MEDIOAMBIENTE

La provincia de Santa Fe pertenece a la Llanura Platense. Se trata de una extensa llanura de acumulación con inclinación noroeste-sureste. Su altura sobre el nivel del mar, oscila entre los 10 y los 125 m, y es posible definir dos regiones geográficas distintas: la “Llanura Chaqueña” y la “Llanura Pampeana”. Cada región presenta marcadas diferencias de calidad y tipo de tierra, posibilidad de evacuación de excedentes hídricos, volumen y calidad de aguas subterráneas y flora y fauna.
El territorio se extiende en una zona templada, salvo las áreas septentrionales. Los vientos alisios, cálidos y húmedos que penetran en el territorio de la provincia desde el NE, ejercen una fuerte influencia sobre el clima, sobre todo en verano. El régimen de precipitaciones varía entre 900 mm y 1.000 mm anuales.
En los primeros cuatro meses del año 2016 Colonia Belgrano ya acumuló el 75% del promedio de lluvias previstas para todo el año. En 2014 y 2015 superó la media.

 

 

En la región correspondiente a la Llanura Pampeana, se han introducido muchas especies exóticas como eucaliptos, pinos, fresnos y paraísos cultivados con fines forestales, y ornamentales que transforman el paisaje original.

Los pastizales pampeanos se componen de cebadilla criolla, paja voladora, flechilla negra, romerillo blanco, carqueja, yerba de oveja, trébol, abrojo, machín y manzanilla; y árboles como espinillo, tala, chañar y cina cina. Con la primavera, el suelo se cubre de gramíneas y con las primeras lluvias de noviembre algunas especies florecen en amarillo, rojas, blancas y azules. En la zona de lagunas predominan las totoras y juncos.

Leandro Antoniazzi, técnico agrónomo, investigador del Conicet y que trabaja en la reserva natural de la Fundación Wildermuth comenta que en la zona se presentan bosques bajos de algarrobo y chañares, intercalados con pasturas naturales. Como plantas exóticas introducidas por el Hombre, menciona la Grama Rhodes, que por los años 70 se impuso en la zona como alternativa tecnológica que permitiría mejorar las áreas con pastizales menos productivos. Con el tiempo invadió al pastizal natural, empobreciendo las pasturas y simplificando la diversidad de las especies.

   

Pastura natural y Ganadería biodinámica – Reserva Fundación Wildermuth

Marcela Benítez y Cintia Jaime en Reserva Natural

Respecto a la fauna, y asociada a la existencia de la cañada, se encuentran felinos como el puma y el gato montés. También hay mulitas, reptiles como iguanas. La diversidad de aves es importantísima, y se advierten más de 150 especies durante todo el año.
En Colonia Belgrano, agrega Antoniazzi, el paisaje es agrosistemico, con una alta intervención y modificación por parte del hombre, no quedando prácticamente ambientes naturales pristinos. Desde que empezó la agricultura cambió la estructura del paisaje. Luego el uso de agroquímicos que contaminan el agua, disminuyeron la biodiversidad alterando toda la cadena trófica (anfibios, cadena de insectos que repercuten sobre la población de las aves, y esas aves son alimento de otros mamíferos).

En la zona no hay arroyos naturales por lo que la ictofauna se reduce a especies típicas de lagunas como las anguilas, cascarudas, bagres y varias clases de mojarras. También es posible encontrar sábalos, ya que en épocas de inundación llegan por los cursos de agua que desovan en las lagunas.

Ríos santafecinos
Todos los ríos y arroyos que cruzan el territorio santafesino depositan sus aguas directa o indirectamente en el río Paraná. El caudaloso río Paraná corre a lo largo del límite Este de la provincia de Santa Fe, y su cuenca cubre más de 2.800.000 km2.

Los brazos más importantes de este río son: Coronda, Santa Fe - frente a la ciudad Capital -, San Javier y Colastiné. Otros dos grandes ríos cruzan la provincia para llevar sus aguas al Paraná: el Salado y el Carcarañá.


Aguas subterráneas
El agua superficial sólo representa el 1% del agua dulce del planeta. El agua subterránea representa una cantidad 30 veces mayor. A lo largo y ancho de la provincia de Santa Fe, muchas localidades se abastecen de aguas subterráneas y lo hacen del mismo reservorio: el acuífero Guaraní.

El acuífero Guaraní es una de las reservas de agua dulce más importantes del planeta. Abarca 1,2 millones de kilómetros cuadrados y se estima que su volumen ronda los 40.000 kilómetros cúbicos. Se trata de una reserva de agua tan importante que permitiría abastecer a una población de 360 millones de habitantes con 300 litros por día. El espesor del acuífero varía desde 50 hasta 800 metros y su profundidad es variable, aunque en sus niveles más profundos llega a alcanzar los 1.800 metros.

Bajo tierra, el agua se encuentra en los poros que existen entre los componentes sólidos del suelo (limos, arcillas y arena). En las capas más superficiales, los poros contienen aire y agua; mientras que más profundo en el subsuelo se llega a una capa saturada donde el espacio entre los poros contiene exclusivamente agua: ése es el nivel del acuífero freático, más conocido usualmente como “napa”.

Las formaciones geológicas que el agua atraviesa, la velocidad a la que lo hace, la presencia de oxígeno y de materia orgánica son factores que afectan la calidad del agua de un acuífero.

