POBLACION

Las tierras que abarca Villa Dominguito y todo el departamento, eran originariamente ocupadas por los aborígenes Huarpes. La llegada de los españoles encontró a Angaco como cacique y la relación que se estableció entre los grupos humanos fue pacífica. A tal punto, que la hija de Angaco se unió en matrimonio con Juan Eugenio de Mallea, el segundo de la expedición española de Juan Jufré. Este nuevo matrimonio recibió como dote el extenso territorio que hoy ocupan los departamentos sanjuaninos de Albardón, Angaco y San Martín, dónde hoy se sitúa Villa Dominguito. Las tierras permanecieron sin ser cultivadas hasta que el Cabildo de San Juan logró obtener la posesión completa de esos campos, en 1816. En 1869 se separaron políticamente los tres departamentos, nombrándose como “Angaco Sur” al que desde septiembre de 1942 recibió finalmente el nombre de San Martín.

Desde entonces predominaron, en la zona de llanura, las fincas con plantaciones de vid; y en el área serrana, las actividades extractivas de distintos minerales, entre ellos la piedra caliza, destinada a la producción de cal. Se obtenía a través del quemado de la piedra caliza, en grandes hornos a aproximadamente 1.000 °C de temperatura, durante ocho días consecutivos. En su mejor momento, la actividad empleaba a 80 personas y se extraía, además, mármol rosado cuarzo y laja.

En la década de 1940, la familia Naciff Weiss compró una extensión de 700 ha que incluían esos hornos de piedra caliza, aún preservados. Los hermanos Fortunato, José, Enrique y Guillermo sostuvieron la actividad minera, incluyendo la obtención y explotación de lajas, mármoles, ripio y yeso, a través del emprendimiento denominado “La Yescal”. Hoy (2012), pocos de aquellos trabajadores mineros permanecen en Villa Dominguito, muchos se mudaron a otras zonas en busca de trabajo y otros murieron.

Estas actividades, desde sus inicios, como resultado de la instalación en el lugar de los trabajadores mineros, fueron motivando la generación de un núcleo poblacional, Los hermanos Naciff Weiss cedieron parte de sus terrenos para uso público, por la cual se los conmemoraría con una calle con su nombre.

En los primeros tiempos, se trataba de un asentamiento con pocos servicios y viviendas precarias, aislado por la ausencia de transporte público.

Con el tiempo, el crecimiento de la población llevó a la necesidad de nuevas viviendas. La última gestión municipal respondió a esta demanda con la construcción de una serie de viviendas en dos períodos distintos; a enero de 2012, están a la espera de la entrega de una nueva serie de viviendas. Hoy, la mayoría está en buen estado. Hay provisión de los servicios de luz eléctrica, agua corriente y gas envasado. Las calles y caminos de acceso son de pavimento. Hay servicio de transporte público a diario y la población crece a ritmo sostenido, animada por los avances. Uno de los principales motores de crecimiento fue la instalación del monumento al beato Ceferino Namuncurá, que atrae a cientos de personas semanalmente. Villa Dominguito tiene hoy (2012) más de 800 habitantes y continúa creciendo.

 

En 1991, la población total era de 526 habitantes; en 2001, de 656 (INDEC, 2001); en 2010, de 619 habitantes (INDEC, 2012). Conviven en paz, con un alto grado de confianza en la comunidad, que se manifiesta en la tranquilidad de vivir a puertas abiertas.  

Perfil social

La mayor parte de la población tiene empleo y valora el crecimiento de Villa Dominguito, mayormente fomentado por la construcción del complejo turístico Religioso Ceferino Namuncurá. De todas formas, existen necesidades puntuales como la de un aumento de frecuencias en el transporte público, que facilitaría aspectos básicos de la comunidad, como el acceso de los jóvenes a la escuela secundaria en las ciudades vecinas.

Niños jugando en el Complejo Ceferino

Gran parte de los jóvenes recibe educación únicamente en la escuela primaria. Muchos de ellos desearían contar con espacios de recreación y deportes. 

A los niños se los puede ver libremente por la calle, andando en bicicleta entre amigos, a veces yendo hacia el lado de las fincas o de los cerros, con la tranquilidad de estar en un lugar en el que se conocen todos. Algunos incluso pasean a caballo, gracias la buena disposición de Julio, dueño de varios de estos animales y deseoso de que sean aprovechados por los niños.

Cohesión social

En Villa Dominguito la participación en proyectos que involucran a la comunidad es cada vez mayor. Al mismo tiempo, las instituciones del pueblo se van fortaleciendo. De todas formas, reconocen los propios pobladores que deben superar diferencias que hay entre vecinos y obstaculizan el trabajo en equipo.

Capacidad para autosustentarse

Gran parte de los jóvenes y algunos adultos trabajan en las fincas. El trabajo en estas plantaciones de vid –fruto de múltiples destinos, no únicamente para vino- es estacional, la cosecha se realiza en verano y en ese momento se concentra gran parte del trabajo, muy intenso y bajo condiciones duras, que implican largas jornadas de exposición al sol. Con los ingresos de la temporada, muchos de ellos subsisten el resto del año, intercalando algún trabajo simple y corto, “changuitas”. 

Viñedo en Villa Dominguito

Graciela y Ramona, artesanas

Otros habitantes se sustentan con lo que reciben mensualmente de los planes sociales nacionales, a cambio de algunas tareas diarias básicas. Muchos trabajan en los pequeños comercios familiares (fundamentalmente kioscos o almacenes).

 

Una pequeña proporción de los pobladores de Villa Dominguito completa su educación escolar secundaria. Muchos menos asisten a cursos, capacitaciones específicas o estudios terciarios, sobre todo, por la falta de oferta de estos niveles de educación en Villa Dominguito.

