POBLACION

El poblamiento de la zona que actualmente conforma Saforcada tiene origen en las últimas tres décadas del siglo XIX, en el contexto nacional de la conformación del estado-nación Argentina, la expansión de la frontera agropecuaria y un incipiente perfil productivo nacional centrado en la exportación de materias primas. Modelo de desarrollo conocido como agroexportador y que, a grandes rasgos, organizaba económicamente al territorio nacional mediante un centro en la ciudad-puerto de Buenos Aires y desde allí, la expansión radial de tierras y vías de comunicación (rutas y en especial el ferrocarril) hacia el interior de la Argentina. Así, post campaña del desierto y habiendo desaparecido cualquier resistencia a la lógica económica, política y territorial del nuevo estado-nación[1], comienzan a radicarse en los alrededores de Junín hacendados, terratenientes, estancieros provenientes de Europa que, mediante el proceso de delimitación de tierras (“alambrado”) ocuparon extensas porciones de tierras fértiles que comenzaron a ser utilizadas para la producción agropecuaria.

De esta forma y en rigor, la localidad tiene origen cuando Don Francisco Saforcada dona al estado una porción de su propiedad con el objetivo de que se construya una estación de ferrocarril sobre  la línea General San Martín. Así, la fundación del pueblo está directamente vinculada a la traza del ferrocarril y la función que cumplía este medio de transporte en el modelo económico de la época. En este sentido, la dinámica socioeconómica del lugar forma parte y acompañan los procesos macros que se observan en torno a los grandes modelos de política económica nacional (agroexportador, sustitutivo de importaciones y neoliberal), y según esta lógica se pueden establecer tres etapas que atraviesa el pueblo:

 

[1] En la zona que actualmente ocupa Saforcada y la ciudad de Junín, durante la primera mitad del siglo XIX se construyó un “fuerte” que garantizara la consolidación de las tierras ocupadas por los actores políticos y económicos que daban forma al estado-nación Argentina, y que al mismo tiempo permitiera ser utilizado como puesto de avanzada para la anexión de nuevas tierras, como también resistir los “malones” (formaciones de pobladores originarios que intentaban combatir, proceso conocido como “campaña del desierto”).

 

1886-1940, fundación, consolidación y auge de la “Saforcada Ferroviaria”:

Luego de la transferencia de tierras de Francisco Saforcada al estado, la fundación del pueblo se produce concretamente con la construcción e inauguración de la estación Saforcada emplazada sobre las vías del ferrocarril General San Martín (que conecta a la ciudad de Buenos Aires con Mendoza atravesando de este a oeste el territorio nacional). La inauguración de esta estación en el año 1886 se explica a escala local, por la apertura de estaciones secundarias respecto a la estación Junín que se posicionaba como el centro neurálgico de la región, y a escala nacional, Saforcada se inserta en tanto lugar productor de materias primas (actividad agropecuaria centrada en la producción de maíz, trigo y cebada) y la necesidad de transportar la producción vía ferrocarril hasta el puerto de Buenos Aires para su posterior exportación a Europa. De esta manera, Saforcada es un pueblo ferroviario cuya existencia se debe a la función que adquiere la estación del ferrocarril en la región (inserta en un modelo productivo nacional).

Durante la última década del siglo XIX, comienzan a construirse viviendas en torno a la estación, como también equipamiento que posibilitaba la vida social del pueblo (almacén de ramos generales, pulpería, etc.) y en la medida que toma importancia la estación como equipamiento que permite cargar-descargar la producción agropecuaria de la zona, comienza a radicarse población[1] en el lugar, ya que existían fuentes de trabajo vinculadas al sistema  ferroviario o a la producción agrícola-ganadera. Así, durante las dos primeras décadas del siglo XX la población crece fuertemente y el pueblo tiene su periodo de esplendor alcanzando los 1400 habitantes, los cuales se radicaban en el pueblo debido a la demanda de mano de obra. Quedó configurado un proceso de crecimiento del pueblo que siempre tuvo como eje y centro a la estación Saforcada.

Ya para las décadas de 1930 y 1940, el modelo económico nacional de base agroexportadora pierde dinamismo, se estanca e incluso mengua, y por tanto, el rol del ferrocarril, como también la producción agropecuaria, atraviesa una transformación que en Saforcada se expresa con el estancamiento del crecimiento población. Situación que se profundizará en las décadas siguientes.

