5 |
NO |
6 |
Zapatero |
12,5 |
NO |
7 |
Casa de artículos para el Hogar |
12 |
NO |
8 |
Computación |
12 |
NO |
9 |
Accesorios moda |
11,5 |
SI |
10 |
Centro Cultural |
11,5 |
NO |
11 |
Restaurante |
11,5 |
NO |
12 |
Zapatería |
11,5 |
SI |
13 |
Cuidadora de personas convalecientes |
11 |
SI |
14 |
Decoración |
11 |
NO |
15 |
Servicios de desinfección y control de plagas |
11 |
NO |
16 |
Accesorios y materiales eléctricos |
10,5 |
SI |
17 |
Amoblamientos |
10,5 |
NO |
18 |
Artículos para Deporte |
10,5 |
NO |
19 |
Carnicería |
10,5 |
SI |
20 |
Cotillón |
10,5 |
NO |
Fuente: Elaboración propia en base a 10 encuestas autoadministradas entre los habitantes de Arroyo Barú. Septiembre 2017.
Cabe asociar aquí, a este sondeo somero sobre demanda potencial de servicios, la reflexión realizada por el empresario Ian O’Dwyer (Ver 4.1. y 4.5) respecto de que esa demanda se va a ir generando conforme el pueblo crezca en densidad poblacional:
“El próximo paso que necesita un poquito más de masa crítica - es como que el pueblo está acostumbrado a que haya dos, tres almacenes, dos tres boliches, una terminal y no mucho más – es que haya una cancha de tenis, que haya una cancha de papi futbol, bueno, hay una peluquería pero creo que a medida que haya un poquito más de volumen de gente, de necesidad, de demanda, creo que se van a empezar a crear. No hay una farmacia, hace falta que nos saquemos la parte tradicional, cuadrada en la cabeza”
Al igual que en el caso de la identificación de obstáculos para el desarrollo, también para la identificación de proyectos o sueños se buscó realizar, a través de las encuestas de hogares, una pregunta que permitiera conocer el tipo de proyecto que a la gente más les gustaría se implementara en su pueblo: ¿Cuál de los siguientes proyectos le gustaría que llegara a su pueblo? y entre las opciones de respuesta: proyectos culturales, proyectos educativos, proyectos recreativos, de infraestructura o de salud.
Previo al análisis de las respuestas, hay que decir que en un 22% de los hogares los encuestados no quisieron o no supieron dar cuenta de algún proyecto que tuvieran “en mente”.
En estos casos las respuestas eran: “yo no sé, no le sabría decir”. “Es un pueblo tan tranquilo que no se me ocurre nada.” También es interesante mencionar que, antes de elegir una opción como respuesta, algunas personas se refirieron a aquello con lo que ya cuentan en la actualidad, dando valor a lo que sí disponen, como por ejemplo: “Tenemos Biblioteca, libros nuevos, te prestan, incluso si uno quiere aprender a bordar. También te enseñan a hacer manualidades, pintura en tela.” O bien “Teatro, la verdad que la gente va, eso han traído”
Las respuestas mayoritarias se centraron en proyectos de tipo recreativos (39%) y educativos (33%).
Muy por debajo quedaron las menciones sobre proyectos culturales, de salud, “otros proyectos” (8% cada uno) y los de infraestructura (2,5%).
La mayoría de los que priorizaron proyectos recreativos, se refirieron a un proyecto que está en marcha en el pueblo, de emplazamiento de un polideportivo en el predio donde luego de un gran esfuerzo por parte de la Junta de Gobierno y la comisión del Club Deportivo se logró levantar la cancha de futbol y el tendido eléctrico y se inauguró en septiembre de 2017. La idea de un polideportivo condensa los deseos de contar con más opciones deportivas y una mayor regularidad en los entrenamientos. Ello se refleja a través de respuestas como:
"Hay poco, solo juegan futbol"
“Que haya natación por ejemplo”
“Equipo de hockey. Algo más de deporte”
"Estaría bueno que haiga un campo de deportes para los chicos. Es una manera de incentivarlos a que sigan el deporte y que no ocupen la cabeza en otras cosas, o sea deporte es salud".
