POBLACION

Hacia fines del siglo XIX, habían empezado a surgir en la zona algunas colonias, como Montes Grandes (hoy Noetinger). Chilibroste surge originalmente alrededor del año 1883 como Colonia Santa Cecilia. La estancia que le daba nombre pertenecía a un inmigrante italiano, Pedro Tiscornia, quien había comprado tierras cerca de Chilibroste favorecido por la Ley de Colonias que eximía de impuestos a quien creara una colonia a más de cinco leguas del ferrocarril. Los planos de la colonia, que Tiscornia nombra en honor a su madre, fueron aprobados en Córdoba en febrero de 1887, con la firma del Gobernador Ambrosio Olmos.

Los primeros colonos llegan de localidades vecinas, algunos eran inmigrantes y otros de origen criollo. En su mayoría estos primeros habitantes comenzaron a trabajar como medieros en el molino harinero Tiscornia.

El pueblo cambia de nombre por moción de la familia Chilibroste, que había adquirido muchas tierras en la zona y consideraba que esa localidad debía, como las otras localidades vecinas, recibir el nombre de una familia –tal había sido el caso de Noetinger.

Según los relatos del Manuel Álvarez, antiguo poblador del pueblo, el verdadero desarrollo de la localidad comienza pasada la primera década del siglo XX, con la llegada del ferrocarril y el asentamiento de varios comerciantes provenientes de pueblos vecinos que fueron dando vida a la zona.           

Desde sus inicios Chilibroste se caracterizó por la relación que sus pobladores tenían con la tierra, siendo que casi todos ellos se dedicaban a actividades agrícolas o ganaderas. La vida diaria del pueblo transcurría plácidamente: las épocas de siembra y cosecha se sucedían y uno podía ver a la gente trabajando, primero con las herramientas manuales y luego ya con las máquinas cada vez más modernas. Las mujeres se ocupaban de los quehaceres domésticos cotidianos y también de la organización de las fiestas y festivales que desde siempre alegraron la vida del pueblo.

Cuentan los antiguos pobladores que los habitantes del pueblo solían tener un fuerte sentimiento cívico y participaban de las decisiones colectivas, de hecho solía haber comisiones directivas para cada institución, todas ellas en pos del desarrollo de la localidad.

Los entrevistados coinciden en que el momento de esplendor del pueblo fue en los años sesenta y setenta, cuando el pueblo contaba con más de 1000 habitantes, y su desarrollo era impulsado por la excelente situación agrícola-ganadera.

 

Según los datos del  Censo Nacional de Población de 2010, Chilibroste tiene 762 habitantes, 608 en el ejido urbano y 154 en áreas rurales dispersas. De ese  total, el 48% está compuesto por mujeres y el 52% por varones.

Perfil social

A partir de las entrevistas realizadas y la investigación previa, se observó que en Chilibroste el nivel educativo de la población es relativamente bueno. Tomando las cifras del censo de 2001, en torno al nivel educativo de la población rural de la provincia de Córdoba, se estima que el 32% de la población adulta no tiene instrucción, 51,5% tiene la primaria completa y el secundario incompleto; 12,5% ha terminado el secundario o tiene estudios terciarios o universitarios incompletos, mientras que sólo el 4% tiene estudios terciarios o universitarios completos.

Según lo referido por las autoridades locales y los entrevistados, el nivel de ocupación de los pobladores es alto, aunque muchos trabajan en negro. En porcentajes, las autoridades estiman que cerca del 90% de los pobladores está empleado, aunque muchos de ellos no están registrados debidamente.

En cuanto a la situación laboral, se estima que 30% de los pobladores son dueños o patrones, mientras que 60% de ellos trabajan en relación de dependencia (algunos de manera informal) y el otro 10% trabaja informalmente.

Cohesión social

A raíz de lo observado y de las conversaciones con las autoridades locales y escolares se observa que a pesar de los distintos niveles socioeconómicos, e inclusos culturales, los pobladores mantienen buenas relaciones entre ellos y se puede sostener que existe un alto nivel de capital social y tejido comunitario. Esto se observa no solo por lo referido por el joven, el poblador más antiguo, la docente en cuanto a la solidaridad de la gente de Chilibroste, sino también en la cantidad de acciones que los pobladores emprenden en conjunto para el bien de las instituciones o para el bien común (un ejemplo es la organización del Bingo, cuyas ganancias se destinan a la escuela).

En cuanto al nivel de participación e involucramiento político, si bien los pobladores participan de las actividades y festividades, la mayoría de los encuestados coincidieron en que les cuesta organizarse para solucionar los problemas que afectan a la comunidad. Por el contrario, en general, suelen recurrir al intendente.

