MEDIOAMBIENTE

El paraje de Charra Ruca se halla inmerso entre montañas, rodeado de ríos y arroyos que forman balnearios naturales. El paisaje es montañoso, con valles fértiles y tupida vegetación autóctona y exótica. Encerrado por los cordones de la Cordillera de los Andes y la del Viento, y marcado por una altura general superior a los 1000 msnm, Charra Ruca posee un clima templado frío, semiárido, mediterráneo, con una estación húmeda invernal y muy seca en verano.

El suelo es fértil, como en el resto de los valles que forman la cuenca del Alto Neuquén, apto para la agricultura y el cultivo de frutas finas. A su vez, las laderas de las montañas son aptas para ganadería intensiva y para forestación, mientras que las tierras de las alturas cordilleranas son buenas para la veranada.

En cuanto a flora y fauna autóctonas, por encontrarse en una zona de eco tono, en Charra Ruca conviven los bosques andino-patagónicos y la estepa. Entre las especies arbóreas se puede nombrar: ciprés, lenga, radal, checal, maitén, roble pellin.
Cabe destacar el área protegida natural de Cañada Molina, una zona de 200 hectáreas, donde se encuentran los cipreses más antiguos de América, de más de 1500 años. Entre las especies de la estepa arbustiva se pueden encontrar: palo piche, huingán, molle, yaqui, pañil, paramela. Y entre las especies gramíneas, herbáceas y florales: coirón amargo, mallin, amancay, mutilla, michay, líquenes, cortadera, topa, cardos, arvejillas, abrojos, etc. Hay mucha presencia de pino, pero se trata de una especie exótica, implantada con fines económicos.

El estado de conservación de la flora autóctona, según cuentan Pablo Troncoso y Américo Marchetti –guarda parques de Cañada Molina-, está algo deteriorado en virtud de la deforestación en épocas pasadas de los bosques de cipreses. Esto ha logrado ser revertido en parte con la creación de la reserva, hace 15 años. Por lo demás, los pobladores de Charra Ruca son conscientes del tesoro natural del lugar, y tienen un espíritu de cuidado y conservación del hábitat.


Flora autóctona: cipreses

Maitén

Respecto de las especies autóctonas animales, éstas corresponden a las del distrito subandino: liebres, conejo, zorrino, ratones, hurones, zorro colorado y gris, ardillas, nutrias. Entre la numerosa variedad de aves se destacan: cóndor, avutardas, patos, gallareta, garza mora, águila mora, carancho, buitres, paloma, tero, picaflor, calandria, peuco, carpintero, búho, halcón, loro, codorniz californiana. Además también se pueden encontrar reptiles como lagartijas, culebras, sapos y ranas y también insectos. En las lagunas y ríos hay gran variedad de micro fauna. Entre las especies de peces más importantes se encuentran la trucha arco iris, la perca, la trucha marrón y la trucha fontinalis.


Chimango

En la zona de Charra Ruca no hay cotos de caza habilitados, salvo para liebre, el conejo y los zorros –la caza sirve para controlar las poblaciones de estas especies.

 

El principal cauce de agua en la zona es el Río Neuquén, del que se desprenden numerosos arroyos menores, que proveen a la población de agua y también son utilizados para riego.