 

1940 - 2001, entre la impronta ferroviaria y el perfil agropecuario:

Para la década de 1940, la economía nacional pierde su perfil agroexportador de materias primas al tiempo que va creciendo y consolidándose un modelo industrial de producción de bienes de consumo cotidianos y medianos para abastecer un mercado interno en pleno crecimiento. Este modelo económico conocido como “sustitución de importaciones” generó grandes migraciones de áreas rurales hacia los centros urbanos donde se radicaban los establecimientos industriales necesitados de mano de obra, y en este proceso sociodemográfico de escala nacional, se inserta Saforcada. Para las décadas de 1940 y 1950, la localidad pierde población ya que, con el deterioro de la función ferroviaria y la incipiente tecnificación del campo (que reducía los puestos de trabajo), junto a la necesidad de mano de obra en las grandes urbes, sus habitantes migraron hacia la Buenos Aires, Rosario o Córdoba atraídos por las fuentes de trabajo que generaba el sector industrial.

De esta manera, Saforcada pierde población hasta la década de 1960, aproximadamente, cuando la cantidad de habitantes se estabiliza, pero queda estancada, esto es: el lugar “sobrevive” a las transformaciones ocurridas y todavía se vincula al circuito productivo construido en torno al ferrocarril, pero mostrando signos de deterioro y obsolescencia (para fines de esta década el lugar se registra el mínimo de población con solo 260 habitantes). Para la década de 1970 comienza a manifestarse de  modo incipiente una transformación de la zona con la radicación de establecimientos industriales, pero vinculados al procesamiento de las materias primas producidas en la región. Esto es, la agroindustria comienza a crecer, y para 1975 se instala en el pueblo una planta de silos de la empresa Cogorno-Junarsa sobre las vías del ferrocarril, frente al edificio de la estación, generando nuevas fuentes de empleo y reactivando levemente al lugar. Para esto también contribuyó la conexión de Saforcada con la ruta nacional Nº 7 de reciente pavimentación.

Durante la década de 1980, la población se incrementa levemente, y para la década de 1990, la localidad sufre un nuevo golpe con el cierre total de las actividades del ferrocarril en el marco de los procesos de privatización. Saforcada pudo resistir, en parte por las fuentes de trabajo que se obtenían en la ciudad de Junín, y en parte por los puestos de trabajo que generaba el sector agroindustrial.

 

2001 – actualidad, la consolidación de una Saforcada agroindustrial:

Esta situación comienza a cambiar, primero con la reapertura del ferrocarril de carga y pasajeros (aunque de modo precario y con muchas deficiencias) y, posteriormente, con la radicación de un frigorífico avícola en la entrada del pueblo en el año 2002. Precisamente, este establecimiento del sector agroindustrial se inaugura y consolida como la principal fuente de empleo del lugar, rol que persiste en la actualidad. El crecimiento y consolidación del sector agropecuario, la creación y radicación de establecimientos agroindustriales en la zona, el crecimiento de la ciudad de Junín (generando nuevas fuentes de empleo en el sector comercial y en el sector público), influyeron -e influyen- en un nuevo contexto para Saforcada, donde se observa un fuerte crecimiento demográfico y dinamismo económico, ahora centrado en las sector agroindustrial. Todos estos, aspectos que serán descriptos a lo largo de este informe.

 

[1] En su mayoría, inmigrantes insertos en el contexto de la primer gran ola migratoria proveniente de Europa, de poblamiento del territorio y colonización de territorio para la producción agropecuaria (proceso incentivado, además, por la Ley de Inmigración dictada por Nicolás avellaneda en 1876).

 

 

 

La población

Tal como hemos mencionado al inicio del informe presenta para el año 2010 (según datos del CNVyP) un total de 431 habitantes, cifra que se incrementó en 24 habitantes en los últimos 10 años (según el mismo Censo para el año 2001 la jurisdicción presentaba un total de 407 habitantes). Para el año 2014 y según cifras estimadas por las autoridades locales, la población permanente de Saforcada alcanza los 550 habitantes, mostrando un fuerte y acelerado crecimiento poblacional que supera el 25 % desde el año 2010 hasta la actualidad.

