Carbó presenta fundamentalmente tres características que definen su identidad de pueblo. La primera es un índice de aislamiento bajo, a pesar de la interrupción del servicio de pasajeros de la estación de ferrocarril. El pueblo se encuentra conectado en sus extremos este y sudoeste a la ruta 16, y la distancia al asfalto es poca en la parte sudoeste y nula en la parte este. La distancia a la ciudad vecina más cercana, es también escasa; sólo 10 kilómetros separan al pueblo de Gualeguay. El pueblo cuenta con transporte de colectivo frecuente desde y hacia esta ciudad. Otro factor que influye notoriamente en su bajo grado de aislamiento es el sin número de lazos de familiares y de amistad que existen entre pobladores y habitantes de la ciudad. Finalmente, la cercana relación de las municipalidades, contribuye a la hermandad entre ambas localidades.

Una segunda característica que define a Carbó hoy, es su potencial actualizado en diversas obras llevadas adelante por el municipio. La movida estratégica de incorporar localidades vecinas para ampliar notablemente el presupuesto, ha sido favorable para la renovación gradual de los servicios e infraestructura. El pueblo cuenta con un índice de desarrollo mediano. Si bien la amplia mayoría de los pobladores cuentan con estudios primarios completos e ingresos de medianos a altos, el grado de conservación edilicia es moderado, como también lo es el grado de actividad en instituciones. Finalmente, existe una baja cantidad de emprendedores. Los pobladores, en su mayoría, declaran no practicar oficios independientes, ni ser artesanos o productores. Este último dato puede parecer contradictorio, ya que el pueblo cuenta con una amplísima oferta comercial para quienes se acercan a visitar a sus familiares y amigos, o a tomar fotos de la renovada estación de ferrocarril.

Esta estación está ligada a la tercera característica que define a Carbó. Se trata de la viva memoria de su pasado ferroviario y su vibrante identidad rural y transportista de antaño. Este aprecio por el pasado hace que los pobladores muestren con orgullo la antigua Villa Diego, y algunos de ellos hayan elegido asentarse allí. También se manifiesta en el rescate de nombres de pobladores como Paco García y Genoveva Gómez, cuyo nombre ha sido inmortalizado en el de las escuela secundaria. El amor por el pasado también se refleja en el cariño y cuidado manifiesto que existe hacia los pobladores más antiguos.

Más allá de estas características definitorias de la personalidad del pueblo, hay otras que caben destacar. El grado de participación en las instituciones es alto, aunque el grado de actividad de las mismas es mediano. El Centro de Salud, a pesar de no ser Hospital Rural, cuenta con instalaciones importantes (donde antiguamente funcionaba la junta de Gobierno) y un personal que conoce profundamente los problemas sanitarios de la población a la que atiende. Los ingresos de los hogares son relativamente elevados, con un rango intercuartil de 700 a 2000 pesos por integrante del hogar, aproximadamente. La tasa de alfabetización es muy elevada, evidenciada por el bajísimo porcentaje de la población mayor de 18 años que no ha terminado sus estudios primarios (menor al 2% para el 18% de los hogares encuestados).

Carbó es un pueblo que da gusto visitar, tanto por su reciente renovación y modernización, como también porque los pobladores entienden que lo mejor para su pueblo es que éste siga siendo un pueblo, con calles de tierra y no asfalto, con la cordialidad y familiaridad propios de un lugar pequeño, y con el orgullo y compromiso con el que hacen su trabajo.