Tomando las aspiraciones y visiones de los pobladores, los referentes entrevistados (la vicedirectora, y también 3 mujeres de la Comisión Directiva de la Estación de Cultura), mencionaron que ellas observaban que los jóvenes se desanimaban por la falta de trabajo y de oportunidades para estudiar. En cuanto a las aspiraciones del resto de la población, en su mayoría todos aspiraban a que hubiera más oportunidades de trabajo y desarrollo cultural en el pueblo, sin que eso implicara cambios drásticos en la realidad de la localidad.

Pobladores y alumnos de la escuela durante la procesión en el día de San Pedro.

Capacidad para autosustentarse

De las encuestas y entrevistas realizadas, así como también de las observaciones en campo, concluimos que las características productivas de la población son variadas. Por un  lado, los pobladores masculinos, casi en su mayoría trabajan en el campo (ya sea como dueños, empleados o contratados temporales brindando algún servicio). En menor medida, hay pobladores que son empleados de alguna cooperativa, o entidad municipal, o bien comerciantes. Las mujeres suelen dedicarse a las actividades educativas, comerciales, y también administrativas, como empeladas públicas. Aquellas que no tienen un trabajo fijo realizan otras actividades ocasionales brindando algún servicio, como cuidado de niños, enfermería, servicio doméstico.

De los 30 encuestados y los 8 asistentes a la reunión:

  • 12 mencionaron que hacían artesanías (tejidos en telar, a crochet, a dos agujas), aunque sólo 6 las vendían.
  • 13 dijeron tener habilidades para la cocina y elaborar panificados o repostería, mientras que 12 vendían aquello que producían.
  • 3 mencionaron la elaboración de dulces, y ninguno de ellos lo vendía.
  • 12 indicaron que brindaban servicios (cuidado de niños, cuidado de ancianos, aplicación de inyecciones, estética, depilación, servicio doméstico).
  • 2 pobladores mencionaron ser productores de animales (cabras, vacas), y venderlos.
  • 1 poblador señaló tener un establecimiento dedicado a la producción de lácteos, sobre todo quesos.

      

En las encuestas realizadas a la población una de las preguntas fue: “¿Cuáles considera que son los obstáculos para el desarrollo económico del pueblo?”. Se encuestaron 26 personas y de sus respuestas se desprende que el factor percibido como principal obstáculo es la falta de trabajo, seguido por la falta de apoyo político y luego la falta de iniciativa de la población. El obstáculo mencionado en cuarto lugar es la falta de conocimientos para organizar un proyecto económico.

La falta de servicios y de transporte fue reconocida como un obstáculo por algunos pobladores, pero la mayoría coincidió en que estos aspectos estaban satisfactoriamente cubiertos en el pueblo.

De estas apreciaciones se deduce que la falta de fuentes de trabajo y de emprendimientos productivos en la zona está afectando la calidad de vida de los habitantes del pueblo y es causante de migración en la población más joven.

Sin embargo, el descenso poblacional fuerte se dio a comienzos de los años ’90, cuando dejó de pasar el Ferrocarril y entonces todas las actividades circundantes cesaron también.   

El intendente menciona que hoy, una de las principales causas de dispersión de la población, es el alto precio de los alquileres de los campos, que obliga a los pobladores a retirarse a zonas de menor valor productivo para poder arrendar una tierra y trabajar. Por otro lado, los entrevistados también mencionaron que la falta de oportunidades de capacitación y formación, así como la falta de viviendas, también es causante de migración entre los jóvenes del pueblo.

Los factores mencionados como obstáculos para el desarrollo se corresponden con los sueños que muchos pobladores dijeron tener para el futuro de Chilibroste: la creación de una fábrica o de un emprendimiento que pudiera traer fuentes de trabajo.

Una de las integrantes de la Comisión Directiva del Centro Responde Estación de Cultura nos contó sobre un proyecto turístico-recreativo que habían presentado a algunos posibles auspiciantes: se trata de la construcción de un oratorio en el antiguo tanque de agua que está cercano al Centro Responde. La idea es reconstruir ese espacio e integrarlo al Centro a través de un circuito con senderos naturales que serviría como atractivo turístico y también como lugar de recreación para los pobladores.

Por otro lado, también están organizando un nuevo Concurso de fotografías que incluya a todos los pobladores.

Respecto de proyectos productivos, en general, los pobladores no señalaron ninguno. Sin embargo, María Tamagno (integrante de la Comisión Directiva del Centro Responde), mencionó que sería bueno poder armar en el Centro Responde un lugar de exhibición de las artesanías y productos realizados en los cursos que se dictan, para que así aquellos que asisten tengan oportunidad de ofrecerlos y venderlos.