Del total, el 52 % son mujeres y 48 % son varones; mientras que, respecto a los segmentos etarios, el 35 % del total se ubican entre los 0 y 18 años, el 50 % entre los 18 y 65 años y el 15 % es población de más de 65 años (datos estimados a partir de información relevada en entrevistas y dado por la percepción de los informantes calificados).  Por medio de esta información se observa un elevado porcentaje de población joven y en edad económicamente activa, como también, el bajo porcentaje de población envejecida, pudiendo interpretarse que se configura en Saforcada un tejido socioeconómico dinámico.

 

Perfil social 

Si ahora centramos la mirada en el nivel educativo de la población y en base a las encuestas realizadas en el trabajo de campo, se observa un alto grado de alfabetización e incluso de formación universitaria/terciaria. Solo un 6 % de los encuestados no completo la primaria mientras que un 77% presenta el nivel primario o secundario cursado (el 39% tiene el secundario completo, un 26% presenta el primario completo y un 12% no terminó la secundaria). Asimismo, es elevado (en relación a otros pueblos de similar tamaño a Saforcada) el porcentaje de individuos que tienen estudios terciarios y/o universitarios, ya que la cifra alcanza 17 %. Situación que puede observarse en el siguiente cuadro:

 

 

En base a la información recabada a partir de las encuestas al director de escuela secundaria y docentes, son los problemas de aprendizaje  y de relación con su familia los principales inconvenientes que enfrentan los alumnos, aunque cabe destacar que hay un nulo porcentaje de deserción escolar tanto para el nivel primario como para el secundario (solo se presentan algunos casos de ausentismo temporario en el nivel secundario). Además, es variada la situación respecto a los caminos elegidos por los alumnos que egresan, ya que se presentan similar cantidad de casos donde los jóvenes deciden continuar estudios más avanzados (generalmente, en Junín) o conseguir trabajo en el pueblo y/o alrededores, trabajar con su familia o emigrar hacia algún otro lugar.

Respecto a las condiciones de salud y en función de la información que se desprende de la encuesta al agente sanitario de la localidad, son frecuentes los casos de hipertensión, diabetes y parasitosis. Las dos primeras patologías asociadas al trabajo sedentario y a hábitos alimenticios propios del mal consumo de los alimentos y no tanto por su escases, mientras que la tercera patología se asocia a precarias condiciones higiénicas de algún ambiente cotidiano (vivienda, espacio público o lugar de trabajo) en conjunto con el contacto con animales (también con escaso control de su salud). Asimismo, tienden a ser poco frecuente los casos sobrepeso, desnutrición, alcoholismo, drogadicción, tabaquismo y zoonosis; y nada frecuentes las enfermedades virósicas como el tétanos, hantavirus o el HIV. Aunque cabe destacar que para los casos de alcoholismo muchas veces es una patología difícil de detectar sea porque se oculta o porque no se asume como enfermedad, mientras que los casos de drogadicción si bien son pocos, se registra (mediante la percepción general de algunos pobladores) una tendencia a un mayor consumo en sectores de población joven.

 

 

Cohesión social 

En el poblado y al igual que en otras localidades de similar tamaño, es la institución educativa la que cumple un rol central respecto a las actividades extracurriculares que convocan e integran a los habitantes de la localidad. Tal como se ha descripto, las distintas acciones que se realizan desde esta institución son las más importantes del lugar al momento de generar canales de participación social y cultural; además el colegio cuenta con una cooperadora en la que participan unas veinte personas que se encargan de conseguir fondos para distintas actividades (mejoramiento del edificio, compra de materiales, ayuda a alumnos, etc.).  

Por fuera del colegio, se detectó a la iglesia católica donde participan unas diez personas en distintas actividades, la peña gaucha La Desolada donde participan unas diez personas aproximadamente, y que si bien tiene sede, su funcionamiento varía a lo largo del año (por ejemplo, para el mes de mayo la actividad es fuerte, ya que la institución organiza el festejo por el día del peón rural cada 25 de mayo, mientras que en otros momentos del año la actividad es prácticamente nula). 

Una mención especial merece la sociedad de fomento Saforcada, institución que tiene personería jurídica y en la que participan unas quince personas con regularidad (tienen reuniones mensuales y concretan distintas actividades a lo largo del año). Sin embargo -a lo largo del trabajo de campo- se registró en reiteradas oportunidades reclamos de habitantes respecto a una tendencia de esta institución a “cerrarse en sí misma” y no desarrollar actividades sociales o culturales que integren a la comunidad (por ejemplo, se mencionaron en varias oportunidades el elevado costo que sostenía la sociedad para alquilar su sede cuando se quiere realizar un festejo -cumpleaños, fiesta de egresados del colegio, etc.-). Por tanto, se cuestionaba que sobre el rol actual que tiene la institución, y se reclamaba una mayor apertura, cercanía e integración con la comunidad.