“El Polideportivo. Algo se armó, para hacer tienen, pero no como en otras ciudades como para natación y otros deportes.”
“Hay, pero si hubiera una ayuda para los gurises para que estén más organizados. Hacen falta más recursos para que haya más prácticas. A veces no van ni una vez por semana. Está la cancha pero faltan profesores, mejoramiento para el campo de futbol, que tenga buenos arcos.
“Un entrenador; algo fijo con quien poder tener de referente más claro con quien hablar. Se juntan todos los sábados en la plazoleta: los llevan a jugar de 10:30 a 19 pero no hay referente claro de futbol con quien hablar.”
En menor medida, porque recientemente se inauguró una plazoleta con juegos para niños en el B° 20 Viviendas IAPV, se registraron quienes buscan mejorar los espacios públicos para niños, como por ejemplo: “Que mejoren la plaza y le pongan más juegos de chicos”.
También hubo quienes mencionaron la importancia de contar con una sala maternal “Una guardería, jardín maternal porque muchas madres trabajan”.
Respecto a los proyectos educativos, se ratifican aquí las ganas de contar con mejores niveles de capacitación que ya se vio a través del análisis de los emprendedores en el hogar. El sueño de contar con capacitaciones abarca tanto la educación formal como la informal y atraviesa a de todas las edades. Este sueño también se encuentra relacionado con la necesidad de mejorar el transporte público que permitiría salir a hacer cursos afuera del pueblo. Las siguientes respuestas son algunos ejemplos de ello:
“Lindo que hubiera acá cursos de cocina, de costura.”
“Carreras terciarias nos haría falta.”
“Mi nieta estuvo estudiando computación y tuvo que dejar porque la maestra (particular) se fue a otro lado.”
"Estaría bueno que hagan una terciaria; aunque sea que no lo hagan todos los años; que lo hagan un año o que hagan una encuesta de que el que más sale, maestros enfermeros lo que sea … aunque sea con auxiliar de enfermero ya acortas. Magisterio hay en San Salvador pero no tenemos nada para movernos; el que no tiene un vehículo"
"Acá en Barú lo que faltaría sino directamente es un colectivo a la noche que vaya y venga cosa de poder ir, estudiar y venir.”
"no hay nada, una movilidad, un colectivo para ir a la mañana o a la tarde como para ir y venir, a hacer un curso. No hay cursos así como para hacer algo acá tampoco."
En materia de proyectos de salud, al igual que cuando se identificaron obstáculos, volvieron a aparecer los servicios faltantes en el pueblo: pediatría y psicología. La directora de nivel primario también en la entrevista hizo una mención al respecto:
“Un psicólogo vendría bien. Lo que siempre digo que necesitamos es un psicólogo; en el pueblo, en el hospital, no sé dónde; porque hay chicos que lo necesitan y muchas veces aunque uno lo hable con las familias, no los llevan.”
Entre las respuestas encasilladas como “otros proyectos” se mencionó repetidamente la falta de regulación que existe a nivel comunitario (no hay ordenanzas) por el carácter político del gobierno local (es junta de gobierno y no municipio):
“Que se deje de ser Junta de Gobierno y seamos municipio, para que no haya vacío legal.
Hay montón de negocios, sólo 2 que pagan impuestos.”
“Que la Junta pase a ser de más categoría, tenemos que ir a pagar a Villa Elisa. Que quede más para el pueblo
así se pueden hacer más cosas. Entraría más presupuesto para la Junta y mejoras para el pueblo.”