 

Algunos pobladores tienen pequeñas producciones a baja escala, de, por ejemplo: pan, semitas (pan delgado con chicharrón, similar a las tortas fritas), frutas en conserva y mermeladas. Lo venden en su misma localidad, a través del “boca a boca”, sin necesitar la instalación de locales comerciales para esto. Los artesanos tienen un amplio mercado los fines de semana, constituido por los cientos de turistas que llegan al lugar para conocer el monumento a Ceferino Namuncurá. Dentro del complejo, hay infraestructura especialmente pensada para la venta artesanal. Este espacio es aprovechado por artesanos de otras localidades del departamento; son pocos los que viven en Villa Dominguito. Los artesanos que recién empiezan un emprendimiento encuentran un poco difícil la participación en esta feria, porque deben pagar por el stand y no todos cuentan con esa base de inversión o con la necesaria motivación y confianza en las posibilidades de venta de sus productos artesanales.

Espacio para artesanos. Los fines de semana exponen allí sus productos

Más de la mitad de los hogares cuenta con árboles frutales: durazneros, naranjos, membrillares, granada, parrales, higueras, olivos, mandarinos o perales. El destino es únicamente para consumo propio; en general no hay más de uno o dos de estos árboles por hogar. No acostumbran a tener huertas. En algunos casos, crían animales de granja para consumo particular, principalmente ponedoras; o caballos, destinados a la monta propia o para alquiler esporádico a los turistas.

¿Tiene árboles frutales?

% del total representativo[1]

43,5

No

56,5

[1] De acuerdo con encuestas realizadas al  15% de los hogares.

Evolución del pueblo

Es notorio cómo la comunidad de Villa Dominguito siente los cambios que van aconteciendo hace varios años, y valoran haber salido de una etapa de mayor pobreza para encontrarse hoy (2012) con un crecimiento notable en varios aspectos, especialmente: culturales, económicos y de infraestructura.

Muchos habitantes fueron testigos de todo el proceso de cambio, ya que es bastante reciente. Los pobladores de mayor edad pueden recordar cómo era el lugar antes, con todas sus carencias, pero lo hacen sin menospreciar el pasado sino rescatando lo bueno de los últimos años. Recuerdan que Villa Dominguito era más parecido a una “villa”, a los asentamientos precarios a los que se suelen llamar así. Hoy, lejos de eso, las viviendas se encuentran casi todas en buen estado, muchas de ellas son producto de los planes de construcción de viviendas, levantadas por cooperativas compuestas de personas desocupadas del propio departamento. Además, se fue completando la provisión de servicios básicos (como la luz eléctrica) y se redujo la cantidad de habitantes sin trabajo.

Problemas que enfrentan

Si bien Villa Dominguito se encuentra en una situación de crecimiento, no sólo a nivel poblacional sino en materia de turismo, viviendas y servicios, aún hay una serie de obstáculos que impiden el avance fluido del desarrollo social y económico de la localidad. El más destacado por la población, es la falta de frecuencias en el servicio de transporte público, y que éste, además, no cubra los recorridos a los destinos más requeridos. Por ejemplo, para viajar a la ciudad de Caucete, en donde suplen servicios médicos de los que carecen en Villa Dominguito, deben hacer escala en un cruce de rutas, es decir que toman dos colectivos. El colectivo pasa por Villa Dominguito cuatro veces al día, con lo cual se limitan las posibilidades de transporte, y en el caso de una emergencia, los pobladores se ven obligados a tomar un remis, cuyo costo es elevado para las posibilidades económicas de muchos de ellos.

El problema del transporte se hace más profundo cuando se toma nota que la mayor parte de las actividades que realizan los habitantes de Villa Dominguito se realizan fuera de la localidad. Hay, por ejemplo, una serie de capacitaciones abiertas, pero la asistencia en transporte público es complicada. Lo mismo sucede con los jóvenes y los deportes, carecen de infraestructura para practicarlos en su lugar.

El gráfico siguiente muestra la representación de la opinión de los habitantes de Villa Dominguito en cuanto a los que consideran como mayores obstáculos para el desarrollo:

La deficiencia de los centros de salud es, también, una preocupación general. Además de que no cuentan con especializaciones médicas, falta equipamiento básico (por ejemplo, de rayos para radiografías). Sin embargo, lo más requerido por los habitantes de Villa Dominguito es la extensión de los horarios de atención, ya que se limita a las mañanas de lunes a viernes. La necesidad se acrecienta los fines de semana, cuando llegan más de 1.000 personas al complejo turístico y suele suceder que subiendo a ver el monumento a Ceferino haya caídas y accidentes similares, sin atención médica para este tipo de emergencias.

Muchos pobladores opinan que la falta de desarrollo se enraíza en su propia actitud, miembros de la comunidad de Villa Dominguito. Algunos denuncian que no hay valoración de las nuevas obras, que se descuida lo propio, de manera que lo que promueve el desarrollo, resulta deteriorado por los propios beneficiarios.

 

Los últimos años se han desarrollado diversos proyectos que han motivado el crecimiento de Villa Dominguito. Esta tendencia se sostiene por las obras por parte de la municipalidad, para el que faltaría mayor participación activa por parte de los habitantes del lugar.

El desarrollo de un nuevo parque industrial en el departamento, obra ya en marcha, vislumbra para los habitantes de villa Dominguito nuevas oportunidades laborales que mejorarían la situación económica de varios hogares.

Por otra parte, el sólo movimiento turístico que genera el monumento a Ceferino se va convirtiendo en el camino para continuar el desarrollo del pueblo, ampliando sus posibilidades de alcanzar sus deseos y necesidades.