A futuro, investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) evaluaron qué ocurrirá con las aguas subterráneas en escenarios de cambio climático. En el caso menos alentador, concluyeron que los recursos hídricos subterráneos serían sometidos a un fuerte stress motivado por mayores requerimientos de extracción, disminución de la recarga y/o un aumento significativo del peligro de contaminación. De allí su énfasis en la promoción de una gestión integrada del recurso.

Los suelos del centro de Santa Fe presentan en general mucho material fino (limo y arcilla), que sumado a un proceso de disminución de la materia orgánica por su uso, determinan que estén propensos a una degradación, producto de la pérdida de estructura. Una alteración en la estructura del horizonte superficial por causas naturales (impacto de la gota) o antrópicas (labranza, tránsito, etc) puede cambiar en primera instancia la velocidad de infiltración del agua de lluvia y posteriormente la cantidad total acumulada. La ausencia de poros grandes y canales, que son los que “transportan” rápidamente el agua desde la superficie y aseguran la respiración de las raíces, origina un “sobrante” que podrá quedar sobre la superficie del suelo provocando anegamientos totales o parciales de los lotes, impactando en la productividad de los cultivos y las propiedades físico-químicas de los suelos.

El pueblo soporta anegamientos producto de las copiosas lluvias. Según los escenarios de anegamiento planteados por el INTA, Colonia Belgrano pertenecería a los “Ambientes anegables con riesgo de falta de piso” que ocurre cuando la napa está por encima de 40 cm de profundidad y los suelos pierden su capacidad de soporte; los vehículos se entierran, produciéndose el atascamiento o “fuellado” de los campos cuando son transitados, en especial con maquinaria pesada como carros, cosechadoras y/o sembradoras.

Comportamiento humano

Según Antoniazzi, “La región pasó del tambo a un sistema de agricultura. Al sacar las pasturas naturales, la agricultura impermeabiliza el suelo y la superficie queda al descubierto. Esto impide la penetración de las lluvias cuando son fuertes y se deslizan las aguas de las zonas más altas hacia las más bajas produciendo anegamientos. Para sacar el agua de los campos, los productores hacen canales sin ningún tipo de planificación y terminan complejizando más la situación”.

Enfermedades por consumo de agua con arsénico
Hacia el oeste provincial los sedimentos están conformados por cenizas volcánicas de origen eólico que tienen mayor contenido de arsénico, que se depositó allí por condiciones naturales. Quienes consumen agua con elevados niveles de arsénico pueden sufrir las consecuencias de una enfermedad tal vez poco conocida pero frecuente en poblaciones santafesinas. Se llama Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico –o HACRE– y causa problemas dermatológicos que llegan a inhabilitar al enfermo, y también cáncer en casos extremos. Investigadores de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la UNL realizan estudios epidemiológicos para saber cuál es la prevalencia de la enfermedad en la provincia. Las fotos son ejemplos de casos de pacientes con manifestaciones del HACRE.

Los valores de arsénico detectados en Santa Fe promedian los 0,6 a 0,4 miligramos por litro, sin embargo el máximo permitido es de 0,01 miligramo por litro. En Colonia Belgrano los resultados dan por encima de este valor:

El pueblo cuenta con una planta de ósmosis inversa que asegura la calidad del agua para el consumo, como mencioné oportunamente. Facilita una canilla para que la población llene sus bidones gratuitamente. Posiblemente muchos utilicen esta agua para beber, aunque surgen dudas si esta práctica también la aplican para cocinar sus alimentos. Si no fuera así, se estarían exponiendo a un potencial riesgo.

La población de Wildermuth distante 5 km del pueblo, no retira bidones. La Comuna se los lleva y reparte. La directora de la Escuela rural, afirma que consumen agua de pozo.

Enfermedades por contaminación del depósito de basura
El basural está a 5 Km del pueblo, pero a 200 metros de la escuela rural de Wildermuth. Esta situación no acarrea riesgos para los habitantes de Colonia Belgrano pero sí para la pequeña población de Wildermuth.

La basura se deposita a cielo abierto. Un poblador es el encargado de separar el cartón y luego de quemarla. Según testimonio de la directora de la escuela “aunque la quema se realice un sábado, el olor es tan penetrante que persiste en el ambiente varios días y se mete por todos lados. A veces el fuego es tan importante que deben llegar los bomberos para apagarlo”. Al costado del basural pasa una acequia donde también se observa basura flotando. El terreno es bajo e inundable, lo que incrementa el grado de contaminación.

Muchos habitantes practican el cirujeo, para rescatar algo que tenga valor de reventa. En Colonia Belgrano la Comuna está buscando adquirir un terreno para trasladar el basural, aún sin suerte.
En el pueblo el trabajo de concientización para el separado de basura domiciliaria, está a cargo del grupo de jóvenes. Es parte de un proyecto que pretende guardar los “húmedos” para el compostaje y vender el “seco”.

Con tal motivo los jóvenes han recaudado los fondos necesarios para comprar una prensa. El próximo objetivo por parte de la Comuna, es la construcción del galpón que se utilizará para realizar las actividades que requiere el proyecto.

Desde la Comuna ya se están dando pasos concretos respecto a la separación y reubicación de los residuos secos en un terreno destinado para tal fin.