Quienes eligen proyectos culturales recuerdan con gusto algunas proyecciones de cine que cada tanto llegaban al pueblo y las obras de teatro que a veces trae la Biblioteca Popular-. Las pocas menciones en relación a proyectos de infraestructura se refirieron al sueño de contar con Gas Natural, a través de respuestas como: "El tendido de gas natural está a menos de 15 km; que se invierta para hacer ese tendido. El gas va costeando la ruta". Al respecto el Presidente de Junta de Gobierno informó que el gas natural fue una proyecto que se barajó pero que no prosperó porque la cantidad de usuarios no es rentable en relación a la inversión que se debe hacer desde la empresa proveedora del servicio, a pesar de estar la red troncal bastante cerca (8 km. en línea recta sobre la Ruta Nacional N° 14).
Para cerrar el análisis de los proyectos según las menciones recabadas a través de las encuestas a hogares, el sueño de un vecino de algún modo condensa. A continuación transcribimos las palabras de un vecino porque en el deseo por él expresado se cruzan varios aspectos mencionados por muchos:
“Me gustaría que llegara algún proyecto que necesite mano de obra capacitada para atraer gente con más estudios que la que estamos recibiendo hoy. Por ejemplo si haces un aserradero, no necesita mano de obra capacitada capaz; y por ahí para que un pueblo crezca más culturalmente necesitamos empresas con mano de obra capacitada arriba (Un aserradero) no, a mi no me gusta porque hay un caso ya de un pueblo que se dedica, está establecido como con muchos aserraderos y no me gusta la gente que viene, viene gente con poca cultura, no es por discriminar; pero muchas veces pasan cosas por falta de cultura. Yo preferiría que a mi pueblo venga, no sé qué fabricas decirte, o no sé qué cosa, pero que necesite mano de obra capacitada para que los chicos que están estudiando, se queden en el pueblo. … Algo relacionado con la avicultura, la agricultura o la ganadería que son las cosas que más hay acá en la zona.”
También el Presidente de Junta de Gobierno al ser consultado, se explayó sobre sus propios sueños, dando cuenta de una necesaria vinculación entre el desarrollo económico y la formación para el mundo del trabajo. En ella deja entrever el potencial de crecimiento del pueblo. Así se expresó:
“La aspiración de máxima que tendría sería aumentar con un mini emprendimiento, no se cual, contagiar a empresarios que vengan e inviertan, compren en Barú, implementen algún tipo de empresa como para que puedan producir y dar mano de obra y demás. Y a su vez acompañarlo a nivel nocturno en la escuela secundaria con una tecnicatura a nivel terciario orientada a la apicultura, ganadería, agricultura y hacer “ Tenes el espacio físico, las computadoras en red, todo armado como para poder educarlos y prepararlos sin salir de su lugar y como para aplicarlo y volcarlo en lo de uno”
"Y a su vez eso complementarlo con la última etapa educativa que me falta que es un proyecto que tengo hace rato y no lo puedo concretar y es una tecnicatura a nivel terciario, de formar gente que trabaje en eso; que no tenga que buscar mano de obra en otro lugar. Porque tenemos elementos a nivel edilicio, computadoras, personal edilicio, como para poder hacer algo terciario" Por ahí falta compromiso y voluntad de los directivos; fíjate que la directora no es de acá, pobre viaja todo los días; Yo le doy las ideas, por ahí no le ponen todas las pilas. Acá habría un margen muy importante de gente joven, en edad madura, 20, 30 y hasta 40 años que pueden hacer tecnicatura y aplicarlo al lugar donde viven; en agricultura, ganadería, madera, turismo. Incluso por el horario podría ser de 20 hs. a 23 hs. en el horario que todo el mundo deja de trabajar en sus actividades. y volcarlo a su actividad. Esas serían mis aspiraciones puntuales; las dos, que van de la mano”
En línea con este objetivo se pudo saber también a través de la directora de nivel medio que se encuentra en estudio el proyecto de creación de una carrera terciaria de la mano de la Escuela Normal de Villa Elisa, institución que ya cuenta con experiencias de extensión de tecnicaturas en otros lugares (por ej. en Enología y en PYMES en Villa Domínguez y en San José, cerca de Villaguay). Sería una Tecnicatura en producción Agrícola o Avícola orientada en ciencias agrarias a dictarse en la sede de la escuela secundaria de Arroyo Barú.
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