Finalmente, otro aspecto importante a destacar y detectado durante las distintas actividades del trabajo de campo es que, si bien son pocas las organizaciones con fines sociales presentes en el lugar, es fuerte y alto el grado de participación y compromiso de la comunidad para colaborar con eventos solidarios y para participar activamente en la organización de los mismos.

 

Capacidad para autosustentarse 

Según las entrevistas realizadas a informantes calificados y en concomitancia con las cifras estadísticas provinciales respecto al partido de Junín, la economía del lugar se estructura de la siguiente manera: un 80% de la población económicamente activa se vincula a las actividades agroindustriales (son trabajadores asalariados que trabajan dentro de un establecimiento industrial donde se procesa algún tipo de producto agropecuario), un 10 % se inserta en actividades primarias (trabajando en las distintas actividades que implican la agricultura extensiva y a gran escala de la zona), otro 5 % trabaja en el área de comercios (sean los comercios del pueblo tales como carnicerías, verdulerías, kioscos, almacenes, etc. o sea en la ciudad de Junín como empleadas domésticas o en el rubro comercial) y el 5 % restante son empleados públicos (de la delegación y la escuela). Esta primera aproximación se complementa con los datos obtenidos mediante las encuestas a los hogares, los cuales -si bien presentan algunas pequeñas variaciones- expresan la misma tendencia y estructura económica.

Tal distribución del empleo y la configuración de la estructura económica local se reflejan en el siguiente cuadro:

 

 

El cuadro expresa una primacía del trabajo en las actividades agroindustriales (en este caso incluye a las actividades primarias y secundarias); Mientras que las áreas de empleo público y comercios y servicios registran valores un poco más elevados que los registrados, según las estadísticas oficiales y lo expresado por las autoridades locales.  

Complementando lo mencionado y articulando la información que se desprende de las estadísticas oficiales, las encuestas realizadas y lo expresado por los informantes calificados, se puede afirmar que existe una situación de, prácticamente, pleno empleo en Saforcada, donde el frigorífico avícola Santa Bárbara (localizado en la entrada del pueblo) constituye la principal fuente de trabajo (empleando entre un 70 - 80 % de la población económicamente activa del lugar) y por tanto, constituye el motor actual que, en parte, posibilita la consolidación y crecimiento del pueblo. Para este contexto de pleno empleo, también influye la cercanía de Saforcada a Junín (lo que permite que personas puedan ir a trabajar en el área de servicios a dicha ciudad y retornar a sus hogares en el mismo día) y la dinámica actividad agropecuaria de la zona que requiere de fuerza de trabajo, y también, constituye un sector que emplea a los habitantes locales. Asimismo, cabe destacar que casi todo el empleo se encuentra regularizado la gran mayoría son trabajadores contratados por empresas (de mayor o menor tamaño) del sector agropecuario, y por tanto perciben un salario, tienen obra social, realizan aportes jubilatorios y contribuyen al fisco.

Entonces, esta situación de pleno empleo regular, la condición de trabajador asalariado que realiza un “movimiento pendular en el día” (va de su residencia a su lugar de trabajo - algún establecimiento agroindustrial- y del lugar de trabajo retorna a su residencia), y la cercanía entre las residencias y los lugares de trabajo, constituyen elementos centrales para comprender como se configura la dinámica socioeconómica del lugar, la cual será descripta con mayor detalle en los comentarios finales de este informe.

 

 

Evolución del pueblo 

Si tomamos en cuenta el periodo que abarca los últimos veinte años, y en función de lo expresado por los informantes calificados y las encuestas a los hogares, las áreas de salud, educación y provisión de agua, gas y luz ha mejorado lenta pero continuamente, siendo concomitante con el crecimiento poblacional. Respecto a los caminos, su estado se mantiene sin grandes cambios, aunque el servicio de transporte público ha empeorado, ya que si bien hay un servicio diario semipúblico (una combi dispuesta por un prestador privado), años atrás existía un colectivo urbano que conectaba Saforcada con Junín a una tarifa publica y con mayor frecuencia que la actual. Por otro lado, la cantidad y calidad de comercios y oficinas públicas se mantiene prácticamente estanca (o con muy leves incrementos) y respecto al acceso a internet, telefonía fija y móvil, si bien se ha ampliado la red y la mayoría de la comunidad tiene acceso a estos servicios, su calidad es muy mala (véase con mayor detalle el “ítem 5.” de este informe).

 

Problemas que enfrentan

Complementando lo expresado en el párrafo anterior y desde la percepción de los entrevistados/encuestados (que aparece reflejado en el cuadro de abajo), los obstáculos vinculados a la falta de infraestructura y la ausencia de políticas de desarrollo son las problemáticas que adquieren mayor relevancia, seguidas por la falta de servicios y la calidad del servicio de salud. Finalmente, los obstáculos vinculados al área de educación, las tensiones sociales al interior de la comunidad y las condiciones del mercado de trabajo son las que resultaron poco o nada problemáticas.

Asimismo, cabe destacar que en una escala del 0 al 3 (siendo tres el valor que expresa la mayor importancia de una problemática) ninguna de las variables supera el “valor 2”, con lo cual puede interpretarse que las condiciones generales -materiales y simbólicas- del lugar (sistematizadas en las variables del cuadro) son relativamente buenas, incrementándose lentamente y mejorando su calidad con el tiempo.

 

 

 

También, desde la percepción de los sujetos entrevistados/encuestados durante el trabajo de campo (y reflejados en el cuadro de abajo), las áreas de cultura, educación y recreación son las más valoradas en relación a que piensan que una mejora en estos ítems traería una mejora en sus vidas personales y en la comunidad en general; asimismo, las áreas infraestructura y salud también están presentes en menor medida aunque también presentan valores altos.

 

 

Nótese que la configuración del cuadro es coherente con los aspectos enunciados a lo largo del informe. Por un lado, el contexto de pleno empleo y de trabajo en blanco produce, que casi la totalidad de habitantes pueda reproducir su núcleo familiar (acceder a alimentos, servicios y demás necesidades básicas), capitalizarse y/ acceder a bienes materiales (incluso a la compra de terrenos y vivienda); por lo tanto, al tener este “piso” de necesidades cubiertas, los mayores reclamos, necesidades, sueños se orientan al área de cultura, recreación y mayor educación.

Precisamente, fue notable la cantidad de voces y el énfasis puesto en la ampliación o creación de espacios/equipamiento público donde se puedan realizar actividades culturales, de ocio, de recreación y deportivas, como también, en la mayor oferta de estos servicios. Así, se reclamó fuertemente sobre:

  • La mejora y ampliación del complejo deportivo municipal (donde funciona una colonia de verano para los chicos, y el predio cuenta con escaso equipamiento -que incluso, es precario y se encuentra deteriorado- al tiempo que es necesario más personal que se encargue de los chicos).
  • La creación de un espacio físico (galpón, salón municipal, club social) para la realización de actividades culturales y recreativas tales como: clases de baile (sean folklóricos y/o modernos), talleres de arte (dibujo, pintura), clases de ajedrez, clases para aprender a tocar instrumentos musicales (en especial guitarra), clases de algún deporte (fútbol, básquet, vóley), etc.
  • En íntimo vínculo con el ítem anterior, se registró un fuerte reclamo para que tengan presencia regular y periódica de profesionales/profesores que brinden las actividades mencionadas. De hecho, en la actualidad las familias con hijos deben movilizarse a la ciudad de Junín para que sus chicos o niños accedan a este tipo de actividades, lo cual resulta costoso y poco práctico en tiempos (recuérdese la situación de pleno empleo en donde uno o más integrantes del hogar trabajan en un establecimiento por el lapso de 8 hs, aproximadamente).
  • La creación de algún lugar destinado al ocio y/o recreación dentro del área de servicios. Esto es, un prestador privado que inaugure un local gastronómico, un cyber, un gimnasio, etc.
  • El reclamo de este tipo de lugares y servicios se realizó para todos los sectores etarios del lugar planteándose como una necesidad para niños, jóvenes, adultos y personas envejecidas, aunque cabe destacar que se reconocía a los niños y jóvenes como el sector más vulnerable ya que, al no tener estos espacios y canales de expresión cultural (que enriquezcan su formación y vida cotidiana), su sociabilidad actual estaba centrada en juntarse con amigos en la vía pública o concretar actividades dentro de la vivienda